Los expertos reunidos en el encuentro sobre hematología Hi25, organizado por Johnson & Johnson en Madrid, han coincidido en destacar que la introducción de la inmunoterapia ha transformado el abordaje de los cánceres hematológicos y han insistido en la importancia de que avances terapéuticos como este puedan aplicarse en líneas …
Los expertos reunidos en el encuentro sobre hematología Hi25, organizado por Johnson & Johnson en Madrid, han coincidido en destacar que la introducción de la inmunoterapia ha transformado el abordaje de los cánceres hematológicos y han insistido en la importancia de que avances terapéuticos como este puedan aplicarse en líneas tempranas de tratamiento. En palabras del Dr. Francesc Bosch Albareda, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Vall d’Hebron en Barcelona, «en cualquier tratamiento de oncología hay que poner el mejor tratamiento al principio porque, de lo contrario, puedes perder la oportunidad de usar los mejores fármacos».
En este sentido, la Dra. Marta Sonia González Pérez, hematóloga del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, y el Dr. Juan Manuel Sancho, jefe del Servicio de Hematología Clínica del Hospital Germans Trias i Pujol (ICO-Badalona) han reforzado esta idea debido a que «ofrecer en primera línea la mejor terapia disponible permite beneficiar a todos los pacientes, conseguir respuestas profundas y sobre todo duraderas», señalaba la Dra. González. «Cuanto mejor sea el tratamiento en primera línea, mayor será el impacto en la supervivencia del paciente, por eso es tan importante que este tratamiento sea lo más eficaz posible», ha apuntado el Dr. Sancho.
La introducción de la inmunoterapia, un avance crucial para el mieloma múltiple
El mieloma múltiple (MM), el segundo cáncer de la sangre más común, ha sido uno de los grandes ejes del encuentro. Tal como ha explicado la Dra. González, «la introducción de la inmunoterapia ha sido el avance terapéutico más relevante en la última década para los pacientes con mieloma con anticuerpos monoclonales antiCD38 en primera línea, la terapia CAR-T desde la primera recaída para pacientes con mieloma múltiple en recaída o refractario que han recibido al menos un tratamiento previo y los anticuerpos biespecíficos para pacientes triplemente expuestos. Todos estos tratamientos tienen en común una alta tasa de respuesta, con una duración de la misma mucho más prolongada que las terapias tradicionales y, lo más importante, preservando la calidad de vida de los pacientes».
Los especialistas han abordado las diferentes opciones terapéuticas disponibles para cada tipo de paciente, especialmente aquellos que se aplican tras el diagnóstico. «Los anticuerpos monoclonales antiCD38 en primera línea, combinados con las terapias estándar, como los inhibidores del proteasoma y los inmunomoduladores, consiguen respuestas en más del 90% de los pacientes, que se estima que podrían llegar a extenderse entre 8 y 17 años en función del estado funcional de los pacientes y su elegibilidad para trasplante. Esto ha supuesto prácticamente duplicar la duración de respuesta con respecto a los estándares de tratamiento previos a la aparición de la inmunoterapia» ha detallado la Dra. González.
Además, la especialista del Hospital Universitario de Santiago de Compostela ha subrayado la relevancia que esta eficacia de los tratamientos tiene para la vida de los pacientes: «Tras un tratamiento inicial intenso de inducción, muchos de estos pacientes estarán recibiendo un tratamiento de mantenimiento de baja intensidad. Hasta ahora, era común que los pacientes con mieloma recibieran 6 o más terapias a lo largo de la enfermedad, lo que implica toxicidades importantes y acumulativas, un gasto considerable para el sistema y un duro golpe emocional para estas personas. Estamos en una senda en la que la mayoría de pacientes acabará recibiendo de 1 a 3 líneas de tratamiento y ello será suficiente para que su supervivencia se acerque cada vez más a la de la población sana de su misma edad».
La hematóloga también se ha referido al impacto que han tenido terapias individualizadas como las CAR-T en el abordaje del MM: «Desde este año, podemos ofrecer a nuestros pacientes una terapia CAR-T frente al antígeno BCMA desde la primera recaída en pacientes refractarios, logrando duraciones de las respuestas muy buenas libres de tratamiento en el contexto de las terapias actuales». En cuanto a los anticuerpos biespecíficos frente a BCMA y GPRC5D, disponibles actualmente para pacientes triplemente expuestos,la Dra. González ha anunciado que «en un futuro cercano conoceremos los resultados de estos fármacos en combinación con anticuerpos monoclonales o con fármacos inmunomoduladores para primeras y segundas recaídas y, probablemente, veremos datos muy positivos».
El tratamiento de la leucemia linfocítica crónica camina hacia terapias finitas
Durante el simposio, se debatió la transformación en el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC) gracias a la introducción de terapias dirigidas y tratamientos finitos. La LLC constituye actualmente el tipo de leucemia más frecuente en los adultos de los países occidentales y, aunque su progresión suele ser lenta, se caracteriza por episodios consecutivos de progresión de la enfermedad y necesidad de tratamiento.
«El gran cambio de esta última década es la llegada de tratamientos dirigidos a dianas específicas de la enfermedad. Esto ha provocado un uso residual de la quimioinmunoterapia para tratar la leucemia linfocítica crónica, lo que supone un avance en la supervivencia de los pacientes y una disminución de la toxicidad», ha explicado del Dr. Bosch.
Además, el Dr. Bosch ha comentado una de las principales tendencias en cuanto al tratamiento de la LLC: el uso de terapias finitas: «Estamos abandonando las terapias continuas y solo las dejamos para un subgrupo muy concreto de pacientes con alto riesgo genético. Para la mayoría de los pacientes, tendemos a usar ya terapias finitas, lo que supone cuatro ventajas importantes: limitar la toxicidad, evitar la aparición de resistencias, mejorar la calidad de vida del paciente ya que disfruta de tiempo libre de tratamiento y mantener la eficacia».
De acuerdo con los expertos, otro avance clave en el abordaje de la LLC es que la edad está perdiendo relevancia a la hora de definir el tratamiento a utilizar para cada paciente. «En estos momentos no consideramos la edad como criterio para decidir ningún tratamiento, sino sus enfermedades asociadas. Si el paciente no tiene ninguna enfermedad específica, es candidato para recibir todos los tratamientos posibles», ha asegurado el Dr. Bosch.
Esperanzas renovadas para los pacientes con linfoma de células del manto
A pesar de ser un cáncer de la sangre poco frecuente, que representa tan solo entre el 2% y el 5% de todos los linfomas diagnosticados, el linfoma de células del manto (LCM) es más agresivo por lo general que la LLC. Por este motivo, los expertos han querido destacar los avances logrados en los últimos 10 años en torno a esta enfermedad: «El pronóstico hace una década era de unos 3 o 4 años de mediana de supervivencia, 5 como mucho, y ahora estamos probablemente por encima de los 10 años de mediana de supervivencia», ha asegurado el Dr. Sancho en el simposio.
Una de las piezas clave de esta mejora es la llegada de los inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton (BTK), tal como ha señalado el especialista del Hospital Universitario Trias i Pujol: «Los inhibidores de BTK son fármacos muy eficaces y de buena tolerabilidad, de forma que, aplicados en primera línea, permitirán a pacientes candidatos prescindir del trasplante con mejores resultados en supervivencia global».
Uno de los retos que los especialistas se han planteado durante la jornada es la complicada progresión del LCM. Como ha explicado este hematólogo, «muchos pacientes que progresan tras un tratamiento no llegan a recibir una segunda línea porque este linfoma puede adquirir factores de muy mal pronóstico y mucha agresividad, de ahí la importancia que el primer tratamiento tiene en los casos de linfoma de células del manto».
No obstante, el Dr. Sancho se muestra esperanzado en cuanto a los avances que están por venir para los pacientes con LCM: «Ya hemos doblado la mediana de supervivencia y probablemente aún no estamos viendo el impacto de los nuevos avances en primera línea ni los de la terapia celular para los casos de recaída. Vamos a tener opciones más eficaces que harán que, en el caso de los pacientes candidatos a trasplante o a tratamiento intensivo, ni siquiera sea necesario el trasplante, que es una estrategia más tóxica y más cara para el sistema».