Investigadores de diversos centros chinos han establecido que la administración diaria intraperitoneal de tetrahidrocurcumina (THCM), en los tres días posteriores al ictus isquémico en ratones, reduce el tamaño del infarto, el edema y la disrupción de la barrera hematoencefálica. La dosis mayor de THCM fue la más efectiva en la …
Investigadores de diversos centros chinos han establecido que la administración diaria intraperitoneal de tetrahidrocurcumina (THCM), en los tres días posteriores al ictus isquémico en ratones, reduce el tamaño del infarto, el edema y la disrupción de la barrera hematoencefálica. La dosis mayor de THCM fue la más efectiva en la restauración de proteínas esenciales en el mantenimiento de las uniones fuertes entre las células que forman esta barrera, asociándose las mejoras histológicas a mayor grado de rehabilitación. En efecto, el tratamiento no sólo mejoró la parálisis de los miembros contralaterales y la movilidad, sino también la memoria espacial, según afirma Zhen Fan, científico de la Universidad China de Tecnología y Ciencia Electrónica.
El investigador prosigue indicando que la THCM mostró una actividad superior a la de los inhibidores de la apoptosis, o muerte celular programada, y similar a la de otros inhibidores de la ferroptosis, un tipo de muerte celular inducida por la peroxidación masiva de los lípidos de membrana inducida por el hierro. En consonancia con esta observación, el tratamiento estimuló la expresión cerebral de tres proteínas antioxidantes clave y redujo la de la proteína ACSL4, la cual promueve la ferroptosis.
En el examen del mecanismo molecular subyacente a estos beneficios, los científicos hallaron que la THCM facilita la translocación al núcleo celular del activador transcripcional Nrf2, el cual estimula la expresión de múltiples genes relacionados con la protección frente al estrés oxidativo. Fan concluye indicando que aunque la THCM exhibe mayor estabilidad y capacidad antioxidante que la curcumina, su aplicación clínica presenta desafíos, tales como su baja biodisponibilidad oral y escasez de estudios de toxicidad.
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