La Universidad de Barcelona ha recibido de la AGAUR una ayuda Producte de 149.960 euros y una ayuda Innovadors de 84.000 euros para desarrollar un fármaco innovador que actúa sobre dos dianas terapéuticas para tratar el dolor agudo. El proyecto está liderado por el Dr. Santiago Vázquez, catedrático del Departamento …
La Universidad de Barcelona ha recibido de la AGAUR una ayuda Producte de 149.960 euros y una ayuda Innovadors de 84.000 euros para desarrollar un fármaco innovador que actúa sobre dos dianas terapéuticas para tratar el dolor agudo. El proyecto está liderado por el Dr. Santiago Vázquez, catedrático del Departamento de Farmacología, Toxicología y Química Terapéutica de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB e investigador del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB). También participan la investigadora Alba López-Ruiz, como científica emprendedora, y la Dra. María Carmen Ruiz-Cantero, ambas del grupo de investigación del profesor Vázquez, así como los doctores Marc Suñé y Khadija Rouaz, del Servicio de Desarrollo del Medicamento, y Enrique J. Cobos, profesor de la Universidad de Granada.
Más de la mitad de los pacientes experimentan dolor moderado o severo tras una cirugía a pesar del tratamiento analgésico, incluso con opioides. La mayoría de las terapias actuales frente a esta problemática se centran en una sola diana terapéutica, lo que dificulta abordar la naturaleza multifactorial del dolor. En cambio, la propuesta del equipo de la UB es desarrollar un compuesto que actúa sobre dos dianas: el receptor sigma-1 (S1R) y la epóxido hidrolasa soluble (sEH), que son cruciales en los mecanismos del dolor. «Al actuar sobre múltiples vías, nuestro enfoque ofrece una solución más completa y segura en comparación con los tratamientos existentes de una sola diana», destaca el Dr. Santiago Vázquez.
Menos efectos secundarios
Los estudios preliminares en modelos de ratón han demostrado la eficacia analgésica de la nueva terapia, mostrando que este enfoque ofrece un alivio del dolor superior al de los tratamientos tradicionales. «La estrategia de doble acción demuestra que la actuación simultánea sobre ambas dianas proporciona efectos analgésicos sinérgicos, superando los tratamientos dirigidos a una única diana terapéutica y ofreciendo nuevas opciones para el tratamiento del dolor», subraya el catedrático de la UB.
Este efecto sinérgico permite también reducir la dosis necesaria para lograr un buen control del dolor. Además, estos mismos estudios han confirmado la ausencia de algunos de los efectos secundarios típicos de los opioides, como la adicción, el estreñimiento o la sedación, mostrando su potencial para el uso a largo plazo.
Nueva generación de fármacos
El objetivo de esta fase del proyecto es validar una nueva generación mejorada de este prometedor fármaco, que mantiene las propiedades positivas de los primeros compuestos desarrollados y, además, presenta una mejor solubilidad.
En este contexto, las ayudas Producte e Innovadors permitirán avanzar tanto en la validación científica como en la preparación para la futura comercialización de esta nueva generación de analgésicos de doble acción. En el ámbito científico, se realizarán pruebas para confirmar la selectividad y el comportamiento del fármaco en el organismo, así como estudios de seguridad y eficacia en modelos animales. Paralelamente, también se trabajará en el plan de valorización y en los pasos necesarios para impulsar la creación de una spin-off que permita llevar esta terapia innovadora al mercado.
Contribución a los ODS de Naciones Unidas
El proyecto tiene un impacto directo en varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En primer lugar, incide en el ODS 3 (Salud y bienestar), impulsando el desarrollo de un tratamiento analgésico más seguro y no opioide, capaz de mejorar la calidad de vida de millones de personas y reducir la dependencia de fármacos adictivos. También contribuye al ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) mediante la creación de una empresa derivada y la colaboración con la industria farmacéutica, generando empleo y atrayendo inversión en el sector biotecnológico. Finalmente, favorece el ODS 12 (Producción y consumo responsables) integrando criterios de sostenibilidad en el desarrollo del fármaco y aplicando protocolos de química verde que reducen residuos y optimizan los procesos de producción.