La resistencia a los antimicrobianos, sustancias que se utilizan para combatir virus y bacterias y de los que los antibióticos los más conocidos, supone «uno de los principales problemas de salud global del siglo XXI». Los especialistas llevan años advirtiendo sobre el riesgo … de su uso excesivo e inadecuado y, como consecuencia de ello, de la aparición de bacterias multirresistentes que burlan la acción de estos fármacos y que cada año causan 35.000 muertes en Europa y generan un gasto sanitario adicional de unos 1.500 millones de euros. En nuestro país, las muertes asociadas a la resistencia a los antibióticos superan ya las 23.000, según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad.

España ha sido históricamente uno de los países europeos que más antibióticos receta y consume. Sin embargo, gracias al Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) -coordinado por la Agencia Española del Medicamento (Aemps) y del que forman parte el Gobierno, las sociedades científicas, las organizaciones colegiales y las asociaciones profesionales- y a su enfoque ‘One Health’ (‘Una Salud’), que aborda el problema de las resistencias desde la base de la interconexión entre la salud humana, la sanidad animal y el medioambiente, esa tendencia ha cambiado desde 2019.

En los últimos años el consumo de antibióticos en nuestro país ha mejorado significativamente aunque España sigue siendo el cuarto país de la OCDE que más consume estos fármacos solo por detrás de Grecia, Francia o Polonia. Pese a la tendencia a la mejora, en 2024 el uso de antibióticos en nuestro país creció un 2%, alejándose de los objetivos marcados por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Asimismo, España es uno de los países en los que todavía se consiguen estos fármacos sin prescripción médica: entre un 5 y un 20% de las farmacias los venden sin receta.

España pone ahora el foco en el Augmentine, un antibiótico combinado que contiene amoxicilina y ácido clavulánico, que hasta ahora se prescribía para tratar infecciones bucales, respiratorias, de oído, urinarias, etc., y que ahora pasa a considerarse en las guías clínicas de nuestro país como uno de los antibióticos «con mayor potencial de generación de resistencias» por lo que se limita su uso a «infecciones más graves». Según el informe de 2023 ‘Gestión de antibióticos: dirigiéndonos hacia futuros más seguros’ de la consultora IQVIA, una de cada tres neumonías diagnosticadas ese año en atención primaria en adultos y una de cada seis en niños fueron tratadas con amoxicilina y ácido clavulánico. «Son cifras demasiado altas teniendo en cuenta que el ácido clavulánico no tiene efecto en estos cuadros y solo aumenta las resistencias», advierten los especialistas.

Precisamente, tras «comprobar los niveles de resistencia bacteriana observados en nuestro país», este antibiótico de amplio espectro ha sido reclasificado en la escala AwaRe de la OMS, pasando de ser un fármaco de la categoría Acceso (semáforo verde) a categoría de Vigilancia (código amarillo o de peligro), en la que se encuentran los antibióticos con alto riesgo de generar resistencias y que se reservan para cuadros «muy específicos», según notifican a este diario desde el PRAN.

La decisión ha sido comunicada al ECDC, «en el marco de un ejercicio de contextualización nacional que busca adaptar las recomendaciones internacionales a la realidad epidemiológica de España», precisan las citadas fuentes.



Imagen - «No tiene sentido usar Augmentine en los cuadros no complicados de faringoamigdalitis. Lo único que hace es favorecer las resistencias»

«No tiene sentido usar Augmentine en los cuadros no complicados de faringoamigdalitis. Lo único que hace es favorecer las resistencias»

Bruno González Zorn

Catedrático y jefe de la Unidad de Resistencia a los Antimicrobianos de la Universidad Complutense

El profesor Bruno González Zorn, catedrático y jefe de la Unidad de Resistencia a los Antimicrobianos de la Universidad Complutense de Madrid, asesor de la OMS y un referente internacional en la materia, defiende la reclasificación del fármaco. «El ácido clavulánico no es antibiótico, inhibe la enzima que usan muchas bacterias para degradar la amoxicilina pero no tiene ningún sentido indicarlo en los cuadros no complicados de faringoamigdalitis (inflamación de la faringe y las amigdalas por virus o bacterias). Lo único que hace es favorecer que aparezcan resistencias y su uso es totalmente innecesario», señala el microbiólogo de la Complutense.

«Un 30% de los facultativos lo sigue prescribiendo»

Recuerda, en este sentido que, pese a estas consideraciones y el riesgo que conlleva su uso injustificado, un 30% de los especialistas siguen prescribiéndolo para estos cuadros. «Lo recetan en muchas ocasiones para asegurarse, por miedo al fracaso terapéutico», apunta González Zorn.

El catedrático de Microbiología advierte que el desarrollo de nuevos antibióticos ha sido hasta ahora insuficiente para compensar la creciente aparición de resistencias y que en el último lustro, en España únicamente se han incorporado cinco nuevos fármacos de este tipo. «La investigación en antibióticos no es tan rentable para la industria como la de otros fármacos, como los tratamientos crónicos. Un antibiótico nuevo se reserva para casos graves, por lo que su venta es limitada. Es fundamental que se creen condiciones que permitan que las farmacéuticas inviertan en antibióticos sin perder dinero», asevera el microbiólogo, quien avanza que «es muy probable que en los próximos 10 años no salgan nuevas familias de antibióticos».

Ante la falta de nuevos fármacos en un horizonte próximo, González Zorn aboga por la prevención y el buen uso de estos medicamentos. «Es muy importante cumplir con los calendarios de vacunas, especialmente en la tercera edad es esencial. Además, extremar los hábitos de higiene, diagnósticos rápidos para evitar prescripciones innecesarias… Y, por supuesto, políticas de uso responsable de estos fármacos», defiende el experto.

Imagen - «Las infecciones por bacterias en las UCIS han alcanzado mínimos históricos»

«Las infecciones por bacterias en las UCIS han alcanzado mínimos históricos»

José Garnacho

Presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc)

«Las infecciones por bacterias multirresistentes en el entorno comunitario y hospitalario han aumentado en España. Sin embargo, las infecciones adquiridas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han alcanzado mínimos históricos», según afirma en declaraciones a ABC el doctor José Garnacho, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y responsable del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

La colonización de bacterias durante el ingreso en la UCI ha descendido hasta un 0,29% de los pacientes, menos de la mitad de lo que ocurría en 2022. Sin embargo, según apunta, «se mantiene la tendencia al alza de las colonizaciones por bacterias multirresistentes previamente al ingreso en la UCI, bien sea en la comunidad o en otras dependencias hospitalarias». A este respecto, del 3,28% de 2022 se llega ahora a un 4,1% de los casos.

Cuidar la microbiota para combatir las ‘bacterias malas’ que nos acechan

España desaconseja el uso del Augmentine para la faringitis por su «alto riesgo de generar resistencias»

Microbiólogos, virologos e infectólogos coinciden en la importancia de cuidar nuestro microbioma -conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos) que viven en y sobre nuestro cuerpo, junto con sus genes y el entorno donde habitan-, para blindarnos ante la aparición de bacterias multirresistentes. «Una de las estrategias que se están utilizando para luchar contra las resistencias es la de usar las bacterias buenas para combatir las malas que nos acechan», indica el catedrático Bruno González Zorn, responsable de la Unidad de Resistencia a los Antimicrobianos de la Universidad Complutense de Madrid y asesor de la OMS. El doctor José Garnacho, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y responsable del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, coincide con él en la «importancia de cuidar especialmente nuestra salud intestinal». «Hay más ADN en nuestro sistema gastrointestinal que en el resto del cuerpo. Por eso, si tenemos muchas bacterias sanas en nuestra microbiota, a las bacterias malas les va a costar más colonizarte», subrayan los expertos. Ambos lanzan un aviso a los ciudadanos: «Hasta que no lleguen nuevos antibióticos dirigidos, la mejor forma de prevenir las resistencias antimicrobianas es procurar una buena salud (mantener hábitos saludables y una buena alimentación que fortalezca el sistema inmune) y consumir antibióticos de manera responsable». «A día de hoy es la baza más efectiva que tenemos para frenar esta epidemia que ha puesto en jaque a la sanidad mundial».