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Conforme pasa el tiempo y profundizamos en el conocimiento de los neandertales, cada vez está más claro que hubo muchos factores que propiciaron su desaparición. De hecho, hay quienes sostienen que nunca llegaron a extinguirse por completo, puesto que su ADN se mezcló con el del Homo sapiens y sigue presente en millones de seres humanos.
En este sentido, un artículo de investigación publicado el pasado mes de abril en la revista Sciences Advances y liderado por especialistas en física espacial de la Universidad de Míchigan fue un paso más allá y reavivó la controversia sobre la extinción (o más bien, desaparición) de los neandertales. En concreto, lo hizo por proponer que su final fue propiciado por un evento de carácter astrofísico, es decir, ocurrido en el espacio exterior.
El evento Laschamps
El estudio sugiere que la desaparición del Homo neanderthalensis estuvo directamente ligado con el debilitamiento del campo magnético terrestre ocurrido durante el evento Laschamps, hace aproximadamente 41.000 años. Según Agnit Mukhopadhyay, autor principal del artículo, esta fluctuación geomagnética propició una mayor penetración de la radiación cósmica y ultravioleta, lo que generó un entorno más hostil.

Pero ¿por qué no provocó la desaparición del Homo sapiens también? Al parecer, los humanos modernos poseían una ventaja adaptativa crucial frente a los neandertales: usaban ropa más ceñida y de colores ocres, lo que les sirvió como protector solar. Además, eran capaces de utilizar sus refugios en cuevas de manera más efectiva. Así habrían conseguido mitigar la exposición al incremento de la radiación.
La ventaja tecnológica del Homo sapiens
La hipótesis formulada por Mukhopadhyay y su equipo se basa en modelos tridimensionales de la Tierra y su entorno espacial durante aquel período. Sin embargo, de forma casi inmediata surgieron críticas. Por un lado, los arqueólogos aseguraron que no hay registros fósiles que aporten pruebas sobre el impacto del evento Laschamps en los neandertales documentados. Asimismo, otros hacen hincapié en que solo contempla una única variable, por lo que su potencial alcance es limitado.
Además, dar por sentado que los neandertales no vestían prendas ajustadas, lo que les hacía estar más expuestos, resulta presuntuoso. Y es que, aunque las primeras agujas de coser se dataron bastante tiempo después de su desaparición, existe evidencia arqueológica de que los neandertales procesaban pieles con herramientas como, por ejemplo, raspadores. De hecho, esta habilidad fue clave para que pudiesen sobrevivir en climas fríos.

En cuanto al uso exclusivo del color ocre en la ropa por parte del Homo sapiens, también hay aspectos cuestionables. No hay que olvidar que este pigmento ha sido encontrado en enclaves utilizados por los neandertales con una antigüedad superior a los 100.000 años. Algo que deja entrever que compartieron con los humanos espacios y tecnologías durante milenios. Por tanto, no existen pruebas sólidas de que no tuvieran acceso a él.
La arqueología no respalda un colapso abrupto
Otra objeción contundente es la falta de correlación temporal. El registro arqueológico del que se dispone hasta la fecha no ofrece indicios de colapsos demográficos bruscos y, por tanto, de impactos catastróficos generalizados que coincidan temporalmente con el evento Laschamps. Así que, si la radiación hubiese sido el factor determinante, sería de esperar un incremento de la mortalidad que también habría afectado a las comunidades de Homo sapiens que habitaban regiones cálidas y no usaban vestimentas ceñidas.
En cambio, la teoría del declive paulatino y de la absorción evolutiva tiene mucho más fundamento científico. No hay que olvidar que la población de Homo neanderthalensis era mucho más reducida que la de Homo sapiens y que estos últimos fueron capaces de desarrollar armas de caza a distancia. Por tanto, aunque asociar la extinción de los neandertales con el evento Laschamps sea un ejercicio interesante y que está dando mucho que hablar, parece que no hay suficiente sustento científico para demostrarlo. Al menos, con las pruebas que tenemos en la actualidad.