El PSOE de Aragón está viviendo una revuelta interna desde la llegada de la exministra de Educación Pilar Alegría como nueva líder de la formación regional de cara a las elecciones del próximo 8 de febrero. De momento, hasta cinco miembros del partido en la región han rechazado figurar en las listas conformadas por Alegría para los comicios al no ocupar puestos de salida, según ha adelantado El Mundo y ha podido confirmar THE OBJECTIVE.

En concreto, tres de ellos son diputados por Zaragoza: la portavoz adjunta en las Cortes regionales, Leticia Soria; el alcalde de Cariñena, Sergio Ortiz; y la portavoz de bienestar social, Pilar María Zamora. Los otros dos, de Teruel, son Ángel Peralta, secretario general de las Juventudes en Teruel, y Silvia Jimeno, alcaldesa de La Mata de los Olmos.

Todos ellos han declinado ocupar puestos en la lista tras haber sido relegados a números inferiores y ante la perspectiva de «un resultado nefasto» en los comicios del próximo febrero y, por tanto, las escasas posibilidades de que la formación supere los diez escaños en Zaragoza -la mayor provincia de la región- y solo 17-18 en el cómputo de la región, cuatro o cinco menos que en la actualidad. Además, en las filas socialistas no descartan que el PSOE quede en tercer lugar en la provincia de Teruel por detrás del PP y Aragón Existe. «Todo lo que huele a Lambán es aniquilado», han considerado fuentes cercanas al exlíder socialista en Aragón.

La exministra ha optado por crear un equipo afín y con gran peso orgánico, pensando, también, en afrontar una recomposición tras el previsible peor resultado electoral del PSOE en la región. Soria, a quien han ofrecido ir número 13 en las listas, considera que este puesto «es humillante», según ha relatado a El Mundo.

Estas renuncias llegan después de que, en la presentación de las listas, Alegría volviera a hacer un llamamiento a la «unidad» en su partido y asegurar que se presenta a los comicios «con ganas, fuerza y convicción». De igual forma, pidió «máxima implicación» y «responsabilidad» en la campaña, pidió estar preparados para la «cascada de insultos y desprecios» que espera recibir del PP.