Aitor Albizua y LalaChús condujeron el tradicional programa de Nochebuena, con buenas críticas a su factura técnica y artística y que respondió a las numerosas controversias que rodean al canal
25 dic 2025 . Actualizado a las 13:10 h.

Telepasión 2025. Mi gran noche fue una de las opciones de la Nochebuena más clásicas, seguidas y alabadas de este año. Pero también aprovechó para ajustar cuentas, RTVE, desde el tradicional espacio navideño para las numerosas controversias que le han rodeado a lo largo de estos meses. 

Aitor Albizua y LalaChús ejercieron de maestros de ceremonias del espacio, un desafío que afrontaron con la ayuda de dos secretarias muy poco convencionales y misteriosas. Todos abordaron el proyecto con mucha ilusión y con locas ideas. Participaron más de 130 profesionales de RTVE que llenaron la noche de música y baile de todas las épocas, con muchas sorpresas…

Hubo música y temáticas para todos los gustos, donde las caras más conocidas del Canal 24 horas o los Deportes de RTVE, cambiaron de registro completamente. 

Muchos telespectadores destacaron la gran factura técnica y artística de esta edición de Telepasión, dirigida por Juan Luis Iborra. 

Y también hueco para la inclusión, ya que también participaron los presentadores de la Once como destacaba y agradecía la propia Patty Bonet compartiendo en redes parte de su actuación. 

Pero la pieza más reivindicativa y con la que la dirección de RTVE parecía responder o acallar todas las polémicas que le rodean en un año en el que, con fracasos estrepitosos, también ha conseguido grandes hitos como aumentar la audiencia media de la cadena a registros no vistos en los últimos años. 

Inés Hernand, siempre también abonada a la polémica y sin pelos en la lengua, fue una de las protagonistas de una manifestación en la que el lema de la pancarta era «Quién quiera pararme no podrá», con el tema de Manuel Carrasco Tengo el poder. El propio presidente de RTVE, José Pablo López, tuiteaba ese momento de Telepasión en sus redes sociales. En él se veía a parte del equipo de Cine de barrio, con Inés Ballester a la cabeza, pero también realizadores, productores, cámaras y técnicos de sonido, entre otros muchos, tanto de la central madrileña como de los centros territoriales autonómicos. 

Buscaba así responder, a su manera, a un año en el que algunos programas como Malas lenguas o Mañaneros, han sido muy criticados por su presunta «falta de pluralidad». 


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