Consumir tres raciones de patatas fritas a la semana se asocia con un aumento del 20 % en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, pero consumir cantidades similares de patatas cocinadas de otras formas (hervidas, al horno o en puré) no aumenta sustancialmente el riesgo, según un estudio publicado en BMJ. El trabajo, que analizó la dieta de más de 205.000 adultos durante décadas, mostró que sustituir cualquier forma de patata por cereales integrales se asoció con un menor riesgo de diabetes tipo 2.