A sus 46 años, y tras 17 de alternativa, el diestro soriano Rubén Sanz se encuentra en la antesala del compromiso más crucial de su carrera: la confirmación de su doctorado en la plaza de toros de Las Ventas. 

Un hito que representa la culminación de una vida de sacrificio y la recompensa a una fe inquebrantable en su concepto del toreo, fijado para el próximo 28 de septiembre.

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Su inclusión en los carteles de la primera plaza del mundo es el premio a una trayectoria marcada por la perseverancia y triunfos clave. 


En esta entrevista, profundizamos en las sensaciones y la filosofía de un torero que llega a Madrid en plena madurez para presentar una tauromaquia sentida y personal.

Un Sueño Cumplido: La Cita con Madrid

Maestro, la confirmación en Madrid es una realidad inminente. Después de 17 años de alternativa, ¿qué siente al ver tan cerca un sueño que, como ha expresado, parecía casi inalcanzable?

«La sensación inicial es de incredulidad, una que poco a poco da paso a una mezcla exacta de ilusión y responsabilidad. Dimensionar un compromiso de esta magnitud lleva tiempo. Es, sin duda, uno de los días más importantes de mi carrera y, a la vez, la materialización de un sueño que he perseguido durante toda mi vida profesional.»

Esta oportunidad llega en un momento de plena madurez. ¿Cree que este largo camino de espera le ha permitido forjar un torero más profundo y preparado para la exigencia de Las Ventas?

«Indudablemente. Siempre he pensado que la madurez personal es el cimiento de la profundidad artística. Te ayuda a ser más auténtico a la hora de torear, a despojarte de lo superfluo y centrarte en la esencia. Dicho esto, con la honestidad por delante, uno nunca termina de sentirse completamente preparado para la inmensidad y la responsabilidad que impone Madrid.»

El Sello de la Copa Chenel y una Tauromaquia Propia

Su notable paso por la Copa Chenel ha sido un trampolín definitivo. ¿Qué ha significado este certamen para usted?

«La Copa Chenel ha sido un catalizador fundamental. Estoy inmensamente agradecido tanto a la Fundación Toro de Lidia como a la Comunidad de Madrid por brindarme la oportunidad de mostrarme en un escaparate tan importante. Aunque no pude redondear esa tarde como me hubiera gustado, logré algo crucial: que muchos aficionados que no sabían de mí se sorprendieran y se interesaran por mi forma de interpretar el toreo. Abrió una puerta que llevaba mucho tiempo cerrada.»

Usted se ha definido como un torero «diferente». ¿Cuál es la tauromaquia que Rubén Sanz quiere presentar en Madrid y qué puede aportar a la primera plaza del mundo?

«La tauromaquia que voy a presentar es la que siento; no puedo ni sé torear de otra forma. Mi aportación a Las Ventas será la de un toreo que prioriza el sentimiento por encima de todo. Es una tauromaquia personal, que busca la pureza y la conexión íntima con el animal. Entiendo que pueda no ser del gusto de todos, pero mi objetivo es calar hondo en aquel sector de la afición que valora esa clase de expresión.»

28 de Septiembre: Un Cartel con Simbolismo y el Desafío Ganadero . Ya se conoce el cartel oficialmente :  confirmará junto a Javier Herrero y Gómez del Pilar, con toros de Concha y Sierra y Murteira Grove. ¿Qué sensaciones le produce esta combinación?

«El cartel tiene un componente emocional muy fuerte. Con Javier Herrero he compartido mucho, tanto en el campo como en la plaza; nos conocemos desde hace tiempo. A Noé (Gómez del Pilar) lo considero un amigo. Hemos toreado juntos en el campo e incluso entrenamos en épocas en las que yo no tenía contratos. Que ahora forme parte de un día tan importante para mí lo hace verdaderamente especial.»

En cuanto a las ganaderías, ¿qué representan para usted?

«El destino ha querido que confirme con un toro de Concha y Sierra, una ganadería legendaria a la que acudía a tentar habitualmente cuando era novillero y que atraviesa un gran momento. De Murteira Grove, curiosamente, no he llegado a torear nada, aunque el año pasado estuve a punto. Sé que fue una ganadería ,importantísima en la carrera de mi maestro, José Luis Palomar, lo que añade otra capa de significado y respeto a la cita.»

Sabiendo que se enfrenta a un tipo de toro con las particularidades que exige Madrid, ¿cómo está enfocando su preparación?

«Siendo realista, mis circunstancias hacen que toree muy poco en el campo. Por ello, mi preparación se enfoca de manera intensiva en el toreo de salón y, sobre todo, en mantener la mente despierta, lúcida y preparada. El objetivo es estar mentalmente dispuesto para que, si un toro me regala embestidas con las que pueda expresarme, no haya dudas y pueda volcar todo mi toreo.»

Más allá del resultado numérico, ¿cuál sería para Rubén Sanz el triunfo personal en la tarde de su confirmación?

«El triunfo para mí no se medirá en orejas. Mi verdadero éxito será sentir que me he entregado por completo, que he sido fiel a mi concepto y que, como resultado, mi situación en el toreo ‘ha mejorado’, aunque solo sea un poco. Me gustaría abandonar la plaza con la profunda satisfacción de que mi toreo ha gustado y ha sido comprendido en Madrid.»

Soria, su tierra, siempre le ha mostrado un apoyo incondicional. ¿Qué significa llevar su nombre a la plaza más importante del mundo?

«Es un orgullo inmenso y una gran responsabilidad. Es muy bonito ver cómo mis paisanos están ilusionados con mi confirmación. Sentir ese respaldo en un momento tan clave es un motor. Ojalá pueda brindarles la alegría que se merecen.»

A lo largo de su carrera ha vivido todas las facetas de la profesión. ¿Qué lección fundamental ha aprendido en estos años de lucha y perseverancia?

«Mi reflexión ha sido siempre la misma y hoy la mantengo con más fuerza que nunca: ser fiel a uno mismo. He visto puertas cerrarse y abrirse, a veces sin una lógica aparente. Pero cuando eres tú mismo, lo poco o mucho que consigues tiene un sabor especial, un valor incalculable porque es auténtico.»

Para concluir, en un momento social complejo para la tauromaquia, ¿qué mensaje le gustaría transmitir como profesional que ha dedicado su vida al toro?

«Que para mí el toreo es lo más grande. Estoy profundamente orgulloso de ser torero y de la persona en la que esta profesión me ha convertido. En un mundo a menudo lleno de artificios, no hay un lugar con más verdad que ese instante único en el que el toro y el torero se encuentran frente a frente en el ruedo.»