Los hijos de las grandes figuras que brillaban en el ciclismo hace dos décadas empiezan a abrirse camino en el deporte en el que triunfaron … sus padres. Nicolas Vinokourov (23 años, Astana) cuenta con dos victorias semiprofesionales en su palmarés y una Vuelta a España en sus piernas, Marcos Freire (19 años) está corriendo la Vuelta a Burgos con el UAE y Markel Beloki, del Education First, ya conoce el sabor de la victoria.
El alavés, hijo del lazkaotarra Joseba Beloki, segundo en el Tour de Francia de 2002, ha celebrado sus 20 años recién cumplidos ganando una etapa y la clasificación general en el Tour de Alsacia. Al igual que su padre, la montaña es su hábitat natural y Beloki júnior abrió su palmarés el pasado fin de semana a lo grande, venciendo en lo alto de La Planche des Belles Filles, cima en la que Tadej Pogacar logró su primer Tour de Francia en 2020.
Está cumpliendo su segunda temporada en el Education First, equipo de World Tour en el que recaló directamente desde categoría júnior., y vive una aclimatación paulatina al ciclismo profesional, con un calendario cuidado pero al mismo tiempo de mucho nivel. Sin grandes vueltas todavía pero con participaciones en carreras de primera línea como el UAE Tour, Itzulia o el Down Under australiano.
También está sufriendo los altibajos habituales de un deportista de alto nivel, ya que tuvo que abandonar la Itzulia de este año y no había vuelto a competir hasta tres meses después por culpa de una mononucleosis que le ha mantenido inactivo. Beloki reapareció en julio en el Tour de los Alpes con buenas sensaciones, terminando en el puesto catorce la carrera dominada de principio a fin por Isaac del Toro, y como en muchas ocasiones hay que dar primero un paso atrás para después avanzar dos, ha competido en el Tour de Alsacia con el filial del conjunto estadounidense. Al contrario de lo que sucede en el fútbol u otros deportes, donde no se permite que un integrante del primer equipo participe en el filial, en el ciclismo sí está contemplado –bajo ciertas restricciones de edad, duración y tipología de contrato– que un corredor baje al equipo de desarrollo.
Es lo que hizo Beloki, que lejos de verlo como un paso atrás se lo tomó como una gran oportunidad para coger confianza y demostrar su valía. El Education First-Aevolo fue decimocuarto en la contrarreloj por equipos inicial –de 4,3 kilómetros– y Beloki ya impuso su fuerza en la tercera etapa, venciendo en La Planche des Belles Filles tras aventajar en 28 segundos al colombiano Santiago Umba, al belga Kamiel Eeman y al francés Axel Mariault. En la quinta y última etapa, con un terreno muy exigente en el que figuraban hasta seis puertos en el recorrido, Beloki gestionó bien su ventaja y no tuvo problemas en defender el maillot amarillo bajo la mirada de su aita Joseba, que se acercó junto a toda la familia para animar a Markel las tres últimas etapas.
Ganar siempre es difícil
«Vine aquí para ganar la general y lo hemos conseguido», señaló tras la última etapa. La carrera era de categoría 2.2 y no es considerada profesional, ya que la mayoría de equipos eran filiales, pero no resta mérito a lo conseguido. Todo el pelotón es consciente de lo difícil que es ganar.
El joven de 20 años se mostró muy confiado sobre su final de temporada. Por ahora no figuran de manera pública cuáles serán sus próximas carreras, pero asegura que «estoy muy seguro de mi forma física y vamos a seguir así el resto de la temporada».
De la misma generación que Pablo Torres (UAE), dos años más joven que Iván Romeo (Movistar) y uno mayor que Héctor Álvarez (Lidl-Trek), Marcos Freire (UAE) y Marcos Martín (RedBull), Markel es parte de una generación prometedora que sueña con subirse a la nueva ola de jóvenes sobradamente preparados. Con sus genes, no va mal encaminado.