Aunque la enfermedad neurodegenerativa del alzhéimer se considere tradicionalmente como irreversible, un reciente estudio científico podría cambiarlo. Investigadores de la Universidad estadounidense de Northwestern han demostrado en un estudio con ratones que el uso de un fármaco experimental consigue frenar los primeros daños del alzhéimer, revirtiendo así daño cerebral y no solo ralentizándolo.
Los investigadores detectaron una subespecie de oligómeros altamente tóxicos, unas proteínas que parecen ser precursores del alzhéimer, impulsando los primeros cambios en el cerebro como la disfunción neuronal, la inflamación y la activación de células inmunitarias. «Identificamos un subtipo distinto de oligómero de beta amiloide que aparece dentro de las neuronas y que potencialmente actúa como un instigador de la patología temprana del Alzheimer», expone Daniel Kranz, uno de los autores del estudio.

Análisis de sangre para detectar en alzhéimer en la Fundación Pasqual Maragall. / FUNDACIÓN PASQUAL MARAGALL
Unas moléculas que el fármaco desarrollado por los investigadores (NU-9) consigue reducir, disminuyendo drásticamente el daño que causa en un estudio con ratones.
Intervención temprana
«El Alzheimer comienza décadas antes de que aparezcan sus síntomas, con eventos tempranos como la acumulación de oligómeros tóxicos de beta amiloide dentro de las neuronas y la activación de células gliales mucho antes de que la pérdida de memoria sea evidente», explica Kranz. «Cuando aparecen los síntomas, la patología subyacente ya está avanzada. Esta es probablemente una de las razones por las que muchos ensayos clínicos han fracasado: empiezan demasiado tarde. En nuestro estudio, administramos NU-9 antes del inicio de los síntomas, modelando esta ventana temprana y pre-sintomática».
Durante el estudio administraron el fármaco a ratones pre-sintómaticos de Alzhéimer. Estos recibieron una dosis oral diaria durante 60 días. «Los resultados son impresionantes», asegura uno de los investigadores. El fármaco redujo significativamente la astrogliosis reactiva temprana, una reacción inflamatoria que típicamente comienza mucho antes de que aparezcan los síntomas.
El número de oligómeros tóxicos también disminuyó notablemente, así como una forma anormal de la proteína TDP-43. Esto último es un rasgo característico de enfermedades neurodegenerativas y relacionadas con déficits cognitivos. Las mejoras se observaron en múltiples regiones del cerebro, lo que indica que NU-9 ejerce un efecto antiinflamatorio a escala cerebral.
Un fármaco para prevenir
«La mayoría de la gente está acostumbrada a controlar sus niveles de colesterol», dijo Richard Silverman, uno de los investigadores. «Si tienes el colesterol alto, no significa que vayas a tener un infarto pronto. Pero es momento de tomar medicación para reducirlo y evitar ese ataque cardíaco en el futuro. Este fármaco podría desempeñar un papel similar. Si alguien tiene un biomarcador que indique Alzheimer, podría empezar a tomar NU-9 antes de que aparezcan los síntomas».
Este es el objetivo que persiguen los investigadores, que explican que a la par que este fármaco hay un par de pruebas sanguíneas para diagnosticar de manera temprana el alzhéimer en desarrollo. «La promesa de mejores diagnósticos tempranos, combinada con un fármaco que pueda detener la enfermedad de raíz, es el objetivo».
Actualmente, el equipo está probando NU-9 en modelos adicionales de Alzheimer, incluido un modelo de inicio tardío que refleja mejor el envejecimiento humano típico. Los investigadores también planean seguir a los animales durante más tiempo para determinar si desarrollan síntomas y estudiar cómo afecta la intervención temprana con NU-9 a la memoria y la salud neuronal con el paso del tiempo.
“Este nuevo enfoque terapéutico debe implementarse en ensayos clínicos en humanos cuidadosamente diseñados para determinar si la eficacia observada en animales puede trasladarse a humanos”, concluyen los autores del estudio.