Sábado, 27 de diciembre 2025, 08:33
A lo largo de este 2025 a punto de concluir se ha cumplido el siglo de la puesta de largo como pintor del catedrático murciano José María Almela Costa, quien fue profeta en Madrid antes de serlo en su tierra, donde expuso, con mucho éxito social y de crítica, primero en Cartagena en el mes de abril, y un mes después en la capital. En la primera, en los salones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, propiciada por el periodista Miguel Pelayo, y en Murcia en el entonces floreciente y prestigioso Círculo de Bellas Artes (en la calle Trapería).
Almela había sido condiscípulo en la Sociedad Económica de Murcia, de Pedro Flores, Luis Garay y Joaquín, aunque muy distante del quehacer pictórico de aquellos. Posteriormente marcho a Madrid, a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fue discípulo de Sorolla, Romero de Torres y Simonet.
Sus primeras exposiciones tuvieron lugar en Madrid (en enero de 1924) en el Salón Permanente del Círculo de Bellas Artes, (plaza de las Cortes), a la que asistió la Infanta Doña Isabel; Oviedo y Bilbao, tierras estas últimas donde pintó mucho paisaje, que trajo a la Región en 1925. En Cartagena lo hizo en los mismos días en que llegó a la ciudad la imagen de La Piedad (de José Capuz), para la Cofradía Marraja. De la exposición de pintura de Almela hizo muy elogiosa crítica el también pintor y crítico de arte Luis Gil de Vicario, quien incluye a Almela en el mundo del Impresionismo artístico y menciona uno a uno todos los cuadros expuestos, algunos de los cuales se encontrarán en colecciones particulares. Entre ellos, muchos pintados durante su reciente estancia en tierras vascas, como ‘Pinos de Ulla’, ‘Otoño en Guipúzcoa’, ‘El Puerto de San Sebastián al anochecer’, y ‘Plaza de Zubieta’, entre otros. El comentario de Gil de Vicario concluye diciendo que «en los cuadros de Almela se aprecia la luz ecléctica de la pintura actual y las nieblas dormidas sobre los valles vascos, como en los cuentos y leyendas de los Pirineos…».

‘Interior huertano’. Pintura de José María Almela incluida en la colección fotográfica de obras de arte del Museo de Bellas Artes de Murcia.
Archivo Regional

El domingo 16 de mayo abrió exposición en Murcia de la que un comentario anónimo en ‘El Liberal’ dice de él ser un joven y aventajado artista (contaba con 25 años), que «había merecido gratos elogios de la crítica madrileña, y recientemente en Cartagena». La muestra pictórica había sido muy esperada entre la sociedad capitalina, por lo que se había oído y leído de las realizadas en otros lugares. Hasta el extremo que el Ayuntamiento, en sesión plenaria celebrada el 3 de junio siguiente, adoptó el acuerdo, a propuesta del concejal Navarro, «de adquirir uno de los cuadros que figuran en la exposición, con los fondos económicos procedentes de la becerrada celebrada días atrás». Así mismo, la Diputación Provincial, que en ese tiempo presidía el rector José Loustau, en sesión ordinaria celebrada el 16 de agosto, «acordó adquirir para esta Corporación, el cuadro del pintor murciano D. José Almela Costa titulado ‘A la fiesta’, cuyo importe se abonará con cargo a la consignación correspondiente al presupuesto en ejercicio».
Cincuenta años después de aquella muestra, la galería de arte ZERO, que regentaba mi amigo Juan Bautista Sanz, en la Plaza de la Cruz, organizó (en noviembre de 1975) otra exposición (antológica) «homenaje al viejo profesor», que también despertó el interés social y artístico en la capital.
Compatibilizó la creación plástica con el ejercicio de la docencia como catedrático de Dibujo, en Lorca, Orihuela y, finalmente, en Murcia; dejó muy buen recuerdo pictórico y docente
Almela Costa, que como es sabido compatibilizó la creación plástica con el ejercicio de la docencia como catedrático de Dibujo, en Lorca, Orihuela y finalmente en Murcia, dejó muy buen recuerdo pictórico y docente entre sus admiradores y alumnos, quienes siempre han tenido y tienen a gala haber convivido con un pintor «de moda», muy prolífico hasta su muerte, ocurrida en su casa de la calle Jaime I el Conquistador en 1989.
Aquel año de 1925, ahora hace un siglo, también expusieron, en Murcia, con éxito social y de crítica, Pedro Flores (quien no contó para hacerlo con la aprobación de su amigo Luis Garay) y los artistas Francisco Portela y Roig Asuar, en Cartagena.
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