José Martí Massó es una autentica eminencia dentro del campo de la neurología. Ya jubilado, el mismo día pero horas antes de mantener esta conversación … con DV recibía la noticia de que sería reconocido por el Ayuntamiento de Donostia con la Medalla al Mérito Ciudadano. «Un auténtico orgullo para mí y un reconocimiento a la labor que he hecho durante mi trayectoria profesional», reconocía Massó. Ha pasado por Hernani, en concreto por Biteri kultur etxea, para ofrecer sus conocimientos en forma de una conferencia dirigida principalmente a personas mayores.
–¿Cuándo podemos decir que una persona tiene demencia?
–Cuando ha perdido capacidades intelectuales de tal intensidad que ya no puede mantener una independencia completa. Tiene que ser vigilado, controlado o ayudado. No puede hacer una vida normal. En algunos casos supone que no puedan hacer una vida laboral normal, al tener cierta responsabilidad. Puede conllevar pérdida de memoria, pero también de otras capacidades como el lenguaje. Ante esa pérdida de independencia o autonomía es cuando se puede hablar de demencia.
HÁBITOS«Un tercio de los que van a demenciarse, si afrontan bien algunos aspectos, la retrasarán»SECTORES«Los ricos envejecen mejor y se demencian menos. También los universitarios»DATO«Cada 4 segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo»
–¿Cuáles son las principales formas de manifestarse?
–La más frecuente es con trastornos de memoria, muchas veces a corto plazo o también la denominada memoria episódica. En algunos casos, de forma frecuente, se pueden dar trastornos de la función ejecutiva, es decir la capacidad que tenemos para planificar, organizar o monitorizar las acciones complejas que hacemos, como puede ser preparar la comida o hacer la compra. También existe la pérdida de introspección, que supone una dificultad para darse cuenta de lo que a uno le pasa. Puede aparecer igualmente en forma de trastorno del lenguaje, con la utilización de uno más pobre o dificultades para hablar. Lo cierto es que varía mucho de unas personas a otras y también del tipo de demencia. No es solo el alzheimer, que suele comenzar con trastorno de memoria, sino también están las demencias fronto-temporales que comienzan con problemas de conducta, como puede ser la apatía, o del lenguaje.
–¿Ante qué signo una persona tiene que dar la voz de alarma?.
–Envejecer es perder memoria, con 30 años ya no nos aprendemos las canciones que sí hacíamos con 20. Cuando llegas a los 65/70 años notas que se te olvidan cosas, que no tienes la misma capacidad para retener datos y ni la misma fluidez verbal. Cuando estos errores se repiten con frecuencia y te preocupan o cuando los observan los familiares, es hora de ir al médico. Se hacen unos text que miden si tienes una memoria o no normal, y con ello un diagnóstico de si hay una demencia, un deterioro cognitivo ligero o quejas subjetivas de memoria.
–Se dan casos en los que uno va preocupado pero luego no hay nada serio.
–La queja de que pierdo memoria es la más frecuente que se ve hoy en día. Antes eran los dolores de cabeza. Un 10% de la gente que acude con esa preocupación de pérdida de memoria en las pruebas da que todo es normal y se llama queja subjetiva de memoria. Es un grupo muy heterogéneo, donde puede haber gente muy preocupadiza y otros que ya tienen una pérdida de memoria pero que en los text aún no sale. Sí es verdad que de este grupo hay más gente que se demenciará en el futuro con respecto a personas que no se quejan de esa sensación de pérdida de memoria.
–¿Qué es más habitual, que uno mismo se empiece a dar cuenta del problema o son los que le rodean los que perciben que algo está pasando?
–En general cuando es un deterioro cognitivo ligero se suelen dar más fácil cuenta las personas que le rodean. Siempre que convivan con un familiar estrecho, porque también hay personas a las que podríamos decir que les da igual que se esté dando ese tipo de problema con la persona que tiene al lado. Hay hombres que mientras tengan la comida encima de la mesa, les da igual que su mujer repita las cosas 20 veces o no.
–Una persona que no es muy mayor y repite demasiado la misma información…
–Repetir mucho las cosas puede suponer el tener un rasgo obsesivo. Pero si no se da cuenta de que lo repite, normalmente es un signo de trastorno de memoria.
–¿La demencia puede ser hereditaria?
–Demencia son muchas enfermedades diferentes que conducen a un resultado relativamente parecido, como es la demencia en sí, pero que cuenta con gran diferencia entre una leve y una grave. La más frecuente es la enfermedad de Alzheimer. La carga genética que llevas influye y tienes más riesgo. Hay un factor de riesgo que es la POE4, una lipoproteína que transporta grasas. Puedes tener por parte de la padre y la madre 2, 3 o 4. Puede suponer tener mayor riesgo de tener una demencia a los 80 años.
–¿Las enfermedades de demencia se pueden prevenir?
–Un mensaje importante es saber que un tercio de los pacientes que van a demenciarse, si hacen bien todas las cosas, la retrasarán o no le aparecerá nunca. Se centra en el control de factores de riesgo vascular, del ánimo, audífonos en caso de problemas de oído, cuidar la boca (que no haya gingivitis crónicas que aumenta el riesgo). Parece que incluso los enfermos vacunados del zóster tienen un cierto grado de protección. Otro elemento es contar con una dieta sana, es decir la meditarránea, vino cuanto menos mejor y estimulación cognitiva, que iría asociado a la actividad social y a no sentirte solo. También son muy importantes la realización de ejercicios de escritura, lectura o cálculo. Los que tocamos un instrumento después de 65 años tenemos un riesgo menor también. A todo ello se le suma el ejercicio físico. Por lo tanto, hay aspectos que uno puede hacer para tener una vejez saludable y cuidar el cerebro de una forma adecuada.
–Hay que entrenar cuerpo y mente.
–Efectivamente. La demencia es más frecuente en gente de sustrato social bajo. Los ricos envejecen mejor y se demencian menos. También los universitarios, los que han estudiado toda la vida y mantienen el cerebro activo.
–Llamativo lo de los ricos…
–Creo que hay varios factores secundarios: La alimentación es mejor, el estilo de vida también y la educación es mayor. Mira, yo toco el violín y fuimos a actuar al Seminario. La media de edad entre los curas es de 90 años, pero el nivel cognitivo no es tan bajo como en las residencias. Los curas han mantenido la capacidad de hablar, han estado en relación…
–Vuelve a salir el asunto de la soledad no deseada.
–Tiene varias connotaciones. Todos necesitamos en algún momento estar solos, pero no tiene nada que ver con el que se siente desamparado o solo, que le puede pasar algo y nadie le va a atender. Cuando se hacen estudios se ve que esas personas mueren antes que los que se sienten acompañados, incluso las personas que puedan estar sufriendo un cáncer. Además, tienen mayor morbilidad, más depresión y más demencia.
–…
–La alimentación de esas personas no es igual ya que el que vive solo no se alimenta de la misma manera y habitualmente no se es igual de disciplinado en la toma de medicación, para visitas o revisiones médicas. En cierta medida se puede decir que cuando se está en esa soledad uno se abandona un poco.
–Una vez que aparece la demencia, ¿se puede actuar para ralentizarla?
–Tenemos medicamentos que mejoran algo los síntomas, que también los hay conductuales y que son muy importantes: La apatía, la depresión, la ansiedad, los delirios de cuando una persona con demencia dice que le han robado cuando no sabe dónde ha dejado las cosas. Todos estos síntomas mejoran con los tratamientos que llamamos anticolinesterásicos, influyen sobre la acetilcolina en el cerebro, lo que permite aumentar la concentración. Mejora algo la memoria y la conducta. También hay otro medicamento, la memantina. De la misma manera hay otros tratamientos sintomáticos, antidepresivos a los que se deprimen, tranquilizantes cuando se genera inquietud…
–¿Y fuera de los medicamentos?
–Decimos que es bueno que se mantengan en activo, que respeten los ritmos circadianos (día/noche) y, a ser posible, que se le cuide como le gustaría que se le cuidara. Cada uno tiene sus gustos, siempre digo que los cuidados es un tema muy individual, un asunto complejo el de los cuidados de las personas con demencia.
–¿Cómo se debe tratar a un familiar cercano que padece demencia?
–Mucha gente nunca ha tenido experiencia previa y tiene que improvisar. Siempre les digo que lo primero es tratarles con cariño, preocupándose que se sienta lo mejor posible. Hay que hablarle poco pero claro y mirándole a los ojos. Que note que le oyes, aunque repita muchas veces lo mismo, intentar que no vea ninguna reacción negativa en ti, ya que es algo que no hace de manera voluntaria. Sé que no es fácil cuando te han preguntado siete veces lo mismo en media hora, pero hay que intentarlo.
–Según su experiencia, ¿qué es lo más duro para los familiares?
–Uno es cuando se ponen violentos, hay enfermos con alzhéimer que entran en un estado de violencia o agresividad que controlarlo no es fácil. También los trastornos del sueño, que por la noche se levante y empiece a gritar. El momento de decidir ingresar al enfermo o no en una residencia también resulta muy duro. Por último, el fin de la vida, cuando se decide parar todo ya, que se sede y termine. Hay que contar también con la voluntad del paciente.
–Que un familiar se olvide quién eres también lo será.
–Sí. Es curioso, yo tengo experiencia con mis abuelos y padres, que tuvieron demencia, y tengo la sensación de que cuando me veían sonreían porque te reconocen. Es muy gratificante que en esa situación te reconozcan y sonrían.
–¿Se conoce un porcentaje de la población que sufre o sufrirá demencia?
–Casi un 30% de las personas de más de 80 años van a desarrollar demencia. Sobre todo si son mujeres. Dos de cada tres mujeres y uno de cada tres hombres mayores de 65 años acabarán teniendo o demencia o parkinson o un ictus. Cada vez la población de 80 años aumenta más, pero en la prevalencia por grupos de edad ahora en los que superan esa edad la demencia es menor que hace 30 años, debido a que se controlan mejor los factores de riesgo. Sin embargo sigue estando cerca de ese 30% que comentábamos. Por lo tanto, se puede decir que se trata de una dolencia muy frecuente. Suelo empezar mis charlas dando el dato de que cada 4 segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo. Hay más de 55 millones de personas en el mundo que la sufren. En todas las familias hay casos.