La Premier League entra en ebullición con su habitual programación navideña y, por primera vez en la historia de la competición, tres entrenadores españoles copan (desde hace tres jornadas, por cierto) los tres primeros puestos del campeonato. Por plantilla, inversión y estatus, es lógico lo del Arsenal de Mikel Arteta y lo del Manchester City de Pep Guardiola. Pero es bastante sorprendente, y para bien, lo del Aston Villa de Unai Emery: visita hoy al Chelsea con 11 victorias y tres empates en 17 encuentros y una de las mejores rachas del fútbol europeo, 10 triunfos en sus últimos 10 partidos. Después de caer en Anfield el 1 de noviembre, los ‘villanos’ han puesto un brutal ritmo de crucero, con 23 goles a favor y 10 en contra, para llevarse nueve puntos de nueve en la Europa League y 21 de 21 en la Premier, donde hoy defiende esa tercera posición con 36 puntos, a únicamente uno del City y a tres del Arsenal. 

En la construcción de esa racha, el cuadro de Birmingham incluyó un triunfo ante los ‘gunners’ (5-1) con un tanto de Emi Buendía en el minuto 95 que llevó al Argentino a decir: «No sé si podremos pelearles la Liga, pero hemos demostrado que podemos pelear cualquier partido». Ese ‘pasito a pasito’ lo lleva trabajando Emery desde que llegó a Villa Park en verano de 2022. Nassef Sawiris (el hombre más rico de Egipto) y el estadounidense Wes Edens compraron conjuntamente el equipo en 2018 y entregaron las llaves de un proyecto a medio plazo al guipuzcoano, que se está reencontrando con el método que le llevó a la élite de los banquillos: triple campeón de Europa con el Sevilla, dio el salto al Paris Saint-Germain entre 2016 y 2018, alcanzó el banquillo del Arsenal entre 2018 y 2020, ganó la Europa League con el Villarreal… Su despido tras 17 partidos con el ‘submarino’ le abrió las puertas del Aston Villa en noviembre de 2022. «Gudivinín», la forma en la que él pronunciaba torpemente el «Good evening» (buenas tardes) en la sala de prensa, regresaba a la Premier. 

Éxitos

Enganchó de la solapa a un equipo que era 13º en la tabla y estaba en plena depresión cuando fue destituido Steven Gerrard y lo llevó hasta la séptima posición, clasificándose para una Conference League en la que alcanzó las semifinales. En aquella 23/24, además de rendir en Europa, los ‘villanos’ llegaron hasta la cuarta posición final en la Premier y lograron contra todo pronóstico un billete para pelear por la Copa de Europa por primera vez en cuatro décadas: en 1982, tras haber ganado la Liga por sorpresa, vencieron en la final al Bayern de Munich y en 1983 participaron como campeones del año anterior. El pasado curso (sextos en la Premier) alcanzaron los cuartos de final de la Champions, en la que cayeron ante el indiscutible campeón (PSG) estando a punto de forzar la prórroga en Villa Park: del 3-1 de la ida en París al 3-2 y varias paradas de Donarumma en la vuelta. El siguiente paso de este pequeño ‘milagro’ de Emery ha sido esta sorprendente 25/26 en la que se ha metido de pleno derecho en la lucha por el título. 

La clave del éxito actual está en el mediocampo. El Aston Villa posee uno de los ‘rombos’ o ‘cuadrados’, según la partitura de cada partido, más potentes ya no solo de la Premier League, sino del planeta: con el belga Amadou Onana o el francés Boubacar Kamara guardando la posición, con Tielemans como ‘agente libre’ capaz de liderar esa presión alta que caracteriza al equipo, con el eterno capitán McGinn en una segunda juventud… y sobre todo con Morgan Rogers, uno de los jugadores de moda en Inglaterra. El inglés, de 23 años, ha explotado este curso (siete goles y cinco asistencias) hasta el punto de ser el favorito de Thomas Tuchel en la selección en un puesto que parecía reservado exclusivamente para Jude Bellingham. 

El equipo, con una base sólida (el ‘Dibu’ Martínez en la portería, Konsa y Pau Torres en el eje de la zaga, Cash y Digne en los laterales, Watkins como punta más reconocible) se apuntala con secundarios de lujo como Buendía, Malen o Maatsen, y figuras reconocibles como Elliott (cedido del Liverpool) o Sancho buscando una redención. Con todo ese bagaje, el Aston Villa cierra 2025 con dos encuentros descomunales: hoy (18,30 horas) ante el Chelsea y el martes 30 ante el Arsenal. Duelos que determinarán si va de farol, de tapado o de alternativa real al título.