El cargo de seleccionador juvenil de Arabia Saudita tiene ahora mismo a Julián Ruiz (Santander, 1960) inmerso en la vorágine que supone disputar el Mundial … sub 19 en Egipto con la selección del país árabe sumergida en un cambio de paradigma. El entrenador cántabro tiene muy claro hacia dónde se dirige el balonmano saudita, que «ha estado siempre, digamos, influenciado por las escuelas de balonmano del norte de África, Túnez y Egipto, sobre todo, y, desde un tiempo hasta acá, se pretende girar un poquito, sobre todo, a escuelas europeas, en general, y la española, en particular».
La españolización comenzó con la llegada del entrenador vallisoletano Isidoro Martínez -padre del central leonés del Bathco con el que comparte nombre- el pasado mes de febrero, para tomar las riendas de la selección absoluta y júnior de Arabia Saudita. Después de solicitar un periodo sabático en la Universidad de León, donde imparte la docencia en la Facultad de la Actividad Física y el Deporte, Martínez comenzó el diseño de su organigrama técnico.
En ese momento, Julián Ruiz ya estaba en el país árabe «trabajando para un club y me integré, a partir de ahí, a la estructura de técnicos de la Federación Saudita», explica. Esta es la segunda etapa del santanderino en Oriente Próximo. En la primera, el laureado entrenador hizo las maletas con una de esas ofertas que se pueden definir como irrechazables. En aquella ocasión dejó el banquillo del Santoña, en enero de 2022, para aceptar el puesto de «director técnico de la Federación, y por unas cuestiones personales, de índole familiar, me volví, de nuevo, a España».
El exjugador de Valladolid y Teka Santander, 150 veces internacional y entrenador por media España (Bidasoa, Santander, Arrate, Toledo o Puente Genil, entre otros) y parte del mundo (Alemania, Emiratos Árabes, Qatar…) vio pasar una vez más la oportunidad de regresar a Arabia Saudita y no lo dudó: «Pues he vuelto». Allí, en la Península Arábiga, «es muy diferente cómo se entiende el deporte», cuenta Julián Ruiz. «Para empezar, cómo se practica la educación física en los colegios. Es muy distinto, no solamente a cómo se hace en España, sino a cómo se hace, en general, en Europa».
En ese giro hacia las escuelas europeas, en el país árabe pretenden que enraíce «una forma de entender el balonmano que a ellos les gusta y que siguen bastante, habría que decir», apunta el entrenador santanderino, que está al frente de las selecciones juveniles y promesas, «Entonces, esa es un poco la línea con la que quieren funcionar».
Escuela española
El motivo que ha llevado a este flechazo entre los sauditas y el balonmano patrio puede ser que «entienden que hay un bagaje táctico en el trabajo español y quieren incorporarlo a un método que siempre ha estado más relacionado con el trabajo individual». Lo cierto es que si se le pide a Julián Ruiz una radiografía de este deporte, el seleccionador juvenil asegura que «el balonmano saudí no está en el top», mientras añade que, «aunque suene extraño, la Liga interna y los clubes tienen vaivenes en lo económico. Me explico, quien tiene un año que copa el mercado, al siguiente se ve relegado a cuartas o quintas opciones».
Todavía queda mucho trabajo por delante en el tejido balonmanístico saudí. «Desde ese punto de vista, les falta un punto de estabilidad en los clubes para que mantengan una línea económica de continuidad». Y si hay que acotarse más a la vertiente internacional, «a nivel selección, de competir primero en Asia y luego en el mundo, les falta que aparezcan generaciones con otro tipo de condiciones físicas y antropométricas», concluye.
Con ese escenario, Julián Ruiz inició ayer su andadura en el Mundial con un empate ante Brasil (26-26). «Aunque suene muy manido y muy redicho, a ganar el siguiente partido. De lo demás no hacemos cuentas todavía». Sus rivales en el Grupo D, además de los brasileños, son Islandia, «que es el favorito del grupo» y Guinea. Los dos primeros clasificados pasarán a la ronda principal, así que «vamos a ver si tenemos opciones. Nuestro rol en esta competición no es protagonista». Así todo, las cábalas están hechas. El pase de los juveniles que entrena Julián Ruiz pasa por «desbancar a Brasil, que es el siguiente en esa línea de favoritismo». En caso de conseguir el pasaporte a la siguiente fase, se cruzarían con el grupo de los Hispanos, «durísimo también. Además de España, están como candidatos Croacia y Serbia».
Más allá de lo personal, no echa de menos estar en su tierra, asegura, mientras afronta un reto de primer nivel como es transformar el balonmano en Arabia Saudita: «Aquí hay muchas carencias; hay que trabajar con condicionantes impropios de lo que podríamos encontrar en el balonmano español, pero, una vez que te pones a trabajar con los chicos, tienen muchas ganas de aprender y eso es fundamental».
Lo cierto es que «no se vive en las mejores condiciones en lo que a balonmano se refiere, pero bueno, tampoco siempre me las he encontrado en España». Así que el desafío es «crear una cierta cultura de trabajo y, sobre todo, porque insisto, yo estoy en el plano de las generaciones más jóvenes, acompañar el crecimiento de estos chicos. Por eso nos gustaría pasar la primera fase, para que tuvieran más partidos duros y así puedan contrastar y crecer».