En exclusiva para SPORT, charlamos con Antoni Daimiel, uno de los periodistas deportivos más reconocidos del panorama nacional, cuya voz y análisis han acompañado a generaciones de aficionados al baloncesto. Con más de tres décadas de experiencia, Daimiel nos abre las puertas de su trayectoria, su visión del deporte actual y su vínculo con la NBA, competición que ha narrado y vivido como pocos.

¿Cómo estás llevando estos días de vacaciones? ¿Desconectas del todo o sigues atento a la actualidad?

Cada vez me cuesta más desconectar del todo, lo he hecho a veces. Del todo, del todo no, pero sí trato de incluso ir a sitios de poca cobertura. Estoy adaptándome al tiempo de vacaciones, bajando el nivel de intensidad y de compromiso poco a poco para que no sea de golpe, en la mejor época del año

¿Eres más de playa, piscina, montaña?

Me gusta todo, siempre que sean vacaciones. Pero sí, soy bastante de playa en los últimos años y además soy muy exigente barra sibarita con la playa. Me gusta que haya poca gente, que esté el agua cristalina, que la arena sea harina. Y bueno, no es fácil. No es fácil hoy en día encontrar esas condiciones en estos meses de julio y agosto

Temporada larga la de este año. ¿Cómo la has vivido?

Muy bien. Ha sido una gran temporada. La NBA, con siete campeones distintos en siete años, es muy imprevisible, lo cual me encanta. Es una liga que genera interés constante, tanto por su ritmo de competición como por el movimiento en fichajes y traspasos. Creo que los playoffs han estado muy bien, siempre hay desde luego temas un poco difíciles de tratar porque hay mucha gente que sigue por ejemplo desde aquí o bien a Lakers, Celtics, a los Knicks… y a veces cuando tratas de comunicar sobre NBA, de contar cómo es la liga, pues te encuentras cuando das una opinión con gente que no está a gusto con esa manera de pensar. En los últimos años el fanatismo ha invadido bastante también a los seguidores de la NBA. Sin embargo, la competición pone a cada uno en su sitio y obviamente. Llevar 30 años comentando en televisión NBA y siguiéndola profundamente implica que soy muy mayor, pero también implica que algo más de ventaja puedo tener a la hora de prever, de predecir o incluso de analizar o explicar esta competición.

Antoni Daimiel junto al etereno Andrés Montes

Antoni Daimiel junto al etereno Andrés Montes / GERMAN G. CASANOVA

Tú que llevas mucho tiempo, ¿Ha estado siempre este fanatismo tan vivo?

No. No ha estado siempre, no. Para nada.

¿Cómo o por qué crees que se ha generado este fanatismo?

Esto es una cosa de los últimos años. Creo se ha intensificado bastante el fanatismo, el ‘bufandeo’, por así decir, en el mundo del deporte. Se ha incrementado porque se ha despenalizado el hacer periodismo, comunicación sobre estos parámetros. Cuando yo era niño, adolescente o cuando empecé en esta profesión, casi siempre estaba mal visto que fueras muy forofo y que eso condicionara tus juicios o tus análisis. Como digo, se despenalizó del todo hasta tal punto que las últimas generaciones se han criado en eso. Luego también las redes sociales han ido a enturbiar todavía más ese campo de acción, ese terreno de juego por así decir. Lo ha enturbiado más y es una complicación desde luego. Hay que saber convivir con ello.

En las Finales tuvimos a dos equipos con menos tirón mediático: Thunder y Pacers. ¿Cumplieron tus expectativas?

Sí. Yo reconozco que albergaba alguna duda con Oklahoma por dos cuestiones. Sobre todo, no tanto por la juventud. Obviamente, la experiencia es importante en los playoffs, pero lo fui comentando durante la temporada. Tenía la duda de cómo iba a estar el equipo de acertado en el tiro exterior, dependiendo también de la exigencia que le pusieran los rivales. Y luego también tenía dudas con lo de la utilización de los dos jugadores grandes en pista, Holmgren y Hartenstein.

Parecía que Mark Daigneault hasta dudaba en momentos de las Finales…

Sí. Ellos hicieron esa apuesta, pero luego, como yo más o menos anticipaba, cuando llegó la hora de la verdad coincidieron poco. Quizás el equipo ha sido tan completo en muchas o en la mayor parte de los parámetros del juego, que si ha habido algún partido en el que no han estado acertados en el tiro exterior, les ha valido para ir salvando las eliminatorias. Dos de ellas ganadas en el séptimo partido, pero justos campeones y justos dominadores en el oeste.

¿Y los Pacers?

Más sorpresivos. En mis ámbitos de Movistar o del video podcast de ‘3 + 1’ hemos ido avisando. Ya fueron finalistas del Este el año anterior. Sus rotaciones largas funcionaron. Lo curioso fue cómo el público se enganchó a la final pese a la falta de estrellas mediáticas. El séptimo partido tuvo una gran audiencia, y eso demuestra que el buen baloncesto atrae más allá de los nombres.

¿Crees que esto fue una de las claves de este auge de la audiencia?

Siempre es más fácil con grandes nombres. A veces nosotros tendemos a pensar en terminología de baloncesto europeo por esos nombres como Antetokounmpo, Jokic, Doncic… todos estos nombres nos llaman mucho la atención y son jugadores también de gran reclamo en Estados Unidos pero eso no lo es todo. Hay que tener en cuenta que en estas Finales se ha jugado más rápido que nunca en los últimos años. Han sido partidos con unos últimos cuartos, varios de ellos, tremendos, con remontadas, con un partido que se decide con un tiro en el último segundo. Hemos tenido todos los ingredientes de un gran largometraje. Y la propia final, los equipos protagonistas y los jugadores se han ido ganando según ha avanzado la serie, el hecho de que cada vez más gente quisiera verlo y estuviera pendiente de esa resolución de la temporada.

¿Crees que la lesión de Halibarton en el último partido será uno de los mayores ‘What if…’ de los últimos tiempos de la NBA?

Sí, eso quedará siempre ahí la verdad. Sobre todo por cómo él había empezado el partido. Eso te condiciona ya un poco para pensar en lo que pudo haber sido y no pudo ser. Yo cuando con Haliburton, no sé si fue antes del cuarto o del sexto partido, se empieza a hablar mucho de esa lesión de gemelo, creo que además se relesiona un poco en el quinto y luego en el sexto era duda y acaba jugando y juega bien. Yo pensaba: «Obviamente, es muy importante para Indiana». Sin embargo, quizás jugar con un jugador que estaba un 30-40% de rendimiento es peor. Indiana tenía profundidad de banquillo para al menos haberle dado algo más de descanso. Pero claro, en el sexto lo hizo realmente bien. Y luego, si analizamos con cuidado lo que ocurrió en el séptimo y definitivo partido, obviamente se echó de menos. Se echó de menos porque ellos perdieron balones. Cuando ‘Hali’ estaba en pista está demostrado que los Pacers perdían pocos balones. Además, obviamente faltaron puntos en ese tercer cuarto. El equipo no pudo correr porque con McConnell o incluso con Nembhard no corren tanto. Con Haliburton sí. Con él cada rebote defensivo se convierte en una posibilidad de jugada en transición y eso les faltó también en la segunda mitad de ese séptimo partido.

Hablando de claves: Oklahoma destacó por su defensa. ¿Crees que marcarán tendencia?

Totalmente. Tienen una defensa sobresaliente. Siempre ha habido equipos que defendían bien, pero hay mucho relato confuso en Europa sobre que en la NBA no se defiende. Es muy exigente físicamente y, desde hace año y medio, con cambios en el arbitraje, se permite más contacto. Eso ha hecho la liga más dura y competitiva.

Hace unos meses hablamos con Isiah Thomas, la leyenda de los Pistons, nos comentaba que él había visto un cambio radical en el juego desde sus tiempos. Se atrevió a decir que la NBA era mejor en sus tiempos. ¿Compartes su opinión?

Es una expresión tan grande lo de «la NBA era mejor». ¿Los jugadores son mejores ahora o antes? Yo creo que son mejores ahora, en términos generales, contando condiciones técnicas, tiro, lectura táctica, físico por supuesto… son mejores ahora. Hoy en día se tiene mejor porcentaje de acierto en tiros libres que nunca, en tiros de tres, etc. ¿Qué ocurre? Que la NBA a veces es mejor o peor dependiendo del nivel de excelencia que alcancen algunos equipos mediáticos, dependiendo de las rivalidades o cómo se den algunas eliminatorias de playoffs. Eso hace que la gente te va dando opiniones también y están determinados por su propia vida, por su edad. A todo el mundo que tiene más de 40 y tantos años le parece todo mejor de su juventud. Tiene muy buenos recuerdos de cómo vivió eso. Yo creo que la NBA de los 80 fue magnífica porque se recicló, se reconvirtió a mejor en los años 80 gracias a David Stern. Más tarde a finales de los 80 y en los 90 la NBA pasa una crisis. Yo creo que porque los entrenadores se adueñaron del juego en un sentido conservador. Te encontrabas con muchos partidos que era un tostón. Esto fue cambiando progresivamente y creo que ahora vivimos una muy buena época porque la dinastía de los Warriors nos ha dado muy buenos años. Además, tener siete campeones diferentes en siete años creo que es algo de un precio incalculable para la NBA por esa condición de imprevisible. Hace 20-25 años tú llegabas al mes de febrero-marzo y sólo había dos o tres candidatos para el MVP. Ahora hemos tenido muchos años en los que hemos llegado al All-Star enero-febrero con seis, siete candidatos posibles al MVP.

Son siete campeones en siete años pero, ¿Ves a los Thunder como una futura dinastía?

Lo hemos pensado con Toronto en el 19, con Denver en el 23, con Boston el año pasado y fíjate. Hay muchas cuestiones incalculables que pueden influir. Lesiones de repente, egos… OKC parece un vestuario fantástico en cuanto a relaciones entre ellos, pero pueden llegar dos extensiones de contrato a otro que lo cortan y empiezan ahí problemas que luego se expresan en la cancha. Pero ellos lo tienen todo. Tienen un buen grupo, una mega estrella, un Big Three. Da toda la impresión. Luego tienen mucha disponibilidad en picks de draft. Hay que estar atentos… Desde luego será el gran favorito, pero cualquier resbalón, cualquier mal paso puede darle la oportunidad a otra franquicia.

Hay una dinastía aquí en España que es la ‘dinastía de Daimiel’ ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Pues mira, hay cosas que indudablemente me gustan. Me gusta colaborar a que la gente disfrute de la NBA. Yo más o menos soy consciente de que he ayudado. He puesto mi granito de arena en que a alguien le guste un poco más la NBA. Eso me da cierto placer, desde luego. Me gusta una cosa que valoro muchísimo, de lo que más, que de repente adolescentes se acerquen y quieran hablar conmigo o me pidan una foto, un autógrafo porque a eso le doy mucho valor. Vivimos en una sociedad en la que las generaciones están muy separadas por gustos, por barreras de todo tipo y eso creo que demuestra que algo bueno habré hecho si esa gente de esa edad que tiene otras maneras de pensar aprecia lo que yo hago. Y luego hay muchas cosas también que me gustan menos como los horarios, los fines de semana ocupados, etc. Pero tengo mucho orgullo de haber estado 30 años, que es muchísimo tiempo, para muchos demasiado tiempo. Lo hemos estado haciendo lo mejor posible, lo mejor que sabía y para mí ha sido un honor porque le debo mucho tanto a la televisión como a la propia NBA.