Adolfo Flórez Fernández será reconocido en septiembre como «Corverano ejemplar», entre otras cuestiones, por su amor al tenis, deporte en el que ha sido casi todo y del que ha dejado una sólida huella en su concejo. Fue impulsor de la escuela de tenis de Corvera allá por los primeros noventa del pasado siglo siendo alcalde Víctor Álvarez León. Con esa escuela dio vida a un deporte que hasta la fecha apenas tenía cabida en el concejo. «No había ni cursos, ni pistas ni clases ni nada», resumió este hombre que ha sido juez de silla, de línea, monitor, entrenador, y profesor nacional de un deporte que le apasiona desde que de «chavalete» jugaba con sus amigos. También hizo sus pinitos como jugador de balonmano y de fútbol sala, sin embargo, el deporte de la raqueta le cautivó hasta tal punto que le llevó a abarcar «todos los campos del tenis». Ahora con casi 68 años, sigue disfrutando.
Adolfo Flórez Fernández es diplomado en Magisterio por Educación Física, pero nunca ejerció como docente en educación reglada. Eso sí, siempre le gustó enseñar y por ello sentó las bases para formar una escuela de tenis y promovió torneos en los que llegó a competir el tenista gijonés Pablo Carreño en categoría benjamín, mucho antes de convertirse medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.
«No merezco el reconocimiento de Corverano ejemplar, siempre disfruté de mi actividad, nunca fue un trabajo, nunca fue algo que me costara porque me gustaba», señala Flórez, que sí tuvo la oportunidad de impartir sus conocimientos sobre tenis en la federación, en la que formó a futuros monitores, instructores y entrenadores.
Este «corverano ejemplar» se encargó durante quince años de coordinar los Juegos deportivos del Principado y, entre otras labores, fue árbitro del torneo de tenis playa de Luanco en 2023, competición en la que se dieron cita entre otros grandes tenistas como es el caso de Feliciano López y Richard Gasquet.
También fue juez de línea en un torneo internacional femenino disputado en Madrid en el que compitieron tenistas de la talla de Mónica Seles, Arancha Sánchez Vicario y Jana Novotna. «Fue a finales de los años noventa», concreta el corverano de Cancienes, que siempre se consideró un «trabajador» de la escuela de tenis de Corvera que ayudó a fundar hace más de treinta años y de la que llegó a ser presidente y activo miembro de la directiva. «El Ayuntamiento siempre nos dio facilidades, en la compra de material y en otras cuestiones, es para estar agradecido», concluyó este enamorado del tenis que el mes que viene será «Corverano ejemplar».
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