La posibilidad de que el LIV entre en el engranaje del ranking mundial parece más cercana que nunca, toda vez que el mes pasado la superliga saudí volvió a solicitar su adhesión al sistema, que ahora cuenta con un nuevo liderazgo en la figura del sudafricano Trevor Immelman y un contexto más favorable para valorar el caso en esa calma chicha que preside la relación entre circuitos de un tiempo a esta parte.
Sobre el asunto se pronunció este miércoles Jon Rahm, antes de tomar parte en la 12ª etapa del circuito este año, en el Bolingbrook Golf Club de Chicago (EE UU). De forma más velada o más explícita, con el tiempo el vizcaíno ha ido dejando entrever que vería con buenos ojos ciertas modificaciones en el formato del LIV, sobre todo a efectos de disponer de puntos de ranking mundial, lo que facilitaría el acceso a los grandes de sus jugadores, hoy por hoy reducido a previas, invitaciones y las pocas exenciones que todavía conservan sus miembros. Pero también, aunque no lo haya verbalizado públicamente, porque lo cierto es que a él se le adecúa mejor el esquema de los torneos al uso que jugaba en el PGA y el circuito europeo.
“Hay un proceso abierto para entrar en el ranking y, una vez dentro, podemos ver qué cambios se pueden hacer para tener los máximos puntos posibles sin perder nuestra esencia. Pongamos que en el estado actual tuviéramos 20 puntos. Si añades una cuarta ronda te vas a 25. Puede que merezca la pena, o no. También puede ser un corte o algo así, pero con la cantidad de jugadores que tenemos actualmente y lo de los equipos no lo veo. Otra cosa sería que la liga se expandiera, digamos a 15 equipos y 60 jugadores. Ahí puedes hacer que funcione. Hay muchas posibilidades en las que pienso, pero todo esto es totalmente hipotético, porque no he hablado de ello con nadie del circuito. Pero sí que hay cosas que podríamos hacer para tener más puntos de ranking si fuera necesario, y seguramente que los tipos del ranking mundial y Scott (O’Neil, CEO del LIV) tienen todavía más en la cabeza que a mí no se me ocurren», valoró el asunto Rahm.
Porque lo cierto es que, en caso de entrar en el engranaje, en un principio la cantidad de puntos que podrían repartir los torneos del LIV sería más bien escasa, dado que el sistema atribuye una cifra u otra en función de parámetros como la cantidad de golfistas en juego, el número de vueltas del torneo y la posición de sus participantes en el propio ranking, que en el caso de esta gira ha quedado muy perjudicada tras años sin poder sumar más allá de sus participaciones puntuales en torneos del Asian Tour, el European Tour o los majors.
Por otro lado, Rahm se refirió de nuevo a su situación de cara a entrar en el equipo europeo que se enfrentará a EE UU en la Ryder el próximo septiembre. “No hay nada que pueda confirmar o negar. Luke (Donald, capitán europeo) se comunica conmigo igual que lo hace con otros. No creo que por ahora le haya asegurado nada a nadie. Es muy pronto para eso. Estará esperando al final de agosto y, en mi caso, creo que soy un nombre más en su lista”.
En lo estrictamente deportivo, Rahm se enfrenta esta semana a la necesidad de un gran papel que se combine con una mala actuación de Joaquín Niemann, en su intento de dar caza al chileno en cabeza de la clasificación anual del LIV. A falta de los tres últimos torneos, algo más de 37 puntos les separan, una cifra que sorprende toda vez que Joaco ha sido el claro dominador esta temporada, en la que ya suma cinco triunfos por ninguno del español, que en cambio ha sido un prodigio de regularidad a la hora de sumar top-10. Algo que ha conseguido en todas las paradas menos en una, la de Dallas, incluidos dos segundos puestos. En la clasificación por equipos sí que manda su Legion XIII, que lleva cuatro entorchados y tiene muy encarrilado llegar a la final colectiva de Michigan en la primera plaza.
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