El Torneo de Tenis Playa de Luanco es único en el mundo no solo por disputarse sobre la arena que desaparece con cada pleamar, sino también por su capacidad de incorporar nuevas expresiones culturales cada año. La XXXVIII edición ha sumado el arte creado por luanquinos para luanquinos, con el objetivo de capturar en el tiempo la historia y el deporte que han marcado la playa de La Ribera. «Querían que hiciera algo artístico que perdurase y representara esta edición. Además, tenía que relacionar a Luanco con la conservación marina», explica Daniel Acuña, artista natural de la villa, que ha inmortalizado la característica prueba en el parque Zapardel.

El semifinalista  Dominic Thiem firma una de las pelotas.

El semifinalista Dominic Thiem firma una de las pelotas.

El encargado del mural que ya luce en el corazón de la villa reflexiona sobre la relevancia de vincular el deporte con otras disciplinas como la pintura, ámbito en el que se ha especializado. «Me parece una gran idea que hayan contado con una escuela de arte, porque el deporte no suele relacionarse con esta faceta creativa», sostiene.

El mural es singular no solo por su valor simbólico, sino también por el proceso colaborativo que lo hizo posible: en su ejecución participaron los alumnos de Espacio Arte Acuña, así como los tenistas del torneo, que no dudaron en mostrar su apoyo. La primera jornada, el lunes 4 de agosto, sirvió para acondicionar la superficie y, desde entonces, tanto alumnos como participantes del campamento dedicaron dos horas cada mañana al proyecto. Tras el trabajo colectivo de los más jóvenes, realizado con esmaltes al agua y brochas, queda solo por aplicar la capa final: «Un protector antigrafiti, aunque nunca he tenido problemas con otros murales», asegura.

«Se me ocurrió que los tenistas podrían venir a firmarlo», añade. Así, durante la mañana de ayer, los finalistas: el austriaco Dominic Thiem y el francés Richard Gasquet, que finalmente se alzó con el trofeo, junto con periodistas como Jesús Álvarez, se acercaron al mural del Parque Zapardel para dejar su firma en las pelotas de tenis pintadas en el parque infantil.

La inspiración del artista partió de una obra universalmente reconocible: «La noche estrellada» de Van Gogh, aunque reinterpretada. «Las estrellas ahora son pelotas de tenis», comenta Acuña. El mural, lleno de color, incluye detalles gráficos como letras que, en conjunto, forman la palabra «Luanco». El artista sugiere que esta intervención urbana podría tener continuidad en el futuro: «Igual más adelante sale algún proyecto», apunta, en alusión a la posibilidad de instalar un rótulo decorativo con el nombre de la villa. Resalta que «Además, el Ayuntamiento me apoyó en todo momento con el proyecto». También la elección del emplazamiento fue meditada: «Como lo iba a hacer con mis niños de la escuela, qué mejor sitio que el parque».

Este proyecto ha supuesto una ilusión personal para Acuña, muy vinculado a la vida cultural y deportiva de su localidad natal. «Llevo yendo al tenis desde pequeñín, con mis padres, y cada verano compro abonos. Es algo muy de Luanco y muy bonito», confiesa. Aunque su trayectoria artística no está centrada en los murales –su trabajo se orienta más hacia la pintura y la escultura–, se muestra satisfecho con el resultado de esta colaboración. Además, a partir de hoy a las 20.00 horas, podrá visitarse su exposición individual titulada «Retrospectiva» en el Espacio de Arte Acuña. Ahora solo queda por descubrir qué nuevas formas tomará el arte en la próxima edición del Torneo Tenis Playa de Luanco. n

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