El 2025 hemos visto la caída en desgracia de uno de los jugadores que más tiempo han estado en la parte alta del ranking estos últimos años, Stefanos Tsitsipas. El griego, que parecía un top ten perenne y pese a que le faltaba un paso para pelear con los mejores, siempre estaba ahí en las rondas finales. Pero este curso, con apenas 26 años, todo ha sido un drama constante para él. Lejos de los 20 mejores, con derrotas inesperadas y con más revuelo duera de la pista que dentro de ellas, con cambios de entrenador, rupturas sonadas y muchas más declaraciones polémicas de las que debería.

Por eso mismo necesita de nuevo encontrar la cordura que parece haber perdido y para hacerlo ha optado por dar varios pasos atrás y volver a lo que siempre le fue bien, pero que parece que tiene un tope: tener a su padre de entrenador. Han pasado unas semanas de que su relación con Goran Ivanisevic llegara a su fin y tras las hirientes palabras del croata, que criticaba su cabeza, su juego e incluso su forma física, ‘Stef’ no ha querido entrar en ajustar nada de eso. si no que simplemente ha retornado a su padre.

Tras hacerlo, ha hecho públicos motivos de su reconciliación y ha expresado como se siente tras un cambio tan drástico que ha terminado volviendo donde pensaba que no iba a estar de nuevo. Y es que la relación entre ambos estaba lejos de ser idílica, de hecho, fue ese el problema que les llevó a separar sus caminos hace ya más de un año. «Todo el mundo lo ha visto, no puedo decir que no haya pasado, lo admito. Pero ya no nos gritamos como antes. Ahora tenemos una relación más tranquila”.

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El ateniense ha confesado que en este momento su padre le escucha mucho más y tienen una relación más organizada y de dos vías, lo que se debería traducir en una necesaria mejora en su tenis. Y es que tenían que cambiar muchas cosas en la forma de comportarse el uno con el otro. «Lo que me hacía la vida difícil era que él no estaba preparado para esos cambios. Yo había hecho todo lo que podía, pero estar con mi padre se había convertido sobre todo en una fuente de frustración«. Pero ya lo han hecho y el futuro no pinta nada mal: “Ha aprendido a volver a ponerme en el centro del proyecto, en lugar de anteponer sus ideas y certezas. Ahora escucha más mis sensaciones que antes. Ya veremos cómo evoluciona con el tiempo”.