El rock de Las Novias respira a pleno pulmón en este 2025. El grupo zaragozano, que lleva sobre las tablas desde 1987 con épocas más o menos productivas por pura decisión propia, lanzó el pasado mes de mayo ‘Aguanta, corazón’, su primera canción desde que en 2022 publicaran su quinto álbum de estudio: ‘Detente bala’. Hace unas semanas vio la luz su segundo single (‘Cordelia’) y en los próximos meses irán lanzando nuevos temas hasta dar forma a su próximo álbum, que se editará previsiblemente en el último trimestre de 2026. Pero antes de eso, la emblemática banda zaragozana tiene una importante cita con todos sus fieles seguidores. Será el 6 de septiembre en la cuarta edición del Vive Latino.
«Tenemos perfiladísimo el repertorio. Al ser un festival no tendremos todo el tiempo que nos gustaría, pero podremos presentar los dos nuevos singles y una especie de grandes éxitos, las canciones que a nuestros fans más les gustan y les agitan», explica Toño Leza, el vocalista de Las Novias. Aún no se conoce el escenario en el que actuarán (previsiblemente será el pequeño), pero sí quiénes se subirán al mismo. Comparecerán los tres miembros originales de la banda: Óskar Díez (guitarra), Pedro J. García (bajista) y el propio Leza, mientras que se sumarán el batería Germán Arenaz (ya lleva varios años en el grupo), y Jaime Zugasti, que reforzará el sonido a la guitarra y los teclados.
El grupo zaragozano, poco dado a dejarse ver en festivales, ha defendido siempre a capa y espada su independencia, apostando por la autogestión y el hazlo tú mismo. «Como no tenemos una oficina de promoción, es difícil entrar en este tipo de eventos, pero estamos encantados de que el Vive Latino haya contado con nosotros», destaca Leza, que el año pasado disfrutó de lo lindo escuchando en el recinto de la Expo a Niños del Brasil.
El público de Las Novias, esa «legión de muy fieles seguidores» como la define Leza, lleva acompañándoles desde sus primeras maquetas a mediados de los 80. «Siempre hemos mantenido vivo el proyecto», apunta. Casi cuatro décadas dedicadas a la música que se han visto interrumpidas solo por cuestiones vitales. «Con el nacimiento de mi hijo yo decidí alejarme durante un tiempo», recuerda el vocalista, que reconoce que los largos periodos de tiempo que han transcurrido a veces entre uno y otro trabajo discográfico pueden parecer desapariciones, pero en realidad «es la forma de no quemar tanto al grupo tanto»: «Nos consideramos más unos hermanos que compañeros de grupo».
En 2022, este ritmo tranquilo se alteró con el elepé ‘Detente bala’, que recibió el reconocimiento de Mejor Disco del Año de los Premios Aragoneses de la Música en 2023. Ese álbum también ha supuesto un punto de inflexión y un cambio en su metodología. «Nuestra promoción pasa casi exclusivamente por las redes sociales porque no estamos en ninguna compañía discográfica ni tenemos agencia de ‘management’», explica Leza, que reconoce la utilidad de las redes y las plataformas de streaming pero advierte del «submundo que hay detrás de todo esto»: «Esas plataformas pagan algo rídiculo por las canciones e instauran un desarrollo casi colonial o de mecenazgo para que tú les tengas que dar los temas con requisitos leoninos. Todo se ha vuelto más efervescente, de usar y tirar».
Así, para evitar que sus discos se diluyan con tanta rapidez, el grupo prevé lanzar cada dos o tres meses sus nuevos temas en sus redes y en las plataformas hasta completar la docena que conformarán su citado próximo álbum. «No sé si será en cedé o en vinilo, pero lo publicaremos en formato físico», subraya Leza, que anuncia que la tercera canción la sacarán después del Vive Latino y se llamará ‘Día a día’.
Colaboración con Bunbury
Desde su primer elepé ‘Sueños en blanco y negro’ (1992) con Enrique Bunbury de productor, e incluso antes, en sus numerosas maquetas que los auparon a los escenarios de las salas zaragozanas, Las Novias han destacado por su estilo afterpunk: «Es la música con la que nos sentimos más identificados, grupos como Joy Division, The Cure o Bauhaus». A esto le sumaron de forma casi pionera el grunge original de Seattle que despuntaba con Nirvana.
La banda en una foto con Enrique Bunbury, su productor en los comienzos / Perdidos en los 80
Sin embargo, la historia de la banda no se puede entender sin el contexto social, cultural y musical de la Zaragoza de los 80: «Era como una especie de mercado medieval, donde ibas encontrando, buscando, vendiendo. Era una maravilla…», rememora Leza, que destaca los bares de esa época, con «garitos donde escuchabas punk a toda hostia y otros de rock and roll de los 60».
«La Zaragoza de los 80 fue una eclosión total que no se va a volver a repetir. Había mucho bullicio y mucho interés que alimentaba el gusto y el amor por la música»
En su opinión, «fue una eclosión total que no se va a volver a repetir», con ese ir y venir de casetes grabados en casa. «Había mucho bullicio y mucho interés que alimentaba el gusto y el amor por la música», argumenta Leza, que achaca a la llegada de las multinacionales el declive de ese ambiente: «En cuanto empiezan a meter mano las multinacionales y todo el mundo piensa que puede tener acceso al dorado ya empieza a ser todo comercio puro y duro».
Para entender la foto fija del ambiente en el que crecieron musicalmente, hay que viajar al 9 de octubre de 1991, cuando la vieja Romareda acogió un concierto que ha pasado a la historia. Sobre el escenario, ante unas 25.000 personas, Héroes del Silencio, Niños del Brasil y Las Novias, la santísima trinidad del rock zaragozano y que tenía su basílica de peregrinación en la Estación del Silencio. ‘El selector’, de Julián Torres ‘Cachi’, era su púlpito. «Nosotros lo vivimos como si estuviéramos en una especie de ensoñación», indica Leza que reconoce la trascendencia de aquel concierto: «Los que asistieron han inculcado de alguna manera a sus hijos o sobrinos esos gustos musicales y eso es muy valioso».
Muchos de ellos acuden ahora a sus actuaciones y, a buen seguro, lo harán también en el Vive Latino. Será su único concierto en este 2025, mientras que en marzo del año que viene actuarán en el décimo aniversario de la sala zaragozana Rock & Blues. Cuando lancen su nuevo disco a finales de 2026 volverán a los escenarios, con Madrid, Barcelona, Bilbao, Castellón y Zaragoza como plazas ya confirmadas.