La inactividad física se ha convertido en una amenaza silenciosa para la salud mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su impacto es tan grave que puede considerarse una pandemia global. Así lo confirma un estudio publicado en la revista The Lancet, que advierte de que más de una cuarta parte de la población no realiza suficiente ejercicio físico para mantenerse sana.
En este contexto, los famosos 10.000 pasos al día se han popularizado como una meta saludable. Sin embargo, muchas personas encuentran difícil alcanzar esa cifra a diario. Por suerte, existen alternativas accesibles y eficaces.
Una de ellas ha ganado gran visibilidad en redes sociales por su sencillez y resultados: el rebounding, una forma de ejercicio en casa que ofrece beneficios similares a una caminata larga, con un bajo impacto sobre las articulaciones.
El rebounding consiste en realizar movimientos suaves y repetitivos sobre un minitrampolín o cama elástica. No se trata de acrobacias ni de saltos elevados, sino de rebotes controlados que elevan la frecuencia cardíaca, mejoran la circulación y activan el sistema linfático sin sobrecargar las rodillas.
Una de las claves de esta actividad es precisamente su bajo impacto. La lona del trampolín actúa como amortiguador, absorbiendo el golpe de cada rebote. Esto convierte al rebounding en una excelente opción de ejercicio para rodillas sensibles, ideal para quienes sufren molestias articulares o están recuperándose de una lesión.
Empezar a rebotar
Además, el movimiento vertical repetitivo tiene un efecto directo sobre el sistema linfático, que carece de un motor propio como el corazón. Al estimularlo, se favorece la eliminación de toxinas y se potencia la respuesta inmunitaria. Es decir, el rebounding no solo fortalece el cuerpo, también contribuye a su limpieza interna.
La tiktoker Julia Bradbury, de 55 años, que se dedica a divulgar sobre hábitos de vida para una mejor salud, ha confesado en su cuenta de Instagram que recurre al rebounding cuando no tiene tiempo para salir a hacer sus 10.000 pasos o cuando no puede ir a una clase de su gimnasio.
Bradbury es superviviente de un cáncer de mama y resalta que hacer rebounding también tiene beneficios preventivos para esta enfermedad, debido a que ayuda a depurar el sistema linfático. Además, también es positivo para la salud cardiovascular.
Más allá de proteger las articulaciones, esta sencilla rutina aporta muchos otros beneficios al cuerpo y la mente. Entre los efectos más destacados del rebounding se encuentran:
· Mejora cardiovascular sin salir de casa. El movimiento rítmico eleva la frecuencia cardíaca y favorece la circulación en apenas diez minutos, por lo que resulta muy eficiente para activar el cuerpo con poco tiempo disponible.
· Aumento de la energía celular. Al mejorar la oxigenación, este ejercicio estimula la producción de energía mitocondrial, lo que se traduce en más vitalidad y mejor rendimiento físico.
· Activación muscular completa. La superficie inestable exige un trabajo constante del core, los glúteos y las piernas. Esto mejora la coordinación y refuerza el equilibrio corporal.
· Bienestar emocional añadido. Rebotar tiene algo lúdico y casi infantil que genera placer. Libera endorfinas, reduce el estrés, ayuda a desconectar y mejora el estado de ánimo. También puede favorecer un descanso más reparador.
Comenzar con esta rutina es sencillo y no requiere experiencia previa. Basta con un minitrampolín y unas pautas básicas para hacerlo con seguridad y eficacia:
· Empezar con sesiones breves de 10 a 15 minutos, priorizando la constancia frente a la duración.
· Mantener las rodillas ligeramente flexionadas para facilitar la absorción del impacto y proteger las articulaciones.
· Alternar rebotes suaves y pausados con otros de mayor intensidad para activar distintas zonas musculares.
· Se puede escuchar música o un podcast para que el entrenamiento resulte más entretenido y motivador.
Por tanto, el rebounding destaca por su accesibilidad y su bajo riesgo de lesión. Además de ahorrar tiempo y adaptarse a cualquier nivel físico, esta práctica ofrece una forma efectiva de moverse, cuidar la salud y sentirse mejor sin tener que pisar un gimnasio.