Científicos de la Universidad de Jilin han identificado un inhibidor de la proteasa caseinolitica de Staphylococcus (S.) aureus, que actúa sin afectar el crecimiento microbiano in vitro. Este nuevo antibiótico, denominado coniferaldehído, atenúa la virulencia bacteriana, reduciendo la actividad hemolítica, la capacidad invasiva y la tolerancia a estímulos ambientales adversos, …
Científicos de la Universidad de Jilin han identificado un inhibidor de la proteasa caseinolitica de Staphylococcus (S.) aureus, que actúa sin afectar el crecimiento microbiano in vitro. Este nuevo antibiótico, denominado coniferaldehído, atenúa la virulencia bacteriana, reduciendo la actividad hemolítica, la capacidad invasiva y la tolerancia a estímulos ambientales adversos, tales como el calor, el pH ácido, la presión osmótica o la exposición al peróxido de hidrógeno. La combinación de coniferaldehído con tigeciclina potenció el efecto bactericida de este último antibiótico, en marcado contraste con las respectivas monoterapias, que apenas tuvieron impacto sobre el crecimiento bacteriano.
Qiaoling Zhang, codirector del estudio, afirma que la actividad del coniferaldehído pudo ser sustanciada en ratones infectados intratraquealmente por S. aureus resistente a la meticilina (SARM), en los que el tratamiento redujo la carga bacteriana pulmonar a los dos días. El líquido broncoalveolar de estos animales también presentó menores niveles de citoquinas proinflamatorias, tales como TNF-α, IL-6, e IL-1beta, mientras que los pulmones exhibieron una preservada arquitectura y menor grado de infiltración por células del sistema inmunitario.
Zhang subraya la relevancia de los hallazgos indicando que la creciente incidencia de las infecciones por SARM representa una significativa amenaza global para la salud. Estudios previos ya habían sugerido que la inhibición de la proteasa caseinolitica ofrece potencial para combatir la resistencia, ya que este enzima tiene un papel clave en el mantenimiento de la homeostasis de la bacteria, contribuyendo además a su patogenicidad. El coniferaldehído podría ofrecer un andamio molecular para desarrollar terapias antimicrobianas más eficaces, con mínima toxicidad sistémica, concluye el investigador.
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