Sábado, 9 de agosto 2025, 14:09
Walter Bouzán apretaba los puños y miraba al cielo debajo del puente de Ribadesella. El veterano piragüista ya es la mayor leyenda del Descenso Internacional del Sella. Esta mañana ha firmado su victoria número doce sumando nueve triunfos en K2 y tres en K1. Nadie ha alzado los brazos más veces que él. Esta edición era especial. El último baile y Bouzán no quería dejarlo pasar. Con Bertín Llera detrás, el de Llovio peleó hasta el último metro para celebrar un triunfo histórico que devuelve el hegemonía a Ribadesella después de 29 años de la última victoria de una pareja riosellana en el Descenso.
«Tanto para mí como para Bertín esto es algo que no se puede describir. Es una emoción especial», afirmaba Bouzán en los instantes posteriores a salir del río. El final tuvo una carga enorme de emoción, con un esprint entre tres embarcaciones. «Sabíamos que éramos muy fuertes en el esprint», explica el piragüista de Llovio, que concede mucha importancia al hecho de haber entrado primeros en la recta definitiva. «Confiaba en el cachorro, pensé que no teníamos otro cambio pero aguantamos muy bien», celebra abrazado a su compañero, emocionado tras abrazarse a su padre. «Lloramos juntos y nada más», afirma con una sonrisa Bertín, que agradece el apoyo de sus vecinos. «Se notó mucho en los últimos cien metros», subraya.
Bouzán cierra el círculo después de haber bajado con su padre con quién se quedó a las puertas del triunfo. «Ha sido algo especial, lo vi nacer, crecer y hoy he ganado el Sella con él, aunque le doble en la edad. Es una emoción que no se puede describir», resume Bouzán.
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