Alberto Gras, finalista de la octava edición de ‘MasterChef‘, ha levantado polémica en TikTok al contar cómo fue, según él, la convivencia detrás de las cámaras. El cocinero ha descrito un aislamiento estricto para la mayoría de aspirantes, pero con excepciones que beneficiaron precisamente a los dos nombres que acabaron ocupando el podio.

En su relato, recuerda que los participantes residían en una mansión en las afueras de Madrid, sin acceso al teléfono y compartiendo habitación. “Llamábamos a la familia una vez a la semana durante cinco minutos y con alguien de producción delante”, explica. Sin embargo, sostiene que hubo “dos o tres personas” que, durante las primeras entregas, vivieron en un hotel, con móvil y visitas de familiares.

Gras no cita nombres, pero lanza una pista que apunta directamente a la ganadora y al segundo clasificado de la temporada: “Justamente fueron las dos personas que quedaron primera y segunda ese año”. Según afirma, la razón que se dio entonces fue que “no había espacio en la casa”. Cabe recordar que aquella edición la ganó Ana Iglesias y que Andy García quedó en segunda posición.

El exconcursante también describe el ritmo de trabajo: rodajes de lunes a viernes, clases de cocina los sábados y descanso los domingos. A mitad de temporada, la pandemia de COVID-19 obligó a detener las grabaciones y los concursantes que seguían en la competición permanecieron un mes más en la vivienda, esta vez con teléfono para grabar contenidos.