Cómo pasa el tiempo. Antonio Banderas, nuestro actor más internacional, cumple 65 años. Este domingo, el intérprete protagonista de cintas como Philadelphia (1993) o Dolor y gloria (2019) sopla las velas de una tarta con una cifra significativa: la verdadera ‘mayoría’ de edad, la de la veteranía. Esa que durante décadas ha marcado el antes y el después de la edad de jubilación.
Pero, en su caso, no se atisba indicio alguno de que piense en retirarse. Todo lo contrario. Está en su mejor momento. El malagueño más famoso del siglo XX, -con perdón de Pablo Picasso-, está imparable.
Tal y como él mismo ha explicado a EL ESPAÑOL, atraviesa un periodo de plenitud. Hace apenas unos días se le vio mientras daba un paseo por Hyde Park con su mascota, Gypsy. En ese encuentro casual en la capital británica contó a este diario qué le ocupa estos días: no para de trabajar.
Antonio Banderas y Úrsula Corberó, en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges.
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Su último trabajo audiovisual es lo que lo ha llevado a hacer las maletas y establecerse temporalmente en Londres.
Está rodando una película junto a una actriz irlandesa y Úrsula Corberó (35), con la que ha coincidido en varias ocasiones. Una de ellas, al recibir el Gran Premio honorífico del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges por su trayectoria cinematográfica hace más de una década, en 2014.
La trama del largometraje, del que todavía no se conocen los detalles, gira alrededor de una pareja separada que quiere engendrar a un hijo que pueda servir como donante de médula para su otro vástago enfermo..
Nueva película con Corberó
El rodaje, que se está desarrollando estos días en Inglaterra, le impedirá estar presente en la Gala Starlite, en Marbella. Este evento filantrópico, -al que acude siempre que puede-, se celebra este domingo, 10 de agosto, en la Costa del Sol. La fecha, curiosamente, coincide con el día de su cumpleaños.
En su horizonte, a la vista está, aún hay un montón de cosas que hacer. No le faltan proyectos profesionales. Películas, negocios de restauración en su ciudad natal o su ‘niña bonita’: el teatro.
En paralelo a sus trabajos en la gran pantalla, Banderas dirige la superproducción musical Gypsy, la misma que da nombre a su perro, estrenada primero en el Teatro Soho Caixabank de Málaga y, desde febrero de 2025, en el Teatro Apolo de Madrid, con una puesta en escena renovada y excelentes críticas.
Antonio Banderas y Nicole Kimpel, en una imagen de archivo.
En lo personal, se prepara para uno de los planes más gratificantes de su vida: la boda de su hija, Stella del Carmen (28) con Alex Gruszynski.
A todo ello hay que sumar que su relación con su pareja, Nicole Kimpel (44), con la que mantiene un sólido noviazgo desde el año 2014. Así da gusto cumplir años.
Empresario de éxito, -aunque no sin muchos esfuerzos y sacrificios-, hombre enamorado y padre feliz. Banderas cruza la siempre temida frontera de la senectud hecho un chaval. Al menos, con el mismo afán de comerse el mundo que cuando era joven.
«Ganas de vivir»
«Suena a mucho, pero en mi mente sigo sintiendo la misma curiosidad y energía que cuando era un joven soñador en Málaga», ha confesado en una entrevista reciente en ¡HOLA!. «El tiempo pasa, pero las ganas de vivir no«.
Dentro de solo unos meses, el próximo mes de octubre, llevará al altar a su única hija, fruto de su relación con Melanie Griffith (67), a la que conoció en el rodaje de Too much (1995), convertido ya en un actor consolidado en nuestro país.
Antonio Banderas y Melanie Griffith, en Los Ángeles, en una imagen de 2012.
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Cuando se enamoró de la estadounidense tenía 35 años. 15 años antes, con apenas 20 años, había hecho las maletas para probar suerte como actor en Madrid. Quién le iba a decir a ese desconocido ‘malaguita’ con más ilusiones que dinero -llevaba 15.000 pesetas (unos 90 euros) en el bolsillo– que iba a hacer las Américas.
O que iba a convertirse en un ídolo sexual en los noventa. Porque, poco después de aterrizar en suelo americano, se convirtió en la versión ibérica -y mucho más robusta- del primer latin lover del mundo del cine, Rodolfo Valentino. Al menos, esas fueron las comparaciones de la época.
Ni falta que hizo equipararlo con el actor de Castellaneta (Italia), considerado el pionero en materia de sex symbols. Lo superó con creces.
De chico Almodóvar a icono latino
Ese rol de seductor e icono latino lo explotó en diversas cintas made in USA: Entrevista con el vampiro (1994), Desperado (1995) o La máscara del Zorro (1998), por citar algunas. El mundo entero se rindió ante los encantos de su poderoso atractivo físico y su poderío mediterráneo. Así logró fama y fortuna.
Pedro Almodóvar (75), como se sabe, fue su rey Midas. Quien le dio la oportunidad de lucir su talento en Laberinto de pasiones (1982). La cinta supuso su debut cinematográfico y dio paso a un tándem de amistad y lazos profesionales que se mantiene intacto. Ambos han trabajado juntos en un total de ocho largometrajes.
Antonio Banderas está muy ilusionado con la boda de su única hija: «Se nos casa la pequeña».
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Uno de sus próximos grandes eventos será la boda de su hija. Para su alegría, esta se celebra en España. Que ella haya elegido nuestro país para formalizar su relación con su novio de toda la vida (un financiero estadounidense) lo llena de «orgullo».
«Stella es muy andaluza, muy de Málaga, aunque haya crecido en Estados Unidos», ha explicado. No cabe duda de que esta ceremonia, en la que ejercerá de padrino, va a ser un momento importante para toda la familia.
Tras décadas viviendo en el continente americano, y triunfando en cintas taquilleras en todo el mundo, el destino los ha traído de nuevo, -a él y a su hija-, a los orígenes. Es un momento para «reconectar con sus raíces» y «compartir su tierra con su futuro marido y con toda su familia».
La boda de Stella en España
La vida ha sido generosa con Antonio Banderas. Estrenará sus 65 flamantes años casando a su única hija. Su niña. «Ver a mi hija vestida de novia será uno de los momentos más bonitos de mi vida«, ha confesado al citado medio. Asume su rol «con toda la emoción del mundo».
De momento se desconoce la fecha y el lugar exactos del enlace. Pero congregará no solo a la saga Banderas. También a los Griffith. Desde Dakota Johnson (35) a Alexander Bauer (39), los hijos que tuvo la actriz de sus matrimonios con Don Johnson (75) y Steven Bauer (68), respectivamente.
Con suerte, y si la salud se lo permite, Tippi Hedren (95), la madre de Melanie y mítica protagonista de Los pájaros (1964), de Alfred Hitchcock, podría estar presente en un día tan especial.
Antonio Banderas, en San Juan.
EFE
La personalidad de Antonio Banderas, y su arraigo a su tierra y a las tradiciones, tiene mucho que ver con la manera en la que su hija concibe el mundo. No hay fronteras, pero la cuna es la cuna. Málaga, nunca mejor dicho, es su ‘bandera’.
No hay mejor muestra de su devoción por el terruño que su presencia fiel en la Semana Santa de Málaga. Es miembro de la Cofradía de la Virgen de Lágrimas y Favores de la ciudad.
También es presidente de la Fundación Lágrimas y Favores, surgida en 2010 para potenciar la faceta solidaria de esta festividad religiosa a través de proyectos culturales.
La ciudad que lo vio nacer no solo es el germen de su historia: es el fundamento. El lugar que forjó su carácter. Y al que debe gran parte de las iniciativas que emprende ahora con tantas ilusiones. Desde el Teatro del Soho CaixaBank, que es un espacio privado sin ánimo de lucro -dedicado a la creación, producción y difusión de las artes escénicas, así como a la formación de nuevos talentos- a sus negocios de hostelería.
Sus restaurantes en Málaga
El teatro, uno de sus proyectos más personales, se hizo realidad tras la rehabilitación del antiguo Teatro Alameda. Abrió sus puertas el 15 de noviembre de 2019 con el estreno del musical A Chorus Line.
En su momento hizo campaña incluso en plena pandemia para impulsar este proyecto, con el que desea devolver a su ciudad parte de la riqueza cultural que ha recibido.
En la actualidad tiene siete restaurantes en Málaga: Doña Inés, Tercer Acto, La Barra de Doña Inés, Atrezzo, La Pérgola del Mediterráneo, Maschera y El Pimpi, fundado en 1971 y ubicado un caserón del siglo XVIII en el corazón del centro histórico. En este local, joya cultura y auténtico símbolo de la ciudad, tiene inversión mayoritaria. «Es un barco que camina solo», ha declarado.
Todos estos negocios se gestionan a través de su propio grupo gastronómico, cuyo nombre hace tributo a las artes escénicas: Tercer Acto.
En lo relativo a su proyecto culinario, la gestión diaria y la dirección ejecutiva la delega en la figura de Pablo Gonzalo Portillo, socio, empresario y director ejecutivo (CEO) de la entidad.
Antonio Banderas, con su hermano Javier, en una imagen de las redes sociales.
Pero Banderas, hombre incansable y trabajador inagotable, aún tiene tiempo de apoyar otras iniciativas. Como por ejemplo, patrocinar la embarcación en la que su hermano, Javier Domínguez Banderas (61), ha participado en la 43ª Copa del Rey-Mapfre, celebradas recientemente en Mallorca. La sangre tira. Y su hermano, hombre discreto y de perfil bajo, siempre ha estado a su lado, en las duras y en las maduras.
Ha rechazado trabajar en Broadway
Todo ello sin olvidar nunca el cine. El 2025 ha participado en dos grandes producciones. Es el coprotagonista del thriller erótico Babygirl, junto a Nicole Kidman (58), que ya se ha estrenado en festivales como Venecia y está en cartel en varios países.
Además, participa dando voz y promoviendo la cinta familiar Paddington: Aventura en la selva, que ha logrado buenos resultados en taquilla en el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda.
Asimismo, ha estrenado en el último año otro musical, Tocando nuestra canción. Y tanto trabajo tiene que hasta ha rechazado volver a Broadway para seguir impulsando el teatro musical en España y continuar su labor de director y productor. Esta es ahora la pasión que le ocupa y le preocupa. La que lo mantiene, a sus recién estrenados 65, con más ganas de júbilo que de jubilación. Qué mejor regalo.