Impacto. Suceso nacional, para el que lo quiera ver, claro. ¡Qué año el de Morante de la Puebla! Qué pasión en los tendidos, qué brillo, qué peleas en el ruedo, qué faenas desgrana, por dónde se pasa a los toros, qué compromiso adquiere, qué obsesión por torear tan despacio y tan milimétrico a su cintura, qué manejo de los vuelos, el embroque, la cintura, la suavidad en sus muñecas… y es el aficionado el que sale ganando cada vez que él se anuncia en los carteles. Y la bárbara exposición de su cuerpo para torear, ahí está la dura voltereta sufrida este viernes durante la corrida nocturna en Marbella.

Su actitud frente al toro este 2025 tiene algo de equilibrio inestable y no es otra cosa que una forma de reencontrarse. Morante de la Puebla torea para los resortes efusivos de la memoria. Y sobre todo por la dificultad que entrañaba su recuperación artística tras su difícil afección mental que le obligó a retirarse el año pasado.

Un milagro

Así que Morante de la Puebla por encima de todo y todos. Morante magnífico y grande, inspirado, gozoso y más artista que nunca que hasta devuelve la ilusión por los toros a los más infieles, herejes, agnósticos y descreídos. En definitiva, el Morante de este año es un milagro.

Los dobles compromisos en El Puerto de Santa María, Málaga, Salamanca y en Las Ventas de Madrid el doce de octubre al más puro estilo Bienvenida redondean su histórica temporada con un verano pletórico jalonado de grandes faenas como las de Sevilla o Madrid, con la puerta grande incluida.

Pero más allá de números y polémicas sobrellevadas con tácita emoción en medio de su rivalidad con Andrés Guardado Roca Rey, lo que proyecta el genio de la Puebla del Río (Sevilla) es único. Por ejemplo, todas las fotografías de Morante de la Puebla hechas este año traspasan la pantalla. Esta temporada más que nunca él es consciente de su categoría como torero, dedicado en cuerpo y alma. Y admitiendo que su vida es eso, la tauromaquia, porque está empeñado en figurar entre los ases, con la misma edificante persistencia que los mejores toreros de la historia.

Un extraordinario natural de Morante en el que refundó el toreo

Un extraordinario natural de Morante en el que refundó el toreo en Madrid / Plaza 1

Un festival irrepetible

Es incontestable la significación de Morante de la Puebla como símbolo devocional. Su concepto aglutina tanto lo histórico como lo legendario. Es de esos toreros con esas leyendas en la memoria tras una larga investigación sobre el extenso patrimonio histórico y cultural de la tauromaquia. Y ahora ha llevado a cabo un festival irrepetible en Las Ventas para homenajear a Antoñete y levantar un monumento en su memoria con el maestro Curro Vázquez, César Rincón, Enrique Ponce, Julio Aparicio, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza y la novillera Olga Casado.

Los aficionados a los toros no sabemos si volveremos a ver lo que se está viendo. En nuestra historia taurina no se registra nada igual, ni siquiera la época grande de Juan Belmonte y Joselito El Gallito porque entonces los toreros no tenían tanta regularidad ni toreaban así, aunque sí había esa rivalidad que ahora Morante y Roca Rey proyectan en el ruedo.

Por eso hay que ensalzar su temporada y poner en pie el elogio de una vida, de una trayectoria, de un éxito y de un ejemplo, cuando la fiesta solamente puede sobrevivir en el futuro si aparecen más Morantes.

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