Aquí no hay quien viva es una serie que durante muchos años ha acompañado a los españoles en su entretenimiento diario. Ya fuera después de un largo día de trabajo, para comer o simplemente cuando no había nada nuevo que ver, ahí estaba la comunidad de vecinos ubicada en la calle —ficticia— Desengaño, 21 para animar a través de la pantalla.
Su éxito la ha llevado a ser una de las series favoritas de gran parte de la población de España, y gran parte de ello se debe a las horas de trabajo y esfuerzo por parte de todos los trabajadores que la componían, desde actores a productores, guionistas y equipo técnico.
Laura Pamplona, la actriz que interpretaba el papel de Alicia, ha visitado recientemente Y ahora Sonsoles, donde ha ofrecido unas declaraciones al respecto de estas largas jornadas laborales. «Era bastante heavy metal la manera de grabar que teníamos. Estábamos muchísimas horas y, sobre todo, más allá de las horas, era que no había guiones«, reconoció ante Pepa Romero.
A continuación, explicó cómo se hacían los guiones de los episodios: «Escribían al mismo tiempo que nosotros grabábamos. Era maratoniano para ellos porque tenían que escribir el capítulo de mañana y tú te ibas después de un montón de horas de rodaje y te decían ‘oye que no sé si entras mañana, luego te llamo y te lo digo’ […] Igual te recogían a las 7.30 horas y te dejaban en tu casa a las 22.30 de la noche y luego te llamaban y te decían ‘mañana entras, luego te paso la separata».
Más de 10 horas de trabajo al día que, irremediablemente, repercutían en ellos tanto física como mentalmente: «Nos pasó factura a todos, cogías una gripe y te entraba cuatro veces más fuerte de lo normal, había gente que tenía ansiedad porque no descansaba o tenía mucho estrés».
Estas declaraciones por parte de Laura Pamplona coinciden con las que hace unos meses ofreció María Adánez. La actriz, que interpretaba Lucía, conocida también en la serie como ‘La pija’, contó su versión de los hechos en el programa Aquí Catalunya de la Cadena SER en Cataluña: «Hubo un momento que nos comía tanto la emisión… En ese momento sabíamos que estábamos haciendo un éxito y la cadena pidió capítulos, capítulos y más capítulos. Trabajábamos sábados y domingos. Lo más surrealista que me ha pasado a mí es que me llamen, de verdad y literalmente, no os estoy engañando, a las 2.00 de la mañana los de producción para citarme a las 6.30. Dije: ‘pues ya duermo mañana».
Una opinión que también confirman los pesos pesados de Aquí no hay quien viva, como uno de sus creadores, Alberto Caballero. «Íbamos a hacer treinta y tantos capítulos del tirón. Y ahí fue cuando dije: ‘Vamos a morir’. Además, para empeorar las cosas, ese año Telecinco decidió utilizar lo que ellos llamaban su arma de destrucción masiva, que era Los Serrano, y la pasaron a nuestro día para competir. Entonces lo que nos pidieron fue que la serie ya no fuera de 60 minutos, sino de 70, porque era la duración de Los Serrano. Y no solo eran 34 capítulos del tirón, sino que eran 34 capítulos de 70 minutos», rezan las declaraciones del también guionista recogidas en un artículo de El País.
«Un equipo técnico se tiraba diez horas y se iba, y entraba otro equipo que grababa otras diez horas. Yo he llegado a estar 25 horas en plató y me he ido a montaje. El montador, Jaime, que sigue con nosotros y es de la familia, me decía: ‘Tía, vete a casa’. Y yo: ‘No, es que se emite esta noche», añadió su hermana, Laura Caballero, también encargada de la dirección de la serie.
Rebeca Guillén, una de las guionistas, comparó su trabajo con el de los «bomberos»: «Estabas atento al móvil para que te llamaran y te dijeran a qué hora entrabas al día siguiente […] Recuerdo que María Adánez salía en una secuencia del ascensor, iba a subir y digo: ‘¡Corta, corta! Ni subas ni bajes, porque no sé cuál es la escena siguiente. No sé si tienes que subir o bajar porque no está escrito’. Así trabajábamos».
«En la última época se grababa un capítulo en tres días, con lo cual trabajábamos 18 horas algunos días. Estudiábamos en el coche y cuando nos soltaban de trabajar nos daban 25 páginas para el día siguiente», detalló Fernando Tejero sobre las extensas jornadas de trabajo, a las que los hermanos Caballero se quejaban, sin beneficio alguno. «Nos quejábamos a mi tío, que era el que trataba con la cadena. Nuestro jefe, digamos, era José Luis. Pero nos decían: ‘Cuando hay éxito las cosas son así, es que hay que aprovechar’. Yo tenía unos ataques de ansiedad cuando llegaba a mi casa […] llegaba para dormir un rato y según me sentaba me quería morir y me iba a Urgencias: ‘Mira, me está dando un infarto».
Aunque «todas las leyendas son ciertas», en palabras de Diego Martín -Carlos en la serie-, considera que es «uno de los rodajes» donde mejor se lo ha pasado. «Salieron buenos capítulos, pero el equipo reventó», reconoció Alberto Caballero.
Con cinco temporadas que engloban un total de 90 episodios (más tres capítulos especiales), Aquí no hay quien viva sigue emitiéndose en el canal FDF, así como en plataformas de streaming como Prime Video, Max, Disney+ y Netflix.