Lo que Vingegaard no logre en La Loze no lo va a rascar de este Tour
Jornada grande, la más grande si cabe de este Tour. La que decidirá la suerte entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, una suerte que parece ya muy decantada.
Pero hemos visto cosas más increíbles, sin duda. Cosas a las que podemos agarrarnos, aunque todo indique que no va a suceder.
Visma no tiene otra opción que anticipar, atacar y minar el camino del líder en un entorno que le trae recuerdos hostiles.
Tadej Pogacar no ha encontrado su mejor versión en las dos ocasiones que el Tour ha visitado el Col de la Loze.
Era, junto a Hautacam y Ventoux, su tridente particular de escenarios malditos.
Los dos primeros ya los ha contrarrestado. Ahora falta ver qué pasa con este.
En 2020, en plena pandemia, Pogacar cedió tiempo ante Roglic que parecía definitivo para el amarillo final… si no fuera porque luego llegó La Planche des Belles Filles.
Tres años después, Pogacar —su cuerpo— dijo basta.
En un Tour corrido a contrapié, con la lesión en la muñeca tras la caída en Lieja, Pogacar estuvo al límite toda la carrera. Vingegaard vestía de amarillo, pero no lo sentenció hasta aquella famosa crono.
Ese día, en la base del Col de la Loze, Pogacar pronunció su célebre: “Chicos, voy muerto”. Y con eso quedó sentenciado el segundo Tour para Vingegaard y despejado el camino para que Adam Yates subiera al podio.
Dos años después, La Loze pinta diferente para el danés, a quien la segunda plaza no le vale.
En el Ventoux no pudo con su rival, pero lo intentó varias veces, y con dureza. Pogacar dice que no se vio muy obligado, pero la sensación de que lo estaban apretando estuvo siempre ahí.
Vingegaard activó todo el equipo en el monte pelado. Hicieron una labor interesante, pero incapaz de poner en apuros reales a Pogacar.
Con cuatro minutos de desventaja y solo La Plagne por delante, a los neerlandeses no les queda otra que tentar de lejos, escalar ciclistas, anticipar piezas. El gran problema llega cuando ponemos negro sobre blanco la superioridad de uno sobre el otro.
El Tour no se gana sin riesgo. Vingegaard lo sabe, y Visma también. Espero que haya baile; luego veremos el resultado.
Pogacar es favorito en un 99%, pero también lo era camino del Granon… y mirad lo que pasó.
No tengo un especial deseo de que Pogacar pierda el Tour, pero cuando va por detrás, el espectáculo se dispara.
Imagen: A.S.O./L’Equipe/Bernard Papon