Rosendo López es mucho más que el fotógrafo de Sariñena; es parte de los momentos más importantes de la vida de sus habitantes, en fiestas, celebraciones y ceremonias, creando recuerdos que perduran gracias a su arte. Su habilidad se basa en su sensibilidad, imaginación y profesionalidad, además de su experiencia desde niño, ya que creció entre cámaras y los laboratorios fotográficos de sus padres. Asegura que la fascina la belleza paisajística y única, por singular, de la comarca de los Monegros, y destaca el importante papel que juega el comercio local para hacer territorio.

¿Qué significa para usted Los Monegros? ¿Y la provincia?

Los Monegros para mí es una tierra con mucha personalidad, es donde vivo y donde estoy bien, así como la provincia que considero que es la mejor del país. Admiro su grandeza, sus limitaciones, quiero a su gente y Huesca me quiere.

¿Cuál es su rincón favorito de la provincia? ¿Y de su pueblo?

-Tiene muchos rincones y, a pesar, de que no lo he podido conocer mucho, porque me ha tocado siempre estar trabajando los días de fiesta, lo que conozco, vale la pena y mucho. Por ejemplo, la sierra de Alcubierre tiene espacios preciosos, hay una especie de Cañón del Colorado, versión monegrina, que me fascina.

Cuando habla de las excelencias del Alto Aragón, ¿qué le cuenta a las personas que no lo conocen?

-No solo describo lo que hay, sino que resalto lo que hace especial a Los Monegros, el único espacio con unos atardeceres espectaculares, intensos y naturales. Cuando te preguntan de dónde eres, y dices que de Huesca, te identifican con un sitio frío, con los Pirineos, esquiar, y deberíamos dar a conocer la otra parte, nuestro desierto, nuestros contrastes, nuestros Monegros que tienen mucha fuerza, así como sus gentes, hospitalarias, amables y siempre dispuestas a colaborar.

¿Qué características hacen de su comarca un paisaje único en Europa?

-¡Los Monegros son realmente un tesoro natural único en Europa! Es la estepa desértica más grande del continente, alberga miles de especies biológicas, además de ser un paraíso para las aves, con varias zonas de especial protección Zepa como La Laguna de Sariñena, contiene un paisaje singular y diverso, con salinas, lagunas, barrancos, torrollones, tozales, campos o sabinas, sin olvidar su patrimonio arquitectónico y de pintura con La Cartuja de las Fuentes o el Monasterio de Sijena, y los vestigios de la guerra civil y de civilizaciones antiguas, íberos, romanos, visigodos o los árabes que dejaron su huella.

Hay muchas formas de hacer territorio, ¿el comercio es una de ellas?

-El comercio no solo es una actividad económica: es una forma dinámica de hacer territorio, porque conecta a las personas, transforma espacios y da identidad a una comunidad. El comercio en el medio rural siempre ayuda a asentar la población, la gente que va a centros comerciales es posible que se ahorre unos euros, pero cuando necesitan algo acude a nuestros comercios, el servicio personalizado del comerciante de los pueblos no tiene nada que ver.

Sus mejores fotografías

-Mis mejores fotografías son de las personas, porque me entusiasma capturar emociones, historias y conexiones humanas que trascienden el momento, un rostro trasmite alegría, tristeza, sorpresa o serenidad con tan solo una mirada y cada persona retratada cuenta una historia: su entorno, su ropa, su postura… todo habla. Es cuestión de captar la esencia humana.

¿De qué logros se siente más orgulloso?

-No son solo mis logros, sino los de un gran equipo. Mi esposa Mari ha estado siempre a mi lado, y mis hermanos, incluidos Miguel y mi hijo Hugo, también. Juntos hemos mantenido la papelería, fotografía y librería en Los Monegros. Un logro importante es Seycob, fundada en 2007, que protege datos informáticos con diseño y atención personalizados, seguridad y flexibilidad. Fuimos pioneros antes de Amazon.

¿Ha pensado en hacer una exposición de sus fotografías?

-Sí, y de hecho todos los negativos que tengo me da miedo que se pierdan, pero me pasa lo de siempre, la falta de tiempo, espero que en un futuro la pueda hacer, pero de momento, todavía no he parado.

¿Qué le falta a Los Monegros?

-Gente joven, emprendedora, que sepa valorar lo que tenemos y con ganas de trabajar. Todo ello sería probable si hubiera un cambio en la educación, primero desde casa y luego en el colegio.