“Creo que Jane Fonda y yo hemos hecho el mejor trabajo de nuestras vidas, y creo que esto se debe en parte a nuestro director, Fred Zinnemann. Y también creo que se debe en parte a que creíamos y creemos en lo que expresábamos”, dijo Redgrave al recibir la estatuilla en 1978. “Dos, entre millones, que dieron su vida y estuvieron dispuestas a sacrificarlo todo en la lucha contra la Alemania nazi, fascista y racista”.
Agradeció la valentía de los votantes de la Academia de Hollywood al apostar por ella y señaló “que deberían estar muy orgullosos por mantenerse firmes y no dejarse intimidar por las amenazas de un pequeño grupo de matones sionistas cuyo comportamiento es un insulto a la dignidad de los judíos de todo el mundo y a su gran y heroica trayectoria de lucha contra el fascismo y la opresión… los felicito por haberse mantenido firmes y haber asestado el golpe final a aquel período en que Nixon y McCarthy lanzaron una cacería mundial contra quienes intentaron expresar en sus vidas y obras la verdad en la que creían. Se lo agradezco y les prometo que seguiré luchando contra el antisemitismo y el fascismo”.
La actriz se refería con aquel discurso a la campaña en su contra que había surgido a partir del estreno de The Palestinian (1977), documental (se puede encontrar en YouTube) que ella produjo y narró, y que estaba centrado en los estragos sufridos por los palestinos durante la guerra civil libanesa, siguiendo a la Organización para la Liberación de Palestina (y que incluía una entrevista a su líder, Yasser Arafat).
A raíz de ello, la extremista Liga de Defensa Judía intentó boicotear la ceremonia de los Oscar y uno de sus miembros incluso detonó una bomba junto a un cine de Los Ángeles que iba a proyectar el documental. Redgrave se refería a esta organización cuando utilizó la expresión “matones sionistas”, pero, según su biógrafo Dan Callahan (The Life of Vanessa Redgrave), «el escándalo que supuso su discurso y la prensa negativa que generó tuvieron un efecto destructivo en sus oportunidades como actriz durante años».
“Nunca tuve miedo de decir lo que pensaba. Dicho esto, debería haberlo hablado más con mi familia, porque tuvieron que lidiar con las consecuencias. Quizás les compliqué la vida, pero era algo que tenía que hacer”, admitió la actriz a The Times en 2016.
Hablando de consecuencias, cierto es que a principio de los 80 tuvo que dedicarse sobre todo a la televisión, pero luego su carrera se recuperó y volvió incluso a ser de nuevo nominada al Oscar en otras dos ocasiones (por Las bostonianas y Regreso a Howards End). Y ha seguido trabajando de manera muy constante hasta nuestros días: pese a su ya avanzada edad, no parece ni querer oír hablar de jubilación.
En los últimos tiempos hemos podido por ejemplo escuchar su siempre reconocible voz como narradora durante más de 120 episodios (emitidos entre 2012 y 2025) de la exitosa serie británica Call the Midwife (Llama a la comadrona), en 2017 debutó como directora con el documental Sea Sorrow (sobre la crisis migratoria europea; será activista hasta el final) y entre los varios proyectos que tiene en agenda está The Estate (se estrenará en Reino Unido en octubre), película centrada en una familia aristocrática en decadencia. Es a buen seguro un filme muy especial para ella por que en él comparte cartel con su marido, el actor italiano Franco Nero, y está dirigido por el hijo de ambos, Carlo Gabriel Nero.