«Creo que todo actor debería probar el terror alguna vez en su vida», esta es la frase que Julia Garner (Nueva York, 1994) repite de forma incansable desde hace años. Confesa amante de este género, así como de películas como ¿Qué fue de Baby Jane? o El silencio de los corderos, la estadounidense se ha convertido en la scream queen del momento.

 Su amor por el cine de género viene de lejos. En 2011, Garner debutó en el terror con el escalofriante cortometraje Mac & Cheese, de Lutfu Emre Cicek, donde interpretaba a una joven que sufría las torturas de una madre perturbada: un título que bebía las aguas de la Carrie de Stephen King. 

Ese mismo año, participó en el thriller psicológico Martha Marcy May Marlene, que protagonizó junto a Elisabeth Olsen, Sarah Paulson y Christopher Abbott, abriéndole las puertas a tramas más misteriosas y horripilantes. El filme dirigido por Sean Durkin (Inseparables) la introducía de lleno en los intríngulis de una peligrosa secta que atrapaba en sus fauces a sus miembros. 

Su momento para brillar en el terror llegó con Somos lo que somos (2013), como parte de una familia caníbal en los bosques de Nueva York, en este remake de Jim Mickle (creador de Sweet Tooth: El niño ciervo). Este estreno coincidía con su participación en el found footage El último exorcismo 2, secuela de la película de 2010 que fue dirigida por Ed Gass-Donnelly (El misterio de Jane) y coescrita junto a Damien Chazelle (director de La La Land y Babylon).

Aunque en los siguientes años se mantuvo alejada del terror, sus personajes vinculados a asesinatos, proyectos experimentales y grupos religiosos demostraron que este género seguía corriendo por sus venas. Recientemente, Garner volvió a él en una revisión de los clásicos monstruos de Universal.

La actriz interpretaba a una madre de familia en Hombre lobo, de Leigh Whannell (El hombre invisible), donde coincidía de nuevo con Christopher Abbot como su marido en la ficción y hombre licántropo. Unos meses después, la norteamericana también participó en Apartamento 7A, precuela del clásico La semilla del diablo, de Roman Polanski, en la que daba vida a una bailarina que se veía tentada por la oscuridad antes de que Rosemary (Mia Farrow) se enfrentara al mal en el mismo lugar. 

Ahora, Garner vuelve a hacerlo en Weapons, interpretando a una maestra traumatizada por la desaparición de sus alumnos. «Julia es genial. No es nada pretenciosa, aunque haya ganado tres Emmy. Estaba nervioso porque ella pudiera tener muchas ideas de cómo hacer la película, pero es muy receptiva, colaboradora y divertida. Nos reíamos todos los días y la adoro. Con ella me tocó la lotería«, declara Zach Cregger sobre la protagonista de Weapons. Un título que llega para consagrarla en el terror.