Domingo, 10 de agosto 2025, 02:00

En el equipo que conforma actualmente el Gipuzkoa Basket hay una historia que va más allá de lo deportivo. En la familia de los Zubizarreta el baloncesto siempre ha estado muy presente y se ha vivido como una parte esencial del día a día. José Luis Zubizarreta ‘Xubi’ es el director deportivo del GBC desde hace dos temporadas y su hijo Aitor juega como base en el primer equipo desde hace cuatro temporadas. Por lo tanto, llevan coincidiendo en el mismo equipo ya dos temporadas y van camino de la tercera. Lo hacen con naturalidad, respeto mutuo y con alegría e ilusión de estar compartiendo al mismo tiempo una etapa buena del club.

«Estamos contentos. Tener esta experiencia juntos en un equipo profesional es algo que no muchos pueden decir», reconoce Xubi. Y es que razón no le falta cuando afirma eso, ya que no es algo habitual que padre e hijo, cada uno con su rol, formen parte de la misma estructura en un equipo que compite en la Primera FEB. Pero aún así ellos lo llevan con total normalidad y siguen manteniendo la misma relación que cuando no estaban bajo un mismo club.

En la vida de los dos el baloncesto fue un elemento importante y central mientras crecieron. Aunque la evolución y la manera de conocer el deporte fue muy diferente para ambos. En lo que sí coinciden sus caminos es en el destino al que les ha guiado ahora, a formar parte del GBC. Xubi llegó a Donostia en un momento de cambio, llevaba más de cuarenta años vinculado al Iraurgi, pero le surgió la oportunidad de asumir el reto de formar parte de un proyecto guipuzcoano en el GBC. La idea le gustó y cuadró bien en sus planes entrar en el club justo cuando se estaba realizando el traslado a Illunbe.

«Tener esta experiencia juntos en un equipo profesional es algo que no muchos pueden decir»

José Luis Zubizarreta

Director deportivo del Gipuzkoa Basket

«No se trata de la edad, sino de las ganas. Y ahora mismo me gusta el entorno que tengo en el club»

«Estoy motivado. Mientras esa motivación exista, seguiré aquí», dice Xubi. Asegura que no le importa hasta qué edad seguir trabajando, mientras las motivaciones y el disfrute le acompañen en su trabajo. «No se trata de la edad, sino de las ganas. Y ahora mismo me gusta el entorno que tengo en el club. Vamos todos en la misma línea y eso no es algo fácil de encontrar en otros lugares y en otro equipos».

Evolución deportiva

El hijo de Xubi antes de llegar a las puertas del Gipuzkoa Basket vivió experiencias en otros equipos, incluso en otro continente, que le ayudaron a formar el jugador que es hoy en día. Aitor Zubizarreta ha pasado muchos años de su vida formándose en Estados Unidos, lugar en el que nunca se sintió del todo a gusto por la diferencia del idioma y donde estuvo entrenando al más alto nivel. Luego pasó por equipos punteros a nivel nacional como el Valencia o el Cáceres, y por el propio Iraurgi, donde empezó y creció.

Volvió a Gipuzkoa con la ventaja de haber vivido muchas experiencias fuera, pero sabiendo que el paso por el GBC era una oportunidad especial. Al principio, cuando llegó a este club, competían contra el equipo de su pueblo, en el que él se formó como deportista, cuando ellos se jugaban el descenso de categoría: «Era duro ver a mi padre pasándolo mal y nosotros celebrando». Confiesa que cuando empezó «se hacía raro estar en otro equipo guipuzcoano, porque jugábamos contra el Iraurgi y yo tengo muy buenos recuerdos de allí, pero ahora estoy muy centrado aquí. Estar en Gipuzkoa y compartir esto con mi padre es algo bonito».

Antes de todo esto ambos pasaron por un momento de punto de partida, pero muy diferentes uno del otro. Xubi es de Azpeitia, pero cuando él era todavía un niño su caserío se quemó y se vio obligado a irse a vivir a Valencia. Allí un amigo le introdujo en el mundo del baloncesto con once años y se pasó su adolescencia jugando allí hasta los 17 años en que vuelve a Eibar para estudiar. «En ese momento empiezo en el Iraurgi. He estado con ellos desde que no era nada el equipo hasta que llegó a ser lo que es hoy». Empezó como jugador pero ha pasado por puestos como directivo, a entrenar y de todo, «estuve cuarenta años y he hecho casi de todo».

«Estoy muy centrado aquí. Estar en Gipuzkoa y compartir esto con mi padre es algo bonito»

Aitor Zubizarreta

Capitán y jugador del Gipuzkoa Basket

«Empecé yendo a ver los partidos del Iraurgi cada fin de semana. En el descanso cogía la bola y hacía mis tiros»

Aitor, por su parte, lo tuvo más fácil, ya que tenía referentes a seguir en su propia casa, en especial su padre. Son tres hermanos y todos han pasado por las canchas. El jugador azpeitiarra recuerda que desde pequeño, por su padre, estuvo vinculado al equipo del pueblo «empecé yendo a ver los partidos del Iraurgi, en el descanso cogía la bola y hacía mis tiros». Con su hermano mayor solía jugar «y luego en casa, en el día a día teníamos mucho baloncesto, veíamos en la tele, leíamos la revista ‘Gigantes’ y teníamos los pósters». Cuando era un poco más mayor fue cuando su padre le empezó a entrenar en el colegio y ya empezó en las categorías inferiores del club de Azpeitia.

Relación profesional

La relación de ambos en el club es profesional y equilibrada. «En casa no hablamos mucho de baloncesto, porque tenemos opiniones diferentes y preferimos evitar discutir», bromea Aitor. En el día a día del club Xubi trata a su hijo como con cualquier otro jugador del equipo y viceversa. A veces surgen diferencias o tienen maneras de pensar distintas, pero al igual que fuera de la cancha, «como cualquier padre e hijo». Tampoco hay preferencias o privilegios por ser familiares: «Aitor se entera de las decisiones igual que el resto de la plantilla», aclara Xubi. «En ese sentido, intentamos que no haya beneficios ni malentendidos. Nuestra relación profesional está clara desde el principio».

Aitor coincide con su padre, de hecho recalca que «hemos discutido más cuando no estábamos en el mismo club que ahora», dice con una sonrisa. Y añade que «desde pequeño me ha entrenado en el colegio, en casa, en los veranos… La sensación es que siempre hemos estado en el mismo equipo».

Los Zubizarreta no piensan demasiado en lo que vendrá después. Hoy lo importante es que están juntos en el Gipuzkoa Basket, disfrutando de una etapa única, que aprovecharán al máximo mientras dure. Están viviendo un momento donde el baloncesto les ha vuelto a unir, pero esta vez desde un club que mira al futuro con ambición, que sigue apostando por Gipuzkoa.

«Estamos bien aquí. Lo estamos viviendo con naturalidad y orgullo. Y mientras haya ilusión, motivación y estemos de acuerdo con la filosofía y valores del club, seguiremos dando lo mejor por este equipo», concluyen ambos, que tienen claro su amor por el baloncesto.

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