La tarde taurina en Pontevedra se tiñó de preocupación apenas iniciado el festejo. José Antonio Morante de la Puebla sufrió una seria cornada durante la lidia del primer toro de Garcigrande. El animal, de embestida corta y exigente, según los periodistas especializados, sorprendió al torero mientras lo templaba con la mano izquierda en los medios. La acción, casi ralentizada a ojos del público, terminó con el diestro en el suelo. Aunque logró reincorporarse, la taleguilla del muslo derecho estaba completamente rasgada y la sangre era visible.

En medio del revuelo de cuadrillas y capotes, fue evacuado a la enfermería de la plaza de San Roque por varios compañeros, que improvisaron una «camilla humana». Morante, que había llegado horas antes desde Jerez tras torear en El Puerto y que ya arrastraba molestias por un percance reciente en Marbella, no tuvo esta vez la misma suerte que en jornadas anteriores. El resto de la faena fue completado por Alejandro Talavante, mientras el parte médico inicial describía una cornada «extensa pero aparentemente limpia». Durante la intervención, realizada con anestesia local, se constató que la herida presentaba un orificio de entrada de diez centímetros, con rotura de tejido subcutáneo, fascia muscular y desgarro del abductor mayor. El pitón produjo dos trayectorias: una descendente de 10 centímetros y otra ascendente de 6. Tras estabilizarlo, se le colocó un drenaje y fue trasladado al hospital Quirón para seguimiento. El pronóstico médico es grave, aunque sin afectación de venas o arterias principales. La afición pontevedresa, que lo había recibido entre ovaciones al inicio del festejo, despidió la tarde con un silencio cargado de preocupación.

Casado en dos ocasiones

José Antonio Morante Camacho, conocido artísticamente como Morante de la Puebla, nació el 2 de octubre de 1979 en La Puebla del Río (Sevilla). Aunque no procede de familia taurina, su afición surgió con apenas cinco años. Forjó su estilo en el campo abierto, aprendiendo de aficionados locales y escuchando tertulias taurinas en bares de su pueblo, hasta ser descubierto por Leonardo Muñoz, padre del torero Emilio Muñoz, quien se convirtió en su primer apoderado. Debutó en público el 3 de septiembre de 1988 en Villamanrique de la Condesa y, con solo 11 años, se presentó como novillero sin picadores en Montellano. El 16 de abril de 1994, en Guillena, toreó su primera novillada con picadores, saliendo a hombros. Desde sus inicios destacó por un concepto artístico muy personal, combinando clasicismo y creatividad.

Su carrera ha estado marcada por triunfos y también por percances físicos y personales. En varias ocasiones se ha retirado temporalmente por problemas de salud mental, visibilizando abiertamente su lucha contra la bipolaridad y un trastorno de la personalidad. Ha reconocido públicamente haber atravesado momentos críticos, incluso con pensamientos suicidas. En lo personal, ha estado casado en dos ocasiones y es padre de José Antonio Morante Antúnez (2007), futbolista profesional y canterano del Real Betis Balompié, internacional con la selección española sub-18. A lo largo de su trayectoria, Morante se ha consolidado como una de las figuras más influyentes y singulares de la tauromaquia contemporánea, admirado por su inspiración artística y por la intensidad emocional que transmite en el ruedo.

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