Es una escena que empieza a repetirse una noche tras otra. Cada madrugada, cientos de migrantes intentan alcanzar Ceuta desde Marruecos, ocultándose entre la niebla y ayudándose, algunos de ellos, de pequeñas balsas neumáticas y flotadores. Y no son pocos. Según información publicada por El País, citando fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta, alrededor de un centenar de migrantes ha tratado de llegar a Ceuta a nado sólo este sábado.

Según el diario, estos jóvenes saltan al mar animados por vídeos y mensajes que se difunden, principalmente, mediante grupos de WhatsApp o en redes sociales. En estas grabaciones, se les indica la ruta más sencilla, el momento en el que deben hacerlo y algunos trucos para no morir ahogados. Muchos de los que lo intentan son menores de edad y también hay mujeres. A todos ellos ya se les da el nombre de «nadadores».

La niebla juega, en principio, a su favor para evitar ser vistos por la guardia civil y por las autoridades marroquíes. Sin embargo, también pueden suponer un peligro para ellos al no ser vistos en el caso de necesitar ayuda.

El incremento de la presión ha motivado al secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Ceuta, Rachid Sbihi, a lanzar una petición de «auxilio» al Ministerio del Interior. Sbihi ha advertido a Europa Press de que se precisan 200 nuevos agentes de la Benemérita para «reforzar las patrullas de costa, el servicio marítimo, GEAS y otras unidades».

Ceuta amanecía este jueves con una manta de decenas de flotadores negros sobre el mar en la zona de la Almadraba, próxima a la frontera del Tarajal. Al ser interceptados por las autoridades marroquíes o españolas, los migrantes sueltan los salvavidas, que quedan a la deriva.

Para Rachid Sbihi, los flotadores simbolizan «la dimensión del drama migratorio». «Recordemos que, en lo que va de año, han fallecido 17 personas. El dato habla por sí solo, es estremecedor», afirma Sbihi, que alude a la cifra de cadáveres hallados desde enero de 2025 en las costas de Ceuta. Todos ellos portan trajes de neopreno o aletas, indumentaria que usan los llamados «nadadores», que tratan de llegar a nado hasta territorio español.

El secretario de la asociación en Ceuta reclama a la administración que deje «la retórica a un lado» y trabaje en «soluciones reales y efectivas» que palien una coyuntura que, subraya, «no es sobrevenida», sino que se produce cada año en la misma fecha.

«Todos los veranos el mismo patrón. Llevamos años denunciando este fenómeno de los nadadores, que se intensifica en esta época, cuando aprovechan la niebla densa característica en nuestra ciudad para arrojarse al mar poniendo en grave riesgo su vida y la de los guardias civiles que acuden a su rescate», ha afirmado.

A la petición de que se aumenten los recursos se suma la de la ampliación del espigón del Tarajal, que busca dificultar la tarea a los nadadores. Cree Sbihi que tendría un «efecto disuasorio».

«Nos encontramos desbordados –los agentes de la Guardia Civil– por todos los frentes que tenemos abiertos. Arriesgan sus vidas al intentar rescatar a los nadadores, aparte del estrés físico y emocional que sufren», ha concluido.