Que una imagen vale más que mil palabras es una máxima bien conocida, y lo cierto es que viendo que en los últimos tiempos todo … se plasma en dispositivos que se inventaron para realizar otras funciones y luego se envía y reenvía, parece que es acertada, o cuando menos real.
Los móviles permiten a todo el mundo captar esas instantáneas y momentos que se quieren conservar, cierto, pero no lo es menos que el resultado del clic realizado a través de ese dispositivo dista mucho del que se puede conseguir después de haber trabajado, a veces horas y horas, para obtener la instantánea deseada manejando todas las prestaciones que ofrece una máquina fotográfica, y aplicando todos los conocimientos que tiene el autor del disparo.
Esto lo tienen claro en MirArte, una asociación a la que ahora pertenecen 38 personas que se puso en marcha como tal en marzo de 2011, aunque desde años antes se había ido formando un grupo de aficionados. Fueron el germen en el que ya estuvo el actual presidente, Rafa Vicente, que apunta que «uno de los pilares de la asociación es dar formación a los aficionados a la fotografía. Algunos vienen con ciertas nociones y otros sin saber casi nada, pero una vez que están aquí vemos qué les gusta, qué necesidades tienen o que material precisan».
Lógicamente cuando uno se inicia en una actividad no dispone de equipos especialmente sofisticados y a veces va con lo justito, pero como dicen en MirArte, los veteranos como Vicente, o los socios más recientes como Diego Nieva, «lo bueno que tiene estar aquí es que nos vamos prestando los objetivos y lo que cada uno tiene para que cada uno vea hacia donde quiere tirar».
Toca experimentar, eso es así, porque el mundo de la fotografía es amplio no, casi infinito, tan variado que va desde la captación de los más mínimos detalles de la naturaleza gracias a objetivos macro, hasta la plasmación de paisajes, la fotografía nocturna o los conciertos. Los intereses de los miembros de MirArte en cuanto a la temática que acaban plasmando en sus instantáneas son muy variados y los comparten.
Lo hacen en la propia sede ubicada en Plaza de España 2-3º, donde habitualmente se reúnen los miércoles y donde participar en cursos internos para adquirir más conocimientos y para hacer talleres de iluminación, y también durante las salidas que realizan prácticamente todas las semanas y que son «un aliciente más. Compartimos inquietudes sobre esta afición y también amistad, porque al final somos eso, un grupo de amigos con intereses comunes», argumenta Diego Nieva.
A estas actividades, que se publicitan en redes puede acudir cualquier fotógrafo aficionado, pero evidentemente a la asociación le gustaría que los interesados se sumaran al proyecto y se hicieran socios. «La cuota que podríamos denominar de inscripción es de 35 euros y luego la anual de diez», y que da derecho a disfrutar de las propuestas que hacen y también utilizar las instalaciones y el material del que se dispone para que todos los fotógrafos vayan evolucionando y «con las aportaciones de unos y otros, aprendiendo cada día un poco más de este mundo tan fantástico».
Un mundo inmenso
Si alguien quiere conocer una técnica fotográfica puede contactar con MirArte, si lo que quiere es adentrarse en el mundo de una temática concreta, también porque «este mundo es inmenso hay variedades para todos los gustos; eso sí, somos conscientes de que tenemos nuestras limitaciones, pero eso no implica que no disfrutemos al máximo». Y lo hagan de una afición, la fotografía que ha ido evolucionando a pasos agigantados.
Los cambios son notables y aunque ahora todo el mundo pueda hacer una fotografía ellos apuntan que «lo que pretendemos es que su esencia, es decir una composición, unas luces y unas sombras, no se pierda».
Y lo dicen porque aunque son conscientes de que no se puede prescindir de los avances que se producen y que todas las novedades producen controversia, «aunque haya nuevas técnicas la mano y el ojo del fotógrafo siempre pervivirán»; algo que, eso sí, creen que en ocasiones no se valora tanto como se debiera. «Hay fotografías sobre todo las nocturnas o las de naturaleza, que requieren de un trabajo previo y de una paciencia infinitas y cuando alguien ve una foto no suele ser consciente de ello. Todo requiere un proceso que la cámara sola, aunque sea la mejor del mundo, no te lo hace», así que «la triste realidad de la fotografía a veces es que la gente sólo ve el resultado y no el trabajo que hay detrás»
Exposición
El de algunos de los socios de MirArte podrá verse en breve, ya que será en el mes de octubre dcuando la Casa de Cultura acogerá una exposición colectiva con temáticas muy diversas. Quienes la visiten podrán disfrutar con instantáneas de conciertos, de naturaleza, o de lunas.
Habrá pues fotografías para todos los gustos que a ellos les encantaría poder mostrar más a menudo por lo que reclaman que «Miranda pueda contar con un espacio expositivo céntrico para nosotros y para todas las disciplinas artísticas». Confían en que su deseo se pueda hacer realidad.