Si una persona mide 221 centímetros, lo normal es que se dedique a jugar al baloncesto para explotar sus virtudes, al menos en cuanto a estatura. Una altura que permite mirar al aro muy de cerca, pero que en la vida cotidiana ofrece una serie de problemas que son ajenos a la mayoría de la población. Agacharse ante la mayoría de marcos de puertas es una costumbre para ellos, que les pidan que les alcancen las cosas que se sitúan en las partes superiores de los armarios es casi una obligación y encontrar un número de zapato o una cama cómoda en la que dormir casi un reto. En esta línea, Edy Tavares tuvo que lidiar con el poco espacio que tuvo en el avión que le trasladó hasta Angola para su próximo reto deportivo.

El pívot del Real Madrid y canterano del CB Gran Canaria va a participa en el próximo Afrobasket con la selección de Cabo Verde. Para ello viajó en un avión comercial hasta Angola, donde va a participar en la fase de grupos en la ciudad de Namibé.

Sin espacio

El problema con el que se encontró Edy junto a sus compañeros de equipo fue a la hora de sentarse en la butaca asignada en el avión en el que iba a viajar la expedición, pues Tavares tuvo que arquear sus piernas para poder encajar en el espacio entre su asiento y el delantero.

Tavares avión 2

Tavares, arqueado en la butaca del avión que le llevó a Angola / Twitter

Una incomodidad con la que Edy puede sortear cuando viaja con el Real Madrid al reservarle los asientos de mayor espacio, esos designados XL, pero con la que ha tenido que convivir en el vuelo hasta Angola para disputar la fase de grupos del torneo en el que Cabo Verde está encuadrada con la República Democrática del Congo (miércoles 13 a las 19.00 horas), Costa de Marfil (viernes 15) y Ruanda (domingo 17).

«Feliz»

A pesar de este inconveniente Tavares compartió a través de sus redes sociales las imágenes del momento que tuvo que lidiar en el avión y la alegría que le supone juntarse con sus compañeros de batallas sobre el parqué para representar a su país.

«Sonrío no porque todo esté bien, sino porque me niego a dejar de ser feliz», escribió el caboverdiano como filosofía de vida frente a una nueva experiencia en su carrera con la mente puesta en hacer historia con Cabo Verde.