En agosto de 2023, en plena primera temporada con Aston Martin y tras una racha de podios que devolvió a su nombre a la primera plana, Fernando Alonso concedió una entrevista íntima en el podcast High Performance.

Allí, lejos de las tensiones del paddock, habló sin reservas sobre errores, aprendizajes y momentos que cambiaría si pudiera retroceder en el tiempo.

El piloto español, bicampeón del mundo en 2005 y 2006, comenzó recordando con cierta melancolía sus años de gloria: «Lo que lamento con seguridad fue no haber disfrutado más de mi tiempo, mi carrera«.

Ganó dos títulos mundiales con Renault, pero reconoce que apenas conserva recuerdos nítidos de las celebraciones. «Es triste», admite, al pensar en las tardes y noches de Brasil que coronaron sus campeonatos.

Alonso confesó que en sus años más competitivos, especialmente en Ferrari, vivía atrapado en una dinámica implacable: terminar un Gran Premio y pensar automáticamente en el siguiente.

«Puedes ganar la carrera y, en el avión, ya estás pensando en el próximo fin de semana«. Esa mentalidad, que él mismo asocia a una idea rígida de profesionalidad, le impedía saborear plenamente las victorias.

En Aston Martin, y con más de dos décadas en la élite, Alonso asegura que ha aprendido a celebrar cada podio como un logro especial, aunque no sea una victoria. «Parezco el más feliz en el podio… es porque soy capaz de disfrutar más ese tipo de momentos».

Imagen de Pedro de la Rosa y Fernando Alonso.

Cambio con la edad

El asturiano reconoció que antes creía que disfrutar demasiado podía restarle seriedad: «Si estaba disfrutando demasiado, era como si no fuera profesional«.

Ahora, con perspectiva, afirma que se puede ser igual de exigente y competitivo sin renunciar a compartir la alegría con el equipo y los aficionados.

Ese cambio de mentalidad le ha llevado a implicarse más con la gente que le rodea: desde los mecánicos hasta los responsables de marketing o los seguidores en las gradas.

«Ellos están ahí para ti y necesitas dar algo a cambio«, explica.

Fernando Alonso, con el trofeo en el podio del GP de Bahrein.

Fernando Alonso, con el trofeo en el podio del GP de Bahrein.

Efe

El gran «y si…»

Preguntado por lo que cambiaría si pudiera rehacer su trayectoria, Alonso no duda: «Ganar un campeonato con Ferrari«.

En 2010 y 2012 estuvo a pocas vueltas de lograrlo, y cree que esos títulos perdidos podrían haber cambiado la historia de su carrera.

La decepción de no lograrlo todavía pesa en su recuerdo, aunque reconoce que las derrotas también han sido maestras de vida.

Lejos de renegar de sus tropiezos, Alonso los considera esenciales: «El fracaso es necesario en la vida… no ganar y no lograr lo que te encantaría… son esenciales para que cualquier ser humano mejore cada vez».

En su opinión, el deporte es un ejercicio continuo de resistencia, donde el éxito llega en contadas ocasiones, pero compensa años de esfuerzo.

Fernando Alonso, durante el Gran Premio de Arabia Saudí.

Lo que lo cambió todo

El parón que se tomó en 2018 le permitió redescubrir el cariño del público. Cansado de viajar y de no competir por victorias, había perdido la percepción de su impacto.

«Lo primero fue el amor que la gente sentía por mi carrera y mi trabajo«, recuerda. Los encuentros con aficionados y el clamor por su regreso le hicieron replantearse su relación con el deporte.

Lejos de la F1, en competiciones como Le Mans, IndyCar o el Dakar, vivió un automovilismo más puro y menos encorsetado.

Al volver, dice, empezó a valorar detalles que antes detestaba, como el himno nacional o la vuelta de desfile. Incluso se mostró más abierto con los medios y más cercano a los fans, consciente de la importancia de esa conexión.

José Mourinho y Fernando Alonso juntos durante un Gran Premio.

Aunque asegura que no cambiaría sus decisiones clave ni sus pasos por distintos equipos, Alonso reconoce que, de repetir su vida, intentaría atesorar más recuerdos y vivir el presente con mayor intensidad.

Esa es la gran enseñanza que, según él, solo la experiencia y la madurez pueden dar. En Aston Martin, con 44 años y todavía capaz de pelear en la parte alta de la competición.

Fernando Alonso parece haber encontrado un equilibrio que antes no tenía: competir con la misma fiereza de siempre, pero sin olvidar que, más allá de los puntos y los trofeos, lo que queda son las personas, las emociones y los momentos compartidos.