Según un nuevo estudio, el método de preparación es un factor importante en la relación entre el consumo de patatas y la diabetes de tipo 2. La investigación demostró que por cada tres raciones semanales de patatas fritas, la probabilidad de desarrollar la enfermedad aumentaba en un 20%. Por el contrario, el estudio descubrió que una tasa de consumo similar de patatas asadas, en puré o hervidas no daba el mismo resultado.

Las conclusiones se basaron en el análisis a largo plazo de tres grandes estudios estadounidenses que abarcaron unos 40 años y en los que participaron más de 205.000 profesionales de la salud. El equipo de investigación también llevó a cabo un metaanálisis de 13 estudios en los que participaron más de 587.000 personas, lo que solidificó aún más sus conclusiones.

Aunque se sabe que las patatas contienen nutrientes beneficiosos como la fibra y la vitamina C, también tienen un alto contenido en almidón, lo que les confiere un elevado índice glucémico, un motivo de preocupación desde hace tiempo por el riesgo de diabetes. El estudio también descubrió que sustituir las patatas fritas por cereales integrales se traducía en un riesgo un 19% menor de desarrollar diabetes.

Los investigadores señalan que sólo se trata de un estudio observacional y que no prueba una relación directa de causa y efecto, por lo que serán necesarios estudios más amplios e integrales para llegar a una conclusión sólida. Sin embargo, los resultados ponen de relieve una fuerte conexión entre las patatas fritas y la diabetes de tipo 2.