Cuando acudió la Policía Local de Cangas ya no estaba. La densa niebla aún dominaba Donón en la mañana de ayer cuando los vecinos vieron a un hombre que se había pertrechado con una hamaca en la famosa escultura de A Caracola. Fue personal municipal el que advirtió a miembros del gobierno de semejante hallazgo, para más tarde desplazarse hasta el lugar el propio jefe de la Policía Local de Cangas, Anxo Gallego. Pero ya se había ido, no se sabe si alertado por las sirenas de los cuerpos de seguridad o debido a que era el objetivo de las cámaras de muchos teléfonos móviles. Ya nada importa, ya nada se respeta, mucho menos el arte, que es muchas veces fruto de las iras de muchas protestas.
Hay que decir que este año, todo Cangas es una quebradero de turismo, que se agolpa en todos los rincones y que, por lo visto, también trata de mimetizarse en el paisaje a través de pasar las noches de esta ola de calor dentro de A Caracola. Nos confirman que nunca antes había ocurrido y que bien se puede calificar que es una atentado contra una obra de arte que goza de aprecio de Cangas, cuyo autor, Lito Portela, la construyó ya hace más de 20 años, cuando aún se hablaba de dedicar un tanto por ciento de la obra pública a obras de arte.
Pero eso finalizó con la crisis de 2008, y siempre se nos dio mucho mejor destruir que construir. Según la Policía Local de Cangas no hubo daños en la escultura y tampoco se sabe si el hombre que utilizó de tienda de campaña A Caracola era un mendigo o un turista despistado.
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