El mundo del heavy metal perdió a una de sus figuras más icónicas el pasado 22 de julio con la muerte de Ozzy Osbourne. Con una trayectoria de más de cinco décadas, el músico británico dejó una huella profunda en la historia del género, primero como vocalista de Black Sabbath y luego como solista. Su estilo, voz y personalidad hicieron de él una leyenda que influyó en generaciones de artistas.
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A lo largo de su carrera, Osbourne trabajó con grandes guitarristas. Entre ellos figuran nombres como Jake E. Lee, Zakk Wylde y Tony Iommi. Sin embargo, hubo uno que, para él, ocupó un lugar especial y al que consideró el mejor con el que ha compartido escenario y estudio.
Randy Rhoads, el favorito de Ozzy Osbourne
Ese músico fue Randy Rhoads. Nacido en 1956 en Santa Mónica, Estados Unidos, Rhoads inició su carrera como cofundador de Quiet Riot antes de unirse a Osbourne. Juntos grabaron los discos Blizzard of Ozz (1980) y Diary of a Madman (1981), trabajos que marcaron los primeros pasos del cantante fuera de Black Sabbath.
Rhoads no solo aportó su talento en la guitarra, sino que también participó en la composición de varios temas. Según Osbourne, su aporte fue clave para recuperar su entusiasmo por la música en un momento difícil.
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En entrevistas, el británico lo describió como un músico completo, capaz de leer y escribir partituras, enseñar y trabajar en conjunto de forma paciente.
La huella de Rhoads en la música de Osbourne sigue siendo recordada por otros artistas. El guitarrista Tom Morello lo ha calificado como un talento único y ha destacado sus solos en el tema “Mr. Crowley” como algunos de los mejores de la historia del rock.