El salto de Jessica Bouzas en este último tramo de la temporada es innegable. A sus 22 años, está mostrando su mejor nivel, ganando diez de los últimos doce partidos y contra rivales de gran entidad. Ante los constantes problemas físicos de Paula Badosa, aparece una nueva jugadora para dar esperanza al tenis español femenino.

La próxima semana, Bouzas invadirá el ‘top 40’ por primera vez en su carrera. Tras su apabullante victoria en tercera ronda de Cincinnati ante la estadounidense Taylor Townsend, tendrá delante el reto más difícil del circuito WTA: la número uno Aryna Sabalenka. Aun así, si sigue desplegando el nivel de los últimos días, no se lo pondrá nada fácil.

Un triunfo más le podría valer para ser cabeza de serie en el US Open, algo que seguramente había visto imposible hace unos meses. Su rendimiento en los últimos torneos está siendo excelente, llegando a los cuartos de final en Toronto (donde cayó ante la campeona del torneo) y alcanzando los octavos de final de Wimbledon, donde sumó una buena cantidad de puntos.

Jessica Bouzas en Wimbledon

Jessica Bouzas en Wimbledon / EFE

«Creo que estoy trabajando duro y estoy feliz fuera de la pista con mi equipo y con todo. Creo que ese es el punto principal para mí, el estar feliz fuera de la pista y después jugar bien», comentó la tenista española acerca de su gran momento en el circuito. Aunque parezca un reto difícil, si ganara en Cincinnati entraría dentro del ‘Top 20’ de la WTA.

Antes de eliminar a Townsend, Bouzas tuvo que superar a dos grandes nombres del circuito femenino. Sobre todo el primero de ellos, que aunque esté semiretirada, nunca puedes subestimar su nivel: Venus Williams. Luego llegó Leylah Fernández, ganadora de un Grand Slam y número 26 del mundo, a la que venció en dos sets corridos. Casi nada.

«Mi equipo verá el partido, yo no, voy a descansar, un poco de hielo y fisio para estar preparada para la siguiente ronda«, dijo después de la victoria contra la jugadora canadiense y sobre el duelo entre Sabalenka y Raducanu. Finalmente, la número uno se impuso en un partido extremadamente igualado, que se decidió en el tie-break final por una diferencia mínima.

La tenista rusa y española se han visto las caras tan solo una vez. Fue precisamente este año, en el Open de Australia, donde Bouzas no perdió la cara al partido, pero no pudo hacer frente a las espectaculares derechas de Aryna. Esta vez, llega en mejor forma y con un nivel más elevado todavía. Preparada para lo que será una dura batalla.