El Frigoríficos Morrazo de Balonmano pasó con nota la dura prueba del torneo internacional de Pontevedra, donde quedó tercero tras ganar al equipo local, el Cisne, en un duro encuentro. Un torneo amistoso, sí, de preparación, también, pero también de rivalidad, donde la disputa es mayor. Un torneo que supuso el principio de la pretemporada y en que el entrenado, Quique Domínguez, ya saca sus conclusiones, consciente de que aún queda mucho para mostrar el nivel que se espera de su equipo para la nueva temporada en Asobal. Domínguez ya hace balance de lo que va de pretemporada. Afirma que ve un equipo con buena energía, jugadores con ganas de ir construyendo «el equipo que queremos ser».
El entrenador local observa que «las sesiones de entrenamiento se están desarrollando con ganas de trabajar, con buen ambiente, con cosas que todavía hay que pulir, pero con una intención muy clara por parte de todo el mundo: ir poniendo todos un poco». Hay que señalar, como bien nos recuerda Quique Domínguez, que el torneo internacional les cogió con tan solo nueve días de preparación con balón y que, aún así, cree que sirvió para ver las intenciones que tiene este año el equipo, la de ser un equipo que juega a ritmo alto, las intenciones de ser un equipo que juega con distintos sistemas defensivos.
«Todo esto es el inicio de un proceso largo, que tiene que tener muchas horas de trabajo y que hay que tener paciencia. Estoy convencido de que muchas cosas de lo que queremos ser comenzaron a verse en el mencionado torneo. Hay que trabajar sobre ello, entrenar e ir construyendo. No hay que olvidar que hay jugadores que acaban de aterrizar en Cangas, que aún no conocen el idioma. Y todo esto requiere trabajo y paciencia, además de mucha dedicación. Es muy pronto para sacar conclusiones», manifiesta el entrenador del Frigoríficos Morrazo, que trata en esta nueva temporada de escapar de los apuros de las anteriores, de mantener una regularidad capaz de sostener al equipo sin emergencias.
Quique Domínguez manifiesta que el equipo tiene muy claro el objetivo: ser un equipo reconocible. «Tenemos que trabajar como mucha pasión, ser cada vez más regulares _algo que siempre es muy difícil_ y ser un equipo muy solidario, muy unido, que todo esto se traslade después en el parqué cuando nuestros aficionados nos vengan a ver. Aunque sabemos que no siempre saldrán bien las cosas, que habrá días en los que tocará sufrir y otros en los que tocará disfrutar», comenta Quique Domínguez, que se muestra muy positivo en esta pretemporada.
Cuando se le recuerda que estamos a un mes del inicio de la competición y se le pregunta qué espera ver ese primer día, en el partido contra el Ademar de León, Quique Rodríguez no dice claramente que le gustaría ver un pabellón de O Gatañal lleno a reventar, con la afición muy cerca del equipo, empujándolo. «Es un prirmer toro de una importante ganadería, así que habrá que estar muy unidos. Me gustaría ver a un equipo que responde con mucha energía en la pista. Me interesa mucho la parte de transmitir. Quiero que desde el primer momento se pueda ver que somos el equipo que queremos ser». El entrenador local quiere que el adversario sepa que sus jugadores selo van a poner siempre difícil, muy difícil, que es un equipo que se va a agarrar a la pista hasta el último segundo, que el rival sepa que el Frigoríficos do Morrazo va a ser un club muy difícil de batir esta nueva temporada, que no se lo pondrán fácil a nadie.
El que fuera entrenador del Octavio, Teucro y Anaitasuna afronta el reto de entrenar a un veterano de la división de honor del balonmano español con una gran ilusión y en un momento muy bueno para él, según manifestó el día de su presentación en Cangas. Tiene las ideas muy claras respecto a lo que quiere que sea su equipo y sabe de la importancia que la afición tiene en el equipo, de ahí su llamamiento a que llene por completo OGatañal en el primer partido de la temporada, contra otro histórico del balonmano español, el Ademar de León, que lo fue todo en su día y que intentará revedecer esos laureles.