A Pedro Fernández, presidente del Hereda Sevilla, antes llamado Real Betis y que adquirió el nombre de Baloncesto Sevilla con la idea de competir en … la Liga Endesa como representante más global de la ciudad, le salió cruz en la moneda que lanzó al aire cuando la ACB desestimó su inscripción en la próxima Liga Endesa, al entender la patronal que no cumplió con los requisitos básicos, como fueron no pasar de forma positiva la auditoría externa, por cuentas pendientes con jugadores y empleados del club, ni atender al plazo para la entrega del primer cuarto del valor de participación, cifrado en medio millón de euros.

La asociación de clubes le dio facilidades al dirigente burgalés que se hizo cargo del Real Betis en propiedad tras su descenso a Primera FEB, pero no presentó, ni en regla ni a tiempo, la documentación obligatoria para la inscrición.

El directivo pidió la cautelar al Consejo Superior de Deportes tras el rechazo de la ACB –que cursó la invitación al Covirán como penúltimo y según contempla el reglamento de la competición–, y también acudió a los tribunales para reclamar su inclusión en la próxima Liga Endesa.

Sin embargo, el Baloncesto Sevilla se queda fuera y no habrá liga, por tanto, de diecinueve equipos como en la campaña 2020/21, cuando el Gipuzkoa sí ganó el contencioso. La competición será de 18 y se disputará después del Eurobasket, a partir de octubre, al ser desestimada la demanda contra la ACB interpuesta por la entidad hispalense.

Pedro Fernández ni siquiera apuntó al Sevilla en la Primera FEB, a pesar de que la Federación Española de Baloncesto amplió el plazo para que tuviera esa posibilidad. Así, la segunda división nacional tendrá un número impar de equipos (17), con el problema de que descansa un participante en cada jornada. El Hereda Sevilla reclamó su plaza, lograda en la pista, pero sin respuesta convincente con las exigencias administrativas.

Fernández pidió la cautelar al propio CSD para que el antes Betis fuera readmitido y mantuvo que el pago del primer plazo del depósito, que es de dos millones de euros en cuatro temporadas, lo realizó en plazo, el mismo 15 de julio, según un resguardo bancario en su poder. La ACB apuntó que fue al día siguiente, versión que no coincidió con la de Pedro Fernández.

El Juzgado de Primera Instancia de Barcelona, al final, denegó la admisión bética, al igual que hiciera la propia ACB el 24 de julio.

Esto significa que el histórico club hispalense entra en la vía de la desaparición tras 40 años de existencia y el reciente nacimiento del Caja 87, otro club de Sevilla. Todo apunta a la liquidación de una entidad que adquirió Fernández hace un año, tras la venta del Real Betis al grupo mexicano XOYy tras asumir el Caja San Fernando.

Gipuzkoa Básket

En 2020 la ACB sufrió el último revés judicial. El conflicto fue diferente a los anteriores con Obradoiro y Ourense. Era el año de la pandemia por el virus y la liga suspendió el campeonato, haciendo una competición exprés a puerta cerrada cuando las medidas se relajaron, sin que hubiera descensos. Sin ellos no podía haber tampoco ascensos y eso es lo que pelearon el Gipuzkoa y el Valladolid.

Incluso la FEB, entonces con Jorge Garbajosa como presidente, amenazó con acudir al CSD, pero este ente quiso mantenerse al margen del conflicto, optando a que fueran la ACB y la FEB las que negociaran. Los clubes presentaron la documentación a 30 de junio y el 15 de julio la asamblea rechazó su afiliación.

En un comunicado aún mas escueto que el emitido en contra del Baloncesto Sevilla, el 23 de julio, la ACB denegó la admisión del conjunto donostiarra. «En el marco de la Asamblea, los clubes han acordado la no afiliación del Donosti Gipuzkoa Basket 2001 SKE, SAD», expresó la nota. La entidad donostiarra interpuso una demanda y el 1 de agosto el Juzgado de Primera Instancia nº 38 de Barcelona impuso «la obligación a la Asociación de Clubes de Baloncesto de proceder a cursar la invitación inmediata».