A estas alturas no cabe duda de que la fatiga superheroica es real, y Marvel Studios la está sufriendo en sus carnes. No quedaba otra que recuperar el diagnóstico cuando a principios de año la maquinaria de Kevin Feige estrenaba una película tan fallida como Capitán América: Brave New World, pero lo más doloroso con respecto a las entregas posteriores del MCU es que sí han hallado respaldo crítico.
Tanto Thunderbolts* como Los 4 Fantásticos: Primeros pasos (ahora mismo en cartelera) han tenido unas reseñas muy positivas, que auguran un regreso a los niveles cualitativos de antaño. Pero no ha sido suficiente.
Los 4 Fantásticos lleva recaudados 437 millones de dólares, que es algo más de lo que hizo Brave New World (415 millones) y palidecen ante los 581 millones que ha logrado la competencia DC con Superman (sin que esta suma sea para tirar cohetes). Con lo que Marvel Studios tiene las cosas difíciles de cara al próximo gran crossover que estrena en diciembre del año que viene (Vengadores: Doomsday), al tiempo que solo le queda seguir intentándolo con propuestas de cierta solidez.
Es, volvemos a ella, el caso de Thunderbolts*. La película que dirige Jake Schreier dio señales de que Marvel podía mejorar (las buenas críticas condujeron, por ejemplo, a que Schreier fuera fichado para dirigir una próxima película de los X-Men dentro del MCU), y estas son su gran garantía ahora que llega a streaming y deja atrás la deficiente taquilla que generó. Con sus 382 millones de dólares de recaudación, Thunderbolts* ha ganado aún menos dinero que Brave New World y pasa por ser ahora mismo la cuarta película menos taquillera de la historia del MCU.
La película de Schreier busca nueva vida en Disney+, fijada su llegada al catálogo para este 27 de agosto: habrán transcurrido unos tres meses desde el estreno original en cines. Thunderbolts* nos presenta entonces a un grupo de antihéroes trágicos (en la línea de los Guardianes de la galaxia, pero más serios) que encabezan Florence Pugh y Sebastian Stan, y que han de trabajar juntos una vez les traiciona su maquiavélica empleadora: la Valentina Allegra de Fontaine de Julia Louis-Dreyfus.
Buena parte de los elogios que recibió Thunderbolts* se deben por otro lado a la presencia en el reparto de Lewis Pullman como Bob: un personaje de lo más complejo que focaliza un sorprendente tercer acto y demuestra por sí solo la preocupación del film por entregar una historia madura a estas alturas en Marvel. El esfuerzo no fue recompensado por la taquilla, pero quizá lo sea por el streaming.