La cantera es uno de los pilares de los clubes deportivos, especialmente de aquellos más modestos y que no pueden competir económicamente con sus rivales … para atraer jugadores. El Viveros Herol Balonmano Nava ejemplifica a la perfección el modelo del balonmano base. La satisfacción de observar cómo un jugador formado en la cantera de un humilde club de un pueblo segoviano de menos de 3.000 habitantes llega al profesionalismo en el equipo de su tierra es inmensa. Lo que hasta hace unos pocos años era un equipo pequeño que soñaba con jugar en División de Honor Plata, ahora ha conseguido ubicar a Nava de la Asunción en el foco internacional del balonmano.

Son muchos los jugadores que pasaron de niños a héroes en el Balonmano Nava. Algunos de los más recientes, Darío Ajo, Pablo Herranz, Óscar Marugán, Alfredo Otero o el eterno capitán, Carlos Villagrán. El central nacido en Nava de la Asunción que creció con el balonmano como afición y que se retiró hace dos años en lo más alto, después de ascender por segunda ocasión al club de su pueblo a la Liga Asobal. Carlos es el ídolo de todos los aficionados del Club Balonmano Nava. Lo es de los más pequeños y lo va a seguir siendo, no solamente por su liderazgo como jugador, sino por su relevancia en del club. Tras colgar las botas, Villagrán es el segundo entrenador y, además, jefe de la cantera, aquella por la que pasó y que conoce mejor que nadie.

A pesar de la profesionalización de la institución y el aumento progresivo de talento extranjero, el Viveros Herol Balonmano Nava no se olvida de su cantera. A los tres jugadores del primer equipo desarrollados en el club, Pablo Herranz, Óscar Marugán y Alfredo Otero, hay que añadir otros cinco durante la pretemporada. Jacobo García, Elías Rodríguez, Héctor Fernández, Nicolás Maroto y Alejandro Ferrero. Ellos son las promesas del club y, aunque seguramente no todos consigan llegar arriba, están teniendo la oportunidad de compartir y aprender de jugadores de primer nivel. Según el propio Carlos Villagrán, «queremos darles la oportunidad y que ellos crean y quieran dar el paso hacia el compromiso que lleva la Liga Asobal». El segundo entrenador asegura que no se ha contado con ellos para completar la pretemporada, sino porque «tenemos el privilegio de que el primer equipo es accesible».

«La Liga Asobal requiere de un esfuerzo y compromiso muy alto. Queremos que ellos crean y quieran dar ese paso»

Carlos Villagrán

Director de cantera y segundo entrenador del Balonmano Nava

El protagonismo de los cinco canteranos será muy limitado. Lo normal es que no dispongan de minutos en los amistosos de pretemporada, pero «nunca se sabe». Aunque Carlos Villagrán asegura que es «complicado», no descarta la presencia sobre la pista de Jacobo o Alejandro. Todos ellos son muy jóvenes y en el corto plazo no se espera su salto al primer equipo. Cada uno competirá con el equipo de su categoría. Elías Rodríguez es el más joven, cadete de segundo año que juega como central. Héctor Fernández, pivote; Nicolás Maroto, lateral izquierdo; y Alejandro Ferrero, lateral derecho, son juveniles. Por último, Jacobo García finaliza su etapa juvenil y sube al filial senior, en Segunda Nacional. El extremo derecho, que ya debutó la pasada temporada en un amistoso, es una de las apuestas del club, por lo que han firmado un compromiso con el que ayudar al jugador en forma de beca de estudios.

«Tenemos el privilegio de que el primer equipo es accesible y queremos darles la oportunidad»

Carlos Villagrán

Director de cantera y segundo entrenador del Balonmano Nava

El procedimiento a seguir con los canteranos es claro. «Vamos a apoyarles y a ofrecerles la oportunidad, pero sin agobios», comenta Carlos Villagrán. El Balonmano Nava quiere mantener el desarrollo de sus jugadores de una forma orgánica, sin saltarse ningún paso. El ejemplo a seguir también es el más reciente. Alfredo Otero comenzó a entrar en dinámica del primer equipo hace dos años y, aunque su salto a la élite ha sido más abrupto de lo previsto por la plaga de lesiones, el central de Navalmanzano sigue creciendo y evolucionando de la mano del club. Se trata de un ejemplo más de la gestión perfecta de la cantera, la cual cuenta con un equipo prebenjamin, uno benjamín, dos alevines y otros seis entre infantiles, cadetes y juveniles, uno masculino y otro femenino en cada categoría.

Talento precoz en el lateral

Alejandro Ferrero es la gran promesa del Balonmano Nava. Lateral derecho del año 2008, natural de Nava de la Asunción y que en apenas seis años ha pasado de jugar al fútbol sala con sus colegas del pueblo a acudir a concentraciones de las selecciones autonómica y nacional de balonmano. El joven navero cuenta que sus inicios fueron difíciles por la falta de continuidad consecuencia de las restricciones de la pandemia, pero que el esfuerzo ha tenido su recompensa. «Yo tenía una base menor que mis compañeros y mi mejora ha sido mucho más alta». En unos pocos años se ha convertido en un habitual de la Selección de Castilla y León y, además, la Selección Española de su categoría le ha convocado en tres ocasiones para realizar una concentración en las instalaciones de Sierra Nevada.

Aunque ya realizó algún entrenamiento con el primer equipo la pasada campaña, Alejandro está ante la oportunidad de demostrar que puede formar parte del equipo de Álvaro Senovilla en los próximos años. La exigencia durante los primeros días es máxima, con dobles y triples sesiones, aunque el joven lateral asegura que «se está encontrando muy bien físicamente y que está aprendiendo y creciendo mucho», todo ello partiendo desde el trabajo. Además, Ferrero asegura que los jugadores de Asobal son «más fuertes y experimentados» y que se esfuerza mucho para aprender de ellos, especialmente de los canteranos y del propio Carlos Villagrán. Los planes con el joven navero son claros. Esta temporada competirá tanto con el equipo juvenil como con el Leche Mesenor Balonmano Nava, de Segunda Nacional, aunque su sueño es «vivir del balonmano profesional en el equipo de su pueblo».