Aston Martin atraviesa un momento delicado en su lucha por consolidarse en la zona media-alta de la parrilla. El nuevo suelo introducido en Silverstone, que debía ser la gran evolución del AMR25, no ha ofrecido las mejoras esperadas. Tanto en Bélgica como en Hungría, el equipo se vio obligado a volver a la versión anterior, utilizada por primera vez en Ímola, ante la falta de resultados convincentes.
En las dos últimas citas del Mundial, Aston Martin ha optado por aparcar el suelo más reciente de su monoplaza y apostar por una especificación anterior que, hasta el momento, ha demostrado un rendimiento más sólido. El cambio ha llamado la atención, ya que Spa-Francorchamps y Hungaroring presentan características opuestas: uno es un trazado de alta velocidad y baja carga aerodinámica, y el otro de curvas lentas y medias con gran exigencia en carga. Sin embargo, en ambos casos, los datos internos confirmaron que el suelo de Ímola era la mejor opción.
Desde que se introdujo en mayo, esta configuración ha aportado buenos resultados, acompañada de otras mejoras como una tapa de motor revisada, un nuevo alerón delantero y retoques en el difusor. Gracias a ello, el equipo ha sumado el 73% de sus 52 puntos en las últimas seis carreras, con un Fernando Alonso que ha escalado hasta el undécimo puesto del campeonato. Sin embargo, el nuevo suelo de Silverstone no termina de convencer ni en sensaciones ni en cronómetro.
Pruebas sin éxito
Mike Krack,responsable de pista de la escudería, ha reconocido que la decisión final sobre qué paquete aerodinámico usar se tomará tras un análisis minucioso. “La primera parte era decidir con qué configuración corríamos en Budapest. Después revisaremos todos los detalles y las necesidades de los próximos circuitos”, explicó. Oficialmente, Aston Martin sostiene que la pieza aún necesita más validación, especialmente porque en Silverstone las pruebas estuvieron condicionadas por la lluvia y las características del trazado.
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El fantasma de 2024
La situación recuerda a lo vivido en la pasada temporada, cuando Aston Martin tuvo que alternar entre dos versiones de suelo porque la última actualización ofrecía más carga aerodinámica, pero también provocaba rebotes en ciertos circuitos. En 2025 no quieren repetir ese patrón, pero de momento el suelo de Silverstone parece destinado a un papel secundario.
Alonso, aunque diplomático, dejó entrever que las sensaciones no son distintas: “Las piezas funcionan como se espera, pero las primeras señales que vimos en Silverstone se han confirmado”. En un campeonato tan apretado, cualquier paso en falso puede costar caro, y Aston Martin sabe que necesita una respuesta rápida para no perder terreno frente a sus rivales directos.