Antonio Toral (22 años) tiene más que decidido que quiere abandonar el Real Murcia y no hay nada que le haga cambiar de opinión. … Ni siquiera que la pasada campaña fuera aclamado por la grada del Enrique Roca en varias ocasiones ni tampoco que en esta pretemporada el nuevo técnico grana Joseba Etxeberria lo haya utilizado en todos los amistosos, incluido el que midió al equipo murciano con el Eldense, donde partió de titular. Pero ni aún así ha querido renovar su contrato actual que expira el 30 de junio de 2026 ni tampoco parece estar dispuesto a cumplirlo.
La presión del futbolista sobre el club es asfixiante. Desde hace tiempo insiste en que le tienen que dejar salir, e incluso la pasada semana acudió al despacho de Felipe Moreno en el Enrique Roca acompañado de su madre y también de Joaquín Vigueras, su representante. Incluso el propio futbolista ha mandado mensajes privados el presidente grana pidiendo que le deje partir y este jueves tiene previsto acudir con su padre al estadio Enrique Roca.
El club tiene asumido que va a perder al extremo y que ha hecho todo lo que está en su mano para retenerlo, pero está luchando para que su club de destino, el Betis, le compense por llevarse al jugador. Que apenas le quede un año de contrato obliga al Real Murcia renuncie a una parte de los 750.000 euros que el jugador tiene como cláusula de salida, pero todo indica que la entidad grana va a recibir una parte de la misma y que la operación se cerrará con objetivos a cubrir por el futbolista en los próximos años que pueda incrementar lo que reciba ahora el club grana. Además, el Real Murcia quiere un porcentaje de futuros traspasos por parte de la entidad verdiblanca a un nuevo club. El pasado martes el presidente grana dedicó gran parte de su jornada al asunto Toral pero, cansado y un poco harto tras una dura conversación con el Betis, lo ha dejado todo en manos de un Goiria que quiere acabar ya con el ruido que hay alrededor del equipo y zanjar este asunto lo antes posible.
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Víctor Meseguer, centrocampista.
Se fue en el verano de 2020 al Mirandés y dejó en las arcas granas un total de 345.000 euros. -
Josema Raigal, atacante
Forzó en 2020 su salida para marcharse al Espanyol B: lo consiguió a cambio de 50.000 euros. -
Juanma Bravo, pivote
Pese a que, como Josema, tenía una cláusula de 4 millones, se fue al Alcorcón de Segunda tras pagar apenas 60.000 euros.
Toral no es el primer canterano que quiere marcharse del Real Murcia en los últimos años, pero sí uno que se ha topado con la solvencia económica de Felipe Moreno, que no da su brazo a torcer tan fácil. Echando la vista atrás, otros jugadores formados en la cantera grana presionaron para dejar el club, que no tuvo más remedio que abrirles las puerta. Uno de los que más dinero dejó en caja fue Víctor Meseguer, una apuesta del extécnico grana Adrián Hernández que apenas jugó un año en el primer equipo. Aún así, el futbolista de Alguazas tuvo tiempo de demostrar su valía en 18 partidos de liga y alguno más de Copa del Rey y Copa Federación, lo que le permitió dar el salto a Segunda.
Meseguer aprovechó que solo renovaría con el club grana para el curso 2020-21 jugando 25 partidos y que la liga se paró antes del tiempo por la Covid. Forzó una marcha que dejó en las arcas granas 100.000 euros en primera instancia, 225.000 de forma posterior y luego otros 20.000 más. Un total de 345.000 euros, y eso que tenía una cláusula de rescisión de 300.000. Desde su adiós, el centrocampista ha jugado 14 partidos en Primera y otros 150 en Segunda División.
Aquel mismo verano también forzaron su salida Josema Raigal y Juanma Bravo. El primero argumentando que no le gustaba Adrián Hernández, a pesar de que el de Churra le había dado 15 partidos de liga. Raigal, que tenía una cláusula de 4 millones, dejó en la caja grana 50.000 euros tras la presión de sus representantes, aunque en el filial perico solo jugó 12 en Segunda B. Tras jugar en el UCAM y en La Nucía, ambos en Primera Federación, el muleño volvió al cuadro universitario para jugar en Segunda Federación. La pasada campaña volvió a ser importante en el Ourense, también de Primera Federación, pero de momento está muy lejos de brillar en la élite como pensaba.
En aquellos meses en los que el Real Murcia intentaba sobrevivir gracias a Francisco Tornel y su grupo a la millonaria deuda dejada por los anteriores gestores granas y el agujero económico que suponía la Covid, también se marchó de la entidad centenaria Juanma Bravo, otro canterano que decidió dar el salto a Segunda pese a contar con la confianza plena de Adrián Hernández, técnico entonces. El centrocampista, también con una cláusula de salida de 4 millones, dejó en su exclub 60.000 euros para marcharse a un Alcorcón en el que estuvo cuatro temporadas, tres de ellas en Segunda. Tras pasar por el Ourense de Primera Federación, ha regresado a la Región, aunque para jugar en el UCAM.
Pero hay más casos. Como el de Youness, que tras jugar en la primera plantilla grana la campaña 2020-21, decidió marcharse al acabarla tentado por una oferta del filial del Granada, también en Segunda Federación como los granas. Pese a que era un pilar básico para el entonces director deportivo Manolo Molina, finalmente el expresidente grana Agustín Ramos cedió a las pretensiones del jugador de El Palmar a cambio de 25.000 euros.
Pero también hay canteranos granas que tras marcharse una primera vez y regresar después al Real Murcia, también forzaron su salida en su segunda etapa en el Enrique Roca teniendo contrato en vigor. Como Dani Aquino, que quiso ir a Chipre a mitad de la campaña 2018-19, cuando ya el grupo de Tornel había destronado a los Gálvez. O Rafa Chumbi, que a mediados de la campaña 2020-21 puso rumbo al Marbella.