En algunos pueblos del Valle del Tiétar (Ávila), le conocen como ‘Jaro’. Tiene 55 años y cada verano se dedica a trabajar como apagafuegos en la zona. Este 2025 la empresa que acostumbraba a contratarle como bombero de refuerzo, no lo hizo. Pero él necesitaba un trabajo.
Según ha informado la Guardia Civil de Ávila, Jaro provocó un incendio forestal la noche del pasado 28 de julio en el Valle del Tiétar por «intereses laborales». Vecinos de Mombeltrán, uno de los pueblos afectados, detallan que el hombre «no quería quedarse sin cobrar este verano y ha prendido fuego para que lo llamen a trabajar».
Algunos incluso comentan que días antes de que fuese detenido por la Guardia Civil, se mostraba arrepentido por lo que hizo. «Pero, ¿qué he hecho? Se me ha ido la cabeza», habría dicho según cuenta un vecino de la zona.
El incendio calcinó más de 2.000 hectáreas.
Reuters
Ese fuego calcinó 2.200 hectáreas y provocó el confinamiento por humo en Mombeltrán y El Arenal, además de algunas personas evacuadas. También, en la madrugada del 29 de julio, otro bombero identificado como Emilio murió en un accidente a la altura de El Hornillo cuando se dirigía a apagar el fuego provocado por Jaro.
Y por si fuera poco, diez días después del incendio, Jaro fue contratado para ocupar el puesto de Emilio. «Sí es que la rabia es esa. Que provoca el incendio, muere un compañero y a este tío le dan su puesto«, cuenta un bombero forestal que aún hace labores de vigilancia en el incendio de Ávila.
Jaro vive en Cuevas del Valle, un pueblo ubicado en la zona norte del Valle del Tiétar y que se vio afectado principalmente por el humo. En la zona sur los estragos fueron más graves. Todo el paisaje se ve oscuro y la montaña revestida de pinares calcinados que en cualquier momento pueden volver a extenderse debido a la ola de calor que durará hasta el 18 de agosto, según las autoridades.
«Él sabía lo que estaba haciendo porque lo empezó en una zona donde el viento pega muy fuerte. En unos 20 minutos ese fuego ya había avanzado hacia Mombeltrán», explica el bombero forestal.
Bomberos trabajando en el incendio de Ávila.
Emilio no tenía que trabajar
Emilio era un bombero forestal de 59 años (recién cumplidos), peón-manguerista de la Mancomunidad de Los Galayos (Ávila). Murió mientras se dirigía a reforzar el operativo contra el incendio que arrasaba la comarca del Barranco de las Cinco Villas, al sur de la provincia de Ávila. Iba de camino al punto de encuentro en El Hornillo, aunque no le tocaba trabajar.
Era vecino de El Arenal. Perdió el control de su vehículo en una zona de difícil visibilidad. Su coche terminó sumergido en un arroyo donde apenas podía verse desde la carretera. Fue descubierto por un joven que pasaba por allí en moto y alertó de la presencia del vehículo accidentado.
La sala de operaciones del 112 recibió una llamada a las 07:32 horas que avisó de la salida de vía de un turismo en el kilómetro 4 de la carretera AV-P-711, a las afueras de El Hornillo (Ávila), a consecuencia de la cual había resultado herido el conductor, quien se encuentra inconsciente en el interior del vehículo. Ese era Emilio.
Un día después, el presidente de la Mancomunidad de Los Galayos Rafael García relató a EL ESPAÑOL los momentos previos a la tragedia: «Este bombero no trabajaba, pero fue al servicio para sustituir a un compañero de baja. Tenía que salir a las 12 menos cuarto, bajaba de El Arenal hacia El Hornillo, donde tenemos el camión. Pero no llegó».
La investigación
Las pesquisas que el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil hizo junto a la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) reveló indicios claros de intencionalidad. La investigación inició el 30 de julio, dos días después de que se haya provocado el incendio.
Para entonces el fuego ya había consumido 2.200 hectáreas entre Mombeltrán, El Arenal y Cuevas del Valle. La Guardia Civil tomó declaraciones a vecinos y el análisis de varias líneas de investigación permitió concluir que el fuego había sido provocado.
Las autoridades identificaron a Jaro como sospechoso el 31 de julio cuando se dirigía a Cuevas del Valle y realizó maniobras evasivas en un control policial. Luego, tras varios días recabando indicios y pruebas periciales suficientes, Jaro fue interrogado en sede policial y ahí confesó el delito.
La Guardia Civil lo puso a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Guardia de Arenas de San Pedro (Ávila) y de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente y Urbanismo. El titular del juzgado decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. El martes 12 de agosto ingresó en la prisión de Segovia.
Por ahora, el incendio de Ávila está perimetrado.
EFE
«En shock»
En su pueblo, Cuevas del Valle, todavía no se creen de lo que Jaro fue capaz. «Yo es que estoy en shock. Si él es una buena persona, un tío majo que nunca se ha metido en problemas», dice una vecina.
Otros incluso dudan de las investigaciones de la Guardia Civil. «Es que nos pueden decir cualquier cosa. Yo la verdad es que no me lo creo todavía» indica otro vecino.
Ni siquiera en Mombeltrán o El Arenal, donde también le conocen, aunque menos que en su pueblo, creen que haya sido posible que Jaro iniciara el incendio. «Yo solo sé lo que dicen en las noticias, que no es mucho la verdad», comenta el camarero de un bar.
Tras su confesión a la Guardia Civil, Jaro permanecerá en prisión sin fianza en la cárcel de Segovia. Los bomberos forestales seguirán vigilando el fuego que provocó porque aún no está extinguido, pero sí perimetrado. Y en el Valle del Tiétar, los vecinos estarán en alerta por cualquier nuevo incendio hasta el final del verano.