Las máquinas de venta de tarjetas de metro de Barcelona están envejecidas y expuestas a piratas informáticos, según admite Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). La empresa pública tiene en perspectiva reemplazar centenares de expendedores de títulos de transporte que detecta desactualizados en 108 estaciones de seis líneas de la red subterránea, todas excepto la L9 y la L10. Arrastran “un elevado grado de obsolescencia” que “supone una serie de problemáticas que afectan tanto a la seguridad como a la funcionalidad de las máquinas”, expone la compañía en un informe incorporado al proceso de contratación abierto para adquirir nuevos equipos e instalarlos.

TMB prevé invertir como máximo 27,3 millones de euros en la sustitución de terminales, al mismo tiempo que proyecta reducir el número de máquinas en funcionamiento en el metro, debido a la expansión de la T-mobilitat y la digitalización de los títulos de transporte. De ese modo, se pasará de contar con 761 unidades (de las que 495 están operativas y 266 fuera de servicio) a una dotación de 290 dispositivos como mínimo o 397 como máximo. El desfase que acusan los aparatos “comporta riesgos significativos” por aumento de incidencias, limitaciones a adaptarse a nuevas modalidades de venta y validación de títulos y, también, por insuficiencias en ciberseguridad.

La empresa asegura que los aparatos son vulnerables a ataques y fallos que ponen en riesgo la seguridad de los datos y del servicio

El dictamen con el que TMB justifica el gasto para acometer el relevo generalizado sostiene que el sistema es “vulnerable a posibles ataques y fallos” por no estar al día. “Los sistemas operativos en funcionamiento han dejado de recibir soporte por parte de los fabricantes, lo que implica la falta de actualizaciones críticas de seguridad”, señala la empresa de transporte público. En ese sentido, alerta de que “la vulnerabilidad a cibertaques se ve incrementada, poniendo en riesgo la seguridad de los datos y la disponibilidad del servicio”.

Un tren en la estación de Bogatell, en la Línea 4 del metro de Barcelona.

Un tren en la estación de Bogatell, en la Línea 4 del metro de Barcelona. / ZOWY VOETEN

Aún más, TMB habla de “posibles vulnerabilidades explotables que podrían comprometer la integridad del sistema” que permite adquirir tarjetas y recargarlas. Más en concreto, avisa de “riesgo de fraude o manipulaciones indebidas en el sistema de pagos”. A su vez, reconoce la “no conformidad” de los expendedores “con los estándares actuales de seguridad y protección de datos”.

Sin recambios

Otra deficiencia que la compañía achaca a las terminales vendedoras del metro es que se estropean con frecuencia, una razón por la que también motiva la renovación. “Los componentes electrónicos y mecánicos de las máquinas han alcanzado el final de su ciclo de vida”, afirma el informe, en que la firma desgrana las razones para asumir el desembolso millonario. El contrato estará vigente durante cinco años, si bien se marca el objetivo de que se ejecute en 39 meses desde que se adjudique, lo que equivale a tres años y tres meses.

La empresa pública incide en que, mientras se carece de los últimos sistemas del mercado, se da “un aumento de las averías” y “la dificultad de encontrar recambios”. Además de advertir que repercute con un “impacto directo en la calidad del servicio”, TMB previene del “tiempo de inactividad elevado por averías” en los dispositivos de venta de tarjetas, “con costes crecientes de mantenimiento y reparación”.

Los componentes han llegado al final de su ciclo de vida y los fabricantes han dejado de prestar soporte y actualizaciones

Además, la compañía alega que las capacidades de los aparatos “son limitadas y no permiten la implementación de nuevas funcionalidades necesarias para la mejora del servicio”. Sobre ese particular, remarca que el software actual “no permite una integración eficiente con nuevos sistemas de pago y tecnologías emergentes”.

Prestaciones inexistentes

Las unidades que se incorporarán a las paradas ofrecerán prestaciones inexistentes hasta ahora. Entre otras, permitirá pagar por medio de Bizum, Paypal y otras aplicaciones, suministrará tarjetas de plástico de la T-mobilitat y facilitará la navegación para personas invidentes mediante comandos de voz.

Máquinas de venta de títulos de transporte en la parada de Bogatell, en Barcelona.

Máquinas de venta de títulos de transporte en la parada de Bogatell, en Barcelona. / ZOWY VOETEN

Además, las terminales prestarán la posibilidad de que los viajeros contacten con personal de TMB a través de videollamadas para resolver dudas. También incorporará un ‘chatbot’ (un programa informático con el que se puede conversar por escrito) para seleccionar el título más adecuado según los días de estancia en Barcelona, la frecuencia de viaje o las zonas por donde se circulará.

Aparte, TMB alude a la “necesidad de optimización del número de máquinas”, disminuyéndolas. La compañía lo vincula a la implantación de métodos asociados a la T-mobilitat que “permitirá el pago directo a las barreras de acceso mediante tarjetas bancarias sin contacto”. Lo asocia también con “el incremento del uso de dispositivos móviles para la compra y validación de títulos de transporte” y la “tendencia general a la digitalización y reducción de la dependencia de terminales físicos”.

Suscríbete para seguir leyendo